Adiós Cataluña, adiós

Victor Poblador

Ultimamente estoy sintiendo una extraña sensación. La noté por primera vez el día 14 de marzo cuando leía en el periódico El País, un artículo de una profesora universitaria especialista en Derecho Internacional en que, con un cúmulo de justificadas razones, decía que lo más probable era que Crimea no se independizara de Ucrania y no se anexionara a Rusia. Tan solo 4 días después se realizaba un referendo y Crimea solicitaba la anexión a Rusia, lo que ya era una realidad el día 21. Una semana, eso es ir rápido, efectividad a tope, con ella Putin dejó claro que todos y cada uno de los pasos que se dieron estaban previstos y bien preparados.

Pues bien esa misma sensación estoy sintiendo con “el problema” de Cataluña. Y no digo que los casos se parezcan en nada, salvo en el sentimiento de la mayoría de la gente. Unos querían ser rusos y los otros independientes.

La sensación es un déjà vu con una mezcla de estupor y soledad. Estupor ante el comportamiento de ambos Gobiernos que están quemando la madera de los vagones para alimentar las locomotoras. Porque “más madera” están siendo todas las acciones y omisiones del gobierno Central. Esa postura estática de que: “no pueden hacerlo, es imposible, la Constitución lo prohíbe, no se saltarán la ley”, etc. no es sino prepotencia: madera en Cataluña. Se confronta con la otra : “Mas responde acelerando la ley electoral y las consultas”, (El País, 10-4-14). “El presidente autonómico anuncia que ahora explorará el marco legal internacional” (Abc, 10-4-14). Mas: “La de Madrid de ayer no era la única vía; hay otras, y ahora hemos de construir los marcos legales” (El Periódico, 10-4-14) es sólo la muestra de hoy; pero recuerden aquello de “el referéndum se hará sí o sí”. Esta postura no quema ya los vagones sino las naves y esperemos al próximo 11 de septiembre… diada y 300 años de la caída de Barcelona ante las tropas borbónicas que los independentistas tergiversan como caída de Cataluña ante España.

La soledad procede, como aquel 14 de marzo, de la sensación de que, entre mi grupo de amigos, sólo yo veía clara una inevitable escisión de Crimea. Veo ahora también una serie de hechos que parece que mucha gente no ve o no quiere ver.

1º.- La cuestión de la independencia, para la mayoría de los independentistas, hace tiempo que dejó de atenerse al discurso de la lógica o la razón, ni a ningún hilo argumental. Es un puro sentimiento, se ha convertido en una fe ciega, en una religión laica.

2º.- Ningún territorio que ha querido sincera y mayoritariamente ser independiente ha dejado de serlo. Lamentablemente en la mayoría de los casos guerra mediante. Ahí están los EEUU, Hispanoamérica entera, Irlanda, todos los territorios de la antigua Yugoslavia, Abjasia, Kosovo o Sudán del Sur, por citar sólo algunos y en distintas épocas. Afortunadamente estoy convencido que ahora el proceso será agrio, incluso hasta escocer, pero pacífico.

3º.- Desde hace lustros los gobiernos catalanes, con Pujol a la cabeza, están dando pasos callados pero imparables para la creación de un estado catalán que prácticamente está formado en su totalidad. Salvo algunas competencias casi residuales, lo más significativo de ello en seguridad (ejército, control de armas, aduanas, extranjería y documentación, etc), parte de la fiscalidad y política exterior, todo lo demás ya está. Incluso está preparado parte de lo que les falta, pues el Estatuto recoge la creación de un “Consorcio Tributario Catalán” y tienen un protoministerio de exteriores (Diplocat) con 65 “legaciones” ( web del Departament de Presidència) de distinto nivel y contenido repartidas por el mundo cuyo presupuesto se ha doblado en dos años. Así que, por esta parte, podrían de la noche a la mañana declarar un Estado Independiente sin problemas. Otro gallo cantaría con la parte de la deuda pública, la caja de las pensiones, las prestaciones de desempleo, el gasto social y todas las “naderías” por el estilo.

4º.- Desde hace lustros también se está insuflando en la sociedad catalana el catalanismo excluyente de modo casi imperceptible, desde la inmersión lingüística, las escuelas y los “retoques” de la historia hasta el “España nos roba”. Prácticamente todas las nuevas generaciones catalanas son pro-separatistas (vean las imágenes de la famosa cadena y las edades de la gente, pocos pasan de 50) y cada año un nuevo bloque va cumpliendo la mayoría de edad . Muchos de aquellos que fueron en los 60 y 70 a Cataluña están ya cansados de intentar defender su españolidad contra corriente y pasan o se dejan arrastrar por la mayoría; son mayores y muchos ya ni se molestarán en ir a votar; otros han muerto o lo harán en pocos años. El independentismo así es pura demografía.

