La responsabilidad social corporativa de Bankia

Mario Martín Lucas

La responsabilidad social corporativa (RSC) es un término que, aplicado al ámbito empresarial, trata de una responsabilidad de carácter ético, entendida como la gestión responsable de las organizaciones empresariales.

En el mundo de la empresa hoy se pone mucho énfasis en la mejora de lo que se denomina el “gobierno corporativo” y la especial atención a este concepto, especialmente ante los grupos de interés afectados en cada caso (stakeholders, en inglés): clientes, proveedores, empleados, etc.

El pasado 28 de febrero se presentaron los resultados de Bankia en el año 2014, con un beneficio de 714 millones de euros, un 22,30% más que hace un año, aunque con disminución de su balance tanto en créditos (-6%), cómo en recursos de clientes (-4%); tras haberse conocido el reparto de la asunción de un máximo de 780 millones de euros por posibles indemnizaciones en relación a afectados por su salida a bolsa en julio de 2011, de los que los primeros 312 millones de euros serán asumidos por Bankia y el resto, por 468 millones de euros, por el BFA, propiedad al 100% del FROB y, por esa vía, de todos los contribuyentes españoles.

El Consejo de Administración de Bankia acordó proponer a la Junta General de Accionistas del banco el pago de un dividendo de 1,75 céntimos de euro por acción con cargo a los beneficios del pasado año, lo cual supondrá un desembolso de 202 millones de euros, mientras aún hay en esa entidad más de 22.000 millones euros de fondos públicos de todos los españoles que permiten que pueda seguir funcionando.

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La normalización de Bankia no se logrará mientras no se resuelvan las situaciones de los afectados por su gestión, bajo el actual equipo directivo o con otros, pero la Justicia, con mayúsculas, debe marcar las responsabilidades de que los 3.000 millones de euros captados en su OPV se volatizasen y con ellos los ahorros de muchos de sus clientes habituales, así como con los preferentistas que no han sido atendidos en el proceso de arbitraje –casi 1/3 del total- o con los empleados afectados por el ERE, despedidos forzosos, con quienes se ha incumplido el compromiso del abono del segundo pago previsto en el acuerdo sindical.

Una entidad como Bankia no puede esperar que su responsabilidad social corporativa cale en la sociedad con parte de su clientela, proveedores, empleados y exempleados con cuitas pendientes con ella, más allá de que comience a pagar dividendos y con más de 20.000 millones de euros por devolver a las arcas públicas.

Mario Martín Lucas es socio de infoLibre

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