Múnich ha llegado al límite de su capacidad de acogida. Durante este fin de semana han llegado 40.000 refugiados. 63.000 desde el 31 de agosto, explican las autoridades. La ciudad sólo tiene un centro de acogida y no hay camas para todos, por eso, el alcalde de la ciudad ha pedido a los ciudadanos espacios en los que poder instalar campamentos del Ejército. Una situación de emergencia que ha llevado al ministro del Interior a restablecer temporalmente los controles en la frontera con Austria. Esta misma tarde han dejado de circular los trenes procedentes de Austria, en esta frontera no cesan las colas para entrar en el país. Llegan 500 cada hora, asegura la policía. Viena ya anunció hace una semana el cierre gradual de sus fronteras y la República Checa también.

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