5º.- Para colmo el independentismo ha sido la excusa perfecta para ocultar los recortes hechos por Mas y sus gobiernos, su mala gestión y la corrupción que campa allí como aquí. Además de echar la culpa “a Madrid” de todos los problemas de la crisis. La independencia se ha convertido en asunto casi exclusivo en los medios y se apodera de las conversaciones por encima de paro, crisis, recortes, preferentes o desahucios. Basta ver allí un teledirario o un coloquio.

Hoy “la Generalitat está en quiebra técnica (a pesar de las ayudas centrales) y sin los presupuestos aprobados, el Gobern no tiene mayoría parlamentaria suficiente para llevar a cabo sus políticas, el partido que gobierna tiene la sede embargada por un caso de corrupción y el secretario general está de facto inactivo por estar imputado en otro caso del mismo género: todo esto no parece tener importancia porque solo interesa un tema, el monotema, la independencia de Cataluña” (transcrito de Francesc de Carreras, eDiario.es 7/4/14, el paréntesis en cursiva es mío).

6º.- Es curioso que, salvo cuando los motivos son pura o mayoritariamente étnicos o religiosos (los Balcanes, por ejemplo) todos los movimientos nacionalistas modernos son de índole económica. El rico norte italiano y su Liga, los sudaneses del sur (con su petróleo), ojo petróleo es en parte lo que hay también detrás de los escoceses (la disputa por los últimos coletazos del yacimiento del Mar del Norte, que hace que Gran Bretaña lleve 16 reformas fiscales y 14 ministros del ramo en 17 años) y los belgas flamencos con una de las rentas per capita mayores del mundo. Y cómo no Cataluña con el mayor PIB de España (192.545 millones en 2013, casi el 20% del Estado) y una renta per cápita (la 4ª del Estado) casi una cuarta parte por encima de la media nacional y como un 10% sobre la media de la Europa comunitaria.

Mas afirma que Rajoy no le ha resuelto nunca nada y que está “sordo y sin imaginación”

Mas afirma que Rajoy no le ha resuelto nunca nada y que está “sordo y sin imaginación”

7º.- Hay algunos (afortunadamente sólo algunos) nacionalistas españoles que enseguida sacan aquello del artículo 8º de la Constitución con el ejército y la unidad de España. Pues bien, si ningún presidente del Gobierno se ha atrevido siquiera a amenazar con suspender la autonomía (y razones ha podido haber varias), ¿alguien piensa que pueda lanzar el ejército contra Cataluña?, ¿con qué objetivos?, ¿con qué medios? Hay que recordar que hoy en día no hay un ejército popular sino profesional; ni qué decir tiene que la mayoría están allí por lo que tiene de “trabajo fácil y seguro, medio funcionario” y que su “ardor guerrero” brilla por su ausencia. Para más inri, salvo algunos mandos, la mayoría sirve en su ciudad, lo que quiere decir que de los efectivos que haya en Cataluña, la mayoría son catalanes y huelga decir de qué lado se pondrían muchos de ellos, algunos aún a regañadientes, si les tocase decidir.

8º.- Los políticos catalanes están desbordados, sobre todo CIU, que como siempre solo quería aquello de “la puntita nada más”, pero ahora ya no pintan nada. Han echado tanta leña al fuego que ahora arde sólo y nadie ve manera alguna de apagarlo. Ahora es el clamor popular el que cada día que pasa aumenta en número y decisión independentista. Mas está en un callejón sin salida al que no quería más que asomarse, pero está al final, casi frente a la pared y no tiene otra salida que convocar en referendum como sea; aunque sea con eso de “las elecciones plebiscitarias”. El mes pasado el 60 % apoyaba la independencia (5% más que hace unos meses) si la tendencia sigue así, y no veo pasos por ninguna parte para que cambie, este otoño puede ser el 65 o el 70. Pero será peor si no hay referéndum. Unas “elecciones plebiscitarias” con el PSC jugando a los autos de choque, unas derechas (ahora varias) divididas entre el PP. Vox, Ciutadans y UPyD y unas izquierdas, como siempre, atomizadas ¿Qué nos deja? Pues dos amplias mayorías de ERC y CIU. Y si según parece, estos dos partidos juntos alcanzasen un alto porcentaje (por ejemplo un 75-80%) y se han presentado a una elecciones como plebiscito sobre independencia ¿qué única jugada queda? ¿Y en esas circunstancias que puede pasar? Pues eso, quizá no en 2015 pero en poco tiempo no veo otra: Adiós Cataluña, adiós.

Victor Poblador es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats