El final del camino para los 925 trabajadores de la radiotelevisión madrileña no es el despido. Los burofax preparados en las sacas de correo desde el día anterior han servido de espoleta para volver a unir a todos estos profesionales en un último acto de dignidad. Una asamblea permanente ha mantenido la vida en el interior del edificio de Telemadrid durante toda la noche. Nadie quería recibir la carta despido en su casa. Han sido los últimos momentos para estar juntos, recordar, y tomar fuerzas para continuar la lucha. Esta vez los tribunales tienen la última palabra sobre el futuro.

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