Indiferencia democrática

Mónica Granda Velasco

Esta crisis o pesadilla perpetua que vivimos en la que no existe aún una luz al final del túnel ni aunque pongamos un foco de los de Cabo Cañaveral, está dando un resultado importante: hemos dejado de sufrir "indiferencia democrática".

Cuando falla un sistema en todos sus campos (educación, sanidad, legislativo, social, laboral, bancario) volvemos todos la cabeza a la vez y en el mismo sentido, buscamos justicia. El que estemos en una situación de desamparo social sin precedentes volviendo a las peores dictaduras, nos hace ver a la clase política como un solo ser: Rasputín, de cuya ética no es que se dude, sino que se puede certificar como inexistente.

Estamos ante un estado criminal y mafioso que contempla desde las alturas como todo se desmorona alegando que “es lo que hay que hacer” a través de un plasma, sin dar la cara, sin coger el toro por los cuernos, que insulta y apalea o inhabilita a los que quieren “ser protagonistas” o “antisistemas”, por ejercer un compromiso que un día juraron o simplemente porque se los dicta su conciencia: velar por los intereses de los ciudadanos o por los de sus hijos y padres.

El próximo paso es sacrificar a la mayoría de este país, a los que vivieron una posguerra, a los que crearon los sistemas sanitarios inexistentes, a los que parieron un sistema educativo desde la nada dando como fruto grandes científicos, empresarios, astronautas, ingenieros, cirujanos… los que crearon unos derechos laborales que hasta hace unos pocos años disfrutamos, los que se sacrificaron para que sus hijos tuvieran una carrera y llegaran más lejos que ellos. Los que levantaron, dieron de mamar y sostuvieron a este país durante los últimos 40 años. A esos a los que ahora no llegamos para pagarles la pensión porque son muchos.

Antes la proporción era de 4 trabajadores por cada jubilado, ahora es a la inversa. ¿Dónde están los excedentes de aquellos años? ¿Qué se hizo con ese dinero? ¿Qué pretenden bajando las pensiones?, ¿que se mueran de hambre?, ¿que vuelvan a vivir la posguerra?, ¿que nos muramos todos? Son ellos los que siguen sosteniendo con su miserable pensión a sus hijos que han vuelto a casa y a sus nietos. Siguen sosteniendo lo que vosotros os empeñáis en cargaros, este país.

No vamos a volver a los tiempos feudales. En el ámbito procesal, los ciudadanos pueden participar e impulsar el ejercicio de la acción penal en delitos públicos con sólo cumplir los requisitos legales y jurisprudenciales exigidos (artículo 125 de la Constitución Española, que otorga rango constitucional a la acción popular). No se va a consentir que la Justicia sea una vez más despreciada, la que todos manosean y desprecian a la vez, mientras que la diosa impunidad es alabada cual becerro de oro por todos los interesados que silencian a las víctimas.

El no dar la cara, el no asumir una responsabilidad social, hace buena a gente como Aznar que reaparece como el domador de leones como Cristo Rey Salvador, amenazando con volver o a Felipe González hablando desde las alturas de otro planeta en el que vive y nada le afecta. Cuando tienen gran parte de responsabilidad en estar en la situación que estamos en diversas parcelas. Es de locos. Aunque, lo más visceral es ver las comparecencias del Gobierno. Esa risa estúpida con la que te comunican las decisiones que toman en solitario; que te recorre las entrañas como la bilis cuando revienta, entras en estado de corrosión y te preguntas.  ¿¿De qué narices se ríen??

Tiemblo ante la idea de que un día la vicepresidenta nos conceda el honor algún viernes de saltarnos con un chiste que empiece: ”Venga va, os cuento uno, era un alemán, un francés y un español…”

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