Librepensadores

¿A qué juega el PSOE?

Carlos Herrera

Vamos a situarnos, pocos días después de las elecciones del 20D Pedro Sánchez era entrevistado en el informativo de Telecinco, para mi sorpresa (aunque igual peco de ingenuo), Sánchez dijo que "Pablo Iglesias es esclavo de sus promesas electorales". Ahí es nada.

Inmediatamente mi mente acostumbrada a Twitter y sus debates conformó el siguiente pensamiento: "Al parecer, para Pedro Sánchez lo que se dice en campaña electoral para atraer el voto no tiene que ser cumplido". Pero mi ingenuidad volvió a vencer y quise voluntariamente pensar que había sido un desliz, un error propio de estar en un programa de televisión.

Pero no. Los días posteriores confirmaron que no se trataba de un desliz, mas bien hicieron pensar que el desliz había sido toda la campaña. Esa campaña electoral donde Sánchez no tuvo problema alguno en calificar a Albert Rivera como la derecha española, cosa que no estaría ni tan desacertada de no ser porque es con esa derecha con quien Pedro Sánchez ha pactado la Presidencia del Congreso para Patxi López.

Pero claro, no sería posible un artículo de algo tan "nimio". En otra aparición en televisión, concretamente en El Intermedio, el líder oficial del PSOE (el oficioso ya sabemos que es oficiosa) se queda tan a gusto afirmando que "tenderá la mano a derecha e izquierda para pactar". Y tan ricamente.

No seré yo quien critique el diálogo con nadie, ya sea de derechas, izquierda, arriba, abajo o de Narnia si es necesario, pero claro, cuando llamaba al señor Rivera "derecha española" parecía ensalzar su "izquierdismo".

Recuerden ustedes que Pablo Iglesias contestó que Rivera era de lo que hiciera falta.

Parece que Pablo Iglesias equivocó el objetivo de tal afirmación, que hubiera sido ajustada al señor Sánchez.

Sabemos por experiencia que el PSOE es capaz de pactar con la derecha de este país (ya lo demostró para la modificación del tristemente famoso 135), pero lo que sorprende (cada vez menos) es que la palabra maldita "la derecha" cada vez le cueste menos pronunciarla al señor Sánchez.

De hecho, últimamente la que parece le cuesta pronunciar es la contraria, la izquierda.

Ya saben, aquello del "soy republicano pero me gusta el rey".

Y por si la posición no era clara, hace el PSOE una alineación nítida con el gobierno del señor Rajoy en el tema catalán.

No para defender la unidad de España (cosa respetable) sino para apoyar el inmovilismo del gobierno. Pudiera el señor Sánchez, si cortara el cordón umbilical con Susana Diaz, defender la unidad de España en un referéndum. Pudiera, en caso de atreverse, dar voz a los catalanes y convencerlos que España es la mejor opción. Convencerlos señor Sánchez, no imponerlo.

Puede el señor Sánchez pactar con Ciudadanos, con el PP o con Vox si es de su agrado, puede el señor Sánchez también moverse en las turbulentas aguas de su partido intentando contentar a todos para mantener su oficial liderazgo (el oficioso...), puede tener la mano a la derecha, ser de centro, gustarle el rey...

Pero con todo eso, lo que igual no debería el señor Sánchez, es llamarse socialista.

Carlos Herrera es socio de infoLibre

ACTUALIZACIÓN 18 de enero (Nota del autor): Con el periodista de la COPE sólo comparto nombre y apellido. Gracias a todas las personas que han leído