Librepensadores

Antes burro que Iberia

Joaquin Cuesta

El pasado 30 de agosto 42 antiguos alumnos del Instituto Jovellanos de Gijón acudimos a las 6.30 de la madrugada al aeropuerto de Asturias para tomar un vuelo destino a Madrid para después enlazar con Dubrovnik (Croacia). Una excursión que desde hacia meses teniamos contratada con la agencia de viajes 'Caravana', en Gijón.

A la hora de facturar resulta que mis esposa, Alegría María Jesús González Bernaldo de Quirós, y otra excursionista, Carolina Josefa Trelles Álvarez, figuraban en la lista de Iberia con los apellidos Alegría y García Trelles respectivamente, en lugar de los correctos, y por lo tanto no permitian la facturación.

Puestos en contacto con el jefe de la expedición nos envían a una ventanilla donde se le explica la cuestión a una empleada, provistos, como es lógico, del correspondiente DNI y pasaporte de las indicadas, y después de mucha consulta telefónica aparece otra persona, vuelta a interminables consultas telefónicas, y por fin nos informan que pasemos a facturar. La situación estaba resuelta.

En el mostrador me entregan los billetes de embarque y me dicen que en el vuelo a Madrid iré separado de mi esposa ya que no quedan dos asientos seguidos, a lo cual no puse ninguna objeción, pero al momento se nos presenta otra empleada diciéndonos que la esperásemos al entrar en el avión. Cuál seria nuestra sorpresa al embarcar cuando dicha empleada nos informa de que mi esposa y la otra mujer no tienen asiento y por lo tanto se quedarán en tierra.

Ante tal situación trato de ponerme en contacto con el encargado del grupo que ya estaba dentro del avión y no me lo permiten, y propongo a la empleada quedar yo en tierra y que pasara mi esposa, ya que estaría más arropada con el resto de la excursión, o bien quedar los dos y que pasara la otra señora, a lo que se opuso la susodicha que, por cierto, estaba bastante nerviosa al igual que nosotros, y de muy malos modos me conminó de que embarcara o de lo contrario perdería el billete.

Con tanto "rifirrafe" mi documentación queda en poder de mi esposa y embarco sin que nadie me pida la tarjeta de embarque ni documentación. Al entrar observo que en Business hay asientos sin ocupar, pido explicaciones y me informan que esos asientos no se venden, y al quejarme de que nuestro viaje ya habia sido concertado con meses de antelación, y por lo tanto debian de estar reservados, me informan que la compañía por ley puede vender hasta un 10% más de pasaje y el que llegue a última hora, como por incompetencia del personal fue nuestro caso, se queda en tierra.

Hay que tener presente que estábamos en el aeropuerto desde la 6.30 de la mañana y el vuelo partía a las 7.45 y creo que salió más tarde de la hora indicada según me informaron mis compañeros de excursión.

Ya en Madrid y a punto de embarcar para Dubrovnik observo que estoy indocumentado y a carrera tendida cruzo el aeropuerto en busca de la comisaria de Policia haber si pueden resolver mi situación, ya que con el nerviosismo y fatiga que llevaba, yo en Madrid, mi esposa en Asturias sin saber como se resolveria nuestra situación, y con 81 años encima, ¡más que un viaje de place se había convertido en un viaje de tortura!

En comisaria, viendo mi difícil situación, me atendieron con diligencia, expidieron un pasaporte y me encaminaron hacia el embarque, ya que después de tantas vueltas no sabia en qué parte del aeropuerto me encontraba.

Mientras tanto mi esposa y la otra excursionista en el aeropuerto de Asturias desamparadas, sin que nadie las atendiera, y después de dar mil vueltas la única solución que les daban era que fueran a la agencia de viajes a reclamar, pero ese dia era domingo, no se si lo sabria la empleada, y como última solución que volvieran al dia siguiente a las 6.30 de la madrugada, y ante las protestas ya les dieron seguridad de que viajarían, como así fue, pero nadie les habló de si tenian derecho a alguna indemnización de Iberia o de la agencia de viajes.

Mi pregunta es la siguiente: No comprendo que en pleno siglo XXI en el que todos tenemos número de DNI, que sería el principal indicativo de identificación, se utilicen estos como en el caso que nos ocupa, dada la elasticidad ortográfica e idiomática que se usa, aparte de los errores que se pueden cometer en la confección de las listas de embarque, como fue nuestro caso y que tantos disgustos nos causó.

No tengo la seguridad total pero si la sospecha de que estando en la puerta de embarque se presentó un adulto con un niño, y dado el secretismo y nerviosismo de la empleada con los citados, mi sospecha es de que seguimos en la España cortijera de ciudadanos de 1ª y 3ª.

No me cabe en la cabeza que a simple vista se ve que es un error de transcripción y que dos empleadas en más de una hora y después de infinidad de llamadas telefónicas no fueran capaces de resolver la cuestión, como tampoco comprendo que pueda entrar en el avión sin que nadie me pida la tarjeta de embarque y documentación.

Tres pitos me importa la indemnización que pueda recibir de esa compañía o de la agencia de viajes, ya que el "atragantón" que pasamos no nos lo quitará nadie ni se paga con dinero. Por eso me gustaría denunciar el proceder de una empresa que cuenta con miles de empleados, muchos con sueldos de escándalo, que gasta ingentes cantidades en propaganda y promoción y que no sean capaces de organizar con un mínimo sentido de racionalidad la venta de billetes, con el siguiente anunciado:

Antes en burro que con Iberia si desea viajar con un mínimo de eficacia y seguridad.

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Joaquín Cuesta es socio de infoLibre

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