Apuntes de (re)campaña

Este país de todos los demonios

Van encajando de forma más forzada que natural las piezas del puzle de esta (re)campaña y las del tablero que pueda surgir de las urnas el 26-J. ¿Qué hemos visto, leído y escuchado estos últimos días? Que el macrosondeo del CIS coincide con el resto de encuestas en pronosticar la victoria mermada del PP, el sorpasso de Unidos Podemos a un PSOE en supuesta caída libresorpasso, el empate de Ciudadanos consigo mismo… A partir de este dibujo demoscópico han arreciado los titulares, editoriales y proclamas tertulianas que insisten machaconamente en un solo mensaje: el PSOE debe facilitar un gobierno del PP, y Rajoy apartarse para poder vender el gesto como un sacrificio personal por el bien de la estabilidad.

El cruce de primeras páginas de El País y de ABC este domingo resume a las claras el estado de la cosa. (Nos referimos a las primeras páginas 'informativas', puesto que la portada de El País es publicidad de una universidad privada). Titula el periódico: 'La mayoría del PP acepta que se vaya Rajoy para tener Gobierno', y lo arropa con encuesta de Metroscopia, según la cual el 57% de los votantes del PP y el 74% del electorado en general creen que el PP debería sacrificar a Rajoy si con ese gesto se facilita la formación de Gobierno. ABC, por su parte, destaca: 'Rajoy se prepara para gobernar en solitario con la abstención del PSOE', y matiza que el presidente se plantea una legislatura “corta y con un programa pactado” con los socialistas. Los editoriales de ambos medios, como ya es habitual, coinciden en señalar la debilidad del PSOE y en describir en términos catastrofistas la posibilidad de crecimiento de Unidos Podemos. La otra coincidencia es el tratamiento a Ciudadanos como una especie de muleta válida para apoyar cualquier solución capaz de frenar el ascenso de “extremistas y comunistas”.

Ante este déjà vu que insiste en colar un remedo de esa Gran Coalición deseada por poderes económico-financieros y mediáticos, conviene expresar en primer lugar algún escepticismo sobre la demoscopia. Fuentes de la dirección socialista confían de hecho en que esa unanimidad en el vaticinio del sorpasso ayude a movilizarsorpasso a un electorado socialista que sigue mostrando también un amplio rechazo a Pablo Iglesias, y en el entorno del líder de Podemos tampoco se muestran eufóricos: aseguran que “para nada” se fían de que esté ganada la segunda posición. Por el contrario, sospechan que esta vez la 'cocina' de no pocos sondeos está dirigida a cargar de argumentos a quienes buscan movilizar todos los votos posibles contra Unidos Podemos.

Resulta alarmante (aunque no sorprendente) la naturalidad con la que se extiende entre editores y columnistas la conclusión de que el PSOE tiene una única salida posible: garantizar un gobierno a su derecha. Poco importa si es del PP en minoría, de PP y Ciudadanos presididos por un independiente/tecnócrata o incluso abordar la ya descrita en estas páginas 'Operación Borgen', que llevaría a Albert Rivera a la presidencia como representante de esa "moderación" que entusiasma en el Ibex-35 y dicen que hasta en el Palacio de la Zarzuela . Menos parece importar el dato reflejado también en distintas encuestas cuando se pregunta por la coalición o pacto de gobierno preferido: la mayoría opta por un acuerdo entre Unidos Podemos y PSOE.

José Andrés Torres Mora, diputado socialista desde 2004 y candidato por Málaga el 26-J, publicaba este domingo en infoLibre un argumentado análisis en el que aportaba datos y razones para concluir que “quienes, desde la derecha, trabajan para que el PSOE sea la tercera fuerza, con la esperanza de que el PSOE apoye un gobierno del PP, están cometiendo un error fatal. Porque el PSOE no les va a dar el gobierno”. Deja claro el diputado que ese “quienes” se refiere no sólo a la derecha política sino también a poderes económicos y mediáticos muy fáciles de identificar. Y sostiene Torres Mora que ni él ni otros muchos compañeros diputados, pero sobre todo las propias bases socialistas, aceptarían dar su apoyo o abstención a un PP empeñado en “polarizar la sociedad española” con el único objetivo de aferrarse al poder.

Este lunes noche, en el único debate al que asistirán los cuatro cabezas de lista, tiene una buena oportunidad Pedro Sánchez (quizás la última) no sólo para motivar a los suyos, sino para dejar definitivamente claro en nombre del PSOE qué disposición tiene acerca de los pactos. Y para evitar que Rajoy insista en esa irónica propuesta de acuerdo “con quien mande en Ferraz”, más vale que Susana Díaz se comprometa con la misma claridad. Porque si no lo hacen, lo que están abonando es precisamente la especie de que la presión de poderes no elegidos condiciona la posición del partido más que la opinión de sus propias bases y electores, que más pronto o más tarde se pronunciarán sobre un asunto capital no sólo para el PSOE y para la izquierda, sino para la salud democrática.

P.D.

Se han producido algunos incidentes violentos en los últimos días contra representantes de varios partidos, protagonizados por seguidores de otras formaciones. Casos aislados (denunciables y condenables por igual) que de inmediato han sido utilizados en los mítines para intentar resucitar el espantajo del “guerracivilismo”. José Martí Gómez, referente del mejor reporterismo, cuenta en su libro de memorias titulado Eloficio más hermoso del mundolo que le ocurría al escritor Juan Marsé en los años finales del franquismo. Paseando por su barrio barcelonés solía cruzarse con un anciano que le decía: “Vigile, Marsé, que le pueden pegar una hostia”. “¿Quién?”, preguntaba el escritor. Y el anciano respondía invariablemente: “No lo sé, pero en este país siempre hay gente dispuesta a pegar una hostia”. Y Marsé se alejaba repitiendo su mantra: “¡Este país de todos los demonios!”

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