Respondería pero temo molestar

José Enrique Centén Martín

Recibí por internet la felicitación de Navidad de un antiguo compañero y amigo, me dejó preocupado porque no supe contestarle, sabía que llevaba varios años en paro y me pareció mal responder de igual manera, porque yo no lo estoy. Me dejó pensativo, al cabo de unas horas le mandé un correo preguntándole cómo le va la vida. De inmediato contestó, ¡llevo cinco meses trabajando!, me emocionó, me hubiera gustado ver su cara de satisfacción. Respondí de inmediato alegrándome de su situación y deseándole que pasara unas maravillosas fiestas, me preocupaba su situación, como la de los 5 millones de personas en el paro con las prestaciones agotadas o recibiendo un subsidio para indigentes, agravado si tiene familia a quien mantener.

Mientras que nuestro indigno Gobierno, se le llena la boca asegurando que la crisis financiera ha acabado, jaleado por la patronal bancaria y las grandes empresas. O cuando la segunda de a bordo proclama que la corrupción es un mal generado por la sociedad, culpándonos a todos, dado que los corruptos existen por la sociedad en que vivimos, por nosotros, pero expulsan de la judicatura a jueces que lo investigaron y aún no han metido en la cárcel a ninguno de los encausados (salvo a media docena, no más), ni se ha abierto juicio contra la financiación ilegal del Partido Prevaricador. Pero criminalizan las protestas con años de cárcel por la ley Mordaza, encerrando a una persona que robó en una farmacia dos botes de leche para su hijo recién nacido o condenan a tres años de cárcel por gastarse en pañales y comida a una madre que se encontró una tarjeta de crédito, mientras los corruptos libres y sin devolver un solo euro de lo defraudado y robado. Pero la mayor desfachatez es la del Ministro miembro de una secta religiosa consentida, de la que son miembros o muy cercanos todos los demás ministros de este gobierno. condecorando imágenes eclesiales con la medalla al mérito policial que llevan aparejadas pensiones anejas en forma de salario, más ayuda a la Iglesia, como si no fuese suficiente los 10.000 millones del Concordato y la exención de impuestos.

Este mismo ministro también aumenta el sueldo a las fuerzas de orden público (FOP), será necesario, pero igual de necesario es para el resto de los funcionarios del Estado, a ellos la congelación salarial, y sin pagas extraordinarias desde hace varios años. Pero miman a las FOP, creando una guardia pretoriana para que les defiendan, incluso preparan al ejército en prácticas antidisturbios, todo para proteger a los suyos y sus privilegios, temen a los ciudadanos y a su desesperación cada vez más acuciante por su mal gobierno y falsas promesas, volviendo a establecer el Estado policial como en la dictadura.

Persiguen a los parados que tal vez tenga una prestación y trabajan en negro para poder alimentar a su familia, olvidándose del patrón que propicia esta situación contratándolos ilegalmente, detrás de un parado trabajando en negro hay un patrón defraudador, sin embargo a ellos no sancionan en la misma medida cuando estafan al trabajador y al Estado.

Las actuaciones de este Gobierno tienen una doble cara, han aprobado un salario de 450 euros a los parados de larga duración sin prestaciones, con el beneplácito de los sindicatos (vergonzoso, en lugar de exigir estos un salario social para los parados por la política económica de estos gobiernos, que los han expulsados del mercado laboral); 450 euros durante seis meses afectando escasamente a 500.000 personas, y los cerca de 2 millones de hogares sin ningún ingreso, olvidados.

Y tildan de populismo a Podemos al proponer un salario mínimo general para los parados, mientras el Partido Prevaricador lo hace con la pretensión de que los 500.000 afectados sean votos, porque el tiempo de prestación tiene límite, las elecciones municipales. Espero que no caigan en la trampa estos, como al resto de parados, porque surgirán nuevas promesas, animo parodiando el anuncio de la lotería: “Manu, no pierdas la esperanza, en el 2015 PODEMOS”.

José Enrique Centén Martín es socio de infoLibre

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