La ley nos burla y el Estado oprime

La ley nos burla. Aunque más bien son sólo algunas aplicaciones de la ley. Por ejemplo los indultos improcedentes e incomprensibles. Que acabe condenado antes el juez que instruye una causa que los acusados por gravísimos delitos contra la comunidad, etc. Pero sólo es cuestión de esperar un poco a que sea la propia ley, de “seguridad ciudadana” por ejemplo, la que se burle real y directamente del ciudadano.

El Estado oprime y sangra al productor. Es evidente que los sucesivos gobiernos en nombre del Estado han establecido un sistema de impuestos absolutamente injusto donde los que más tienen menos pagan, véanse SICAV, deducciones a grandes corporaciones, fraude fiscal, etc.

Nos da derechos irrisorios. La propia Constitución establece algunos derechos fundamentales que nunca han sido garantizados. Qué decir del derecho a una vivienda digna (artº. 47) y no sólo por quienes nunca la han tenido, sino por los miles de desahucios que se producen. El derecho al trabajo (artº. 35) y los millones de parados que no lo tienen, etc.

No hay deberes del señor… Póngase en los puntos suspensivos el que a cada uno le guste. Yo daré sólo un par de ejemplos. ¿Qué deberes tienen los altos dirigentes de la banca? Se supondría que sólo el de gestionar honradamente, ¿no? ¿y los técnicos de Hacienda que hacen un informe para el juez que instruye una causa que afecta a una “gran señora”? Pues ser fieles a la verdad y la ley ¿no? Pues eso…

Basta ya de tutela odiosa. El Gobierno está tutelando nuestra sociedad como si fuéramos niños pequeños que necesitan que se les lleve de la mano y calladitos a trabajar sin convenio para las grandes empresas y a pagar los impuestos que los ricos no pagan. ¿Les parece poco odioso?

Que la igualdad ley ha de ser. Esto no debería necesitar más letra. Debe ser muy importante cuando lo dice hasta el Borbón en Nochebuena pero si se fijan dice “ha de ser”, o sea que NO es.

No más deberes sin derechos. Los ciudadanos tenemos todos los deberes: Cumplir las leyes, pagar nuestros impuestos, trabajar cuando nos mandan y nos dejan, pero nuestros derechos están siendo cada vez más recortados. Y no me hagan poner un solo ejemplo. Lean la prensa, conecten su radio o si no … pongan un noticiario en la tele.

Ningún derecho sin deber. Aunque debería mejorar, en general los ciudadanos cumplimos medio bien nuestro deberes. Esta sentencia no parece escrita para Vds. que leen esto, sino para quienes tienen todos los derechos sobre nuestras vidas y haciendas pero no cumplen ni el deber de ser honestos.

Pues bien las frases en negrita que inician cada párrafo no son de ahora. Son, tal cual, las estrofas 7ª y 8ª de un verso escrito en 1871 por el francés Eugène Pottier, al que se le puso música y que en 1889 fue el himno de la Segunda Internacional Socialista y al que desde entonces se conoce como “La Internacional”. ¡Qué poco ha cambiado el mundo! Sólo que entonces, en el siglo XIX, en España “sabían leer y escribir” 1 de cada 10 personas, hoy en día es prácticamente el 100% y en 2007 teníamos un 29% de titulados universitarios de entre 25 y 94 años.

En las estrofas 4ª y 5ª se dice: Ni en dioses, reyes ni tribunos está el “supremo salvador”. Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor. Para hacer que le tirano caiga y el “mundo esclavo” liberar (las comillas son mías). Y la última estrofa dice: "Agrupémonos todos en la lucha final. El género humano es la internacional".

Pues eso. Manos a la obra.

Victor Poblador es socio de infoLibre