Librepensadores

De la televisión pública

Antonio Arco

¿Alguien se puede imaginar que en cualquier organización empresarial se dé la oportunidad de decidir sobre estrategias de producción y ventas a un equipo responsable de que éstas hayan bajado un 71%?

Pues bien, el 2 de enero de 2012, en un comunicado, RTVE anunciaba:

Tras 52 meses consecutivos Televisión Española había sido la referencia informativa con 5 puntos de ventaja sobre la segunda opción.

TVE, con un 14,5% de audiencia, había sido la televisión más vista liderando por tercer año consecutivo la audiencia de la pequeña pantalla en España. Había liderado las franjas de máxima audiencia (15,9%), mañana (12,6 %) y sobremesa (17,7 %)

En 2014, TVE obtiene los siguientes datos:

Pierde la primacía en los informativos siendo superada la segunda edición del Telediario por prácticamente todas las cadenas y alcanzando a duras penas un 10% de la audiencia.

En máxima audiencia, 12 %, en la mañana, 8,8 % y en la sobemesa, 11,8 %. Total audiencia media anual, 10%.

El 26 de junio de 2015, TVE firmaba los siguientes resultados:

En máxima audiencia, 10,8; en la mañana 8,6 y en la sobremesa 11,5. Total día, 8%.

Todos los datos marcan una permanente tendencia a la baja. ¿Qué ha variado de aquel ayer a hoy?

Pues simplemente nada más que el procedimiento de elección del presidente de la corporación RTVE.

Se ha aplicado la ley consensuada entre PP y PSOE desde 2006. El PP en solitario vuelve a designar al presidente a su criterio y éste no es otro que la instrumentalización de la Corporación para sus intereses de partido.

Pero lo hacen tan mal que repiten los errores que antes cometieron en Canal 9 de Valencia y en Telemadrid . Tanto y tan mal controlan los informativos que no los ve ni su propio electorado, pues no se entiende que en una comunidad como Madrid con mayorías del PP que rondan el 30% solo un 4% vea esta propuesta de Televisión.

Pero, además su obcecación por los informativos, hace que la dirección considere el resto de programas como comparsa y solo les sirva, salvo excepciones, para agradecer servicios prestados. Así entendemos las programaciones que últimamente han fracasado en TVE y que por vergüenza han tenido que levantar. No entienden que los programas llamados de entretenimiento son los motores de la cadena y que estos son los que lastran o elevan la visión de los informativos, que por otra parte tienen que ser veraces y serios. Mientras deleguen la responsabilidad de las cadenas en periodistas afines, las audiencias seguirán cayendo.

Pero no hay que engañarse, porque parte de la estructura dirigente del PP solo desea el fracaso de la gestión de las empresas públicas, aunque para ello sean ellos mismos los causantes de ese fracaso. Lo disfrazarán de fracaso del modelo después de esquilmarlo.

En estos días vamos a tener un ejemplo de funcionamiento institucional alrededor de las propuestas que haga el PP para Telemadrid. Si es capaz de reconducir y profesionalizar la cadena abriendo la gestión a personas cualificadas y centrando al mundo de la información en su importante parcela informativa, estaremos todos de enhorabuena. Entendemos perfectamente que en un hospital el gerente sea el verdadero gestor y el director médico un experto en medicina hospitalaria.

¿Por qué no puede ser que importemos ese sistema a nuestras televisiones públicas?

¿Es que no se dan cuenta de que con el control autoritario en TVE los dos partidos mayores han ganado y perdido unas elecciones?

No es de recibo que el máximo órgano de control de TVE, que no es otro que el Gobierno por decisión propia, deje hundir día a día un medio otrora referente dentro de las televisiones europeas. ¿Cree el gobierno que de verdad le sirve para algo el desprestigio constante de una institución que en otros países vertebra y articula la convivencia nacional?

Por supuesto, el equipo de la ruina no vale, aunque seguro se puede distinguir a buenos de malos, pero es imprescindible el recambio de los responsables de contenidos de programas y de espacios informativos.

Mañana es tarde para reconducir este asunto. Debemos volver a los acuerdos anteriores, mejorándolos y, sobre todo, contestando políticamente cada partido a estas tres preguntas:

¿Su partido está a favor de la televisión pública?

Si lo está, ¿qué modelo de televisión pública quiere?

La BBC persigue a Rajoy

Y, ¿cómo lo piensa financiar?

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Antonio Arco es socio de infoLibre

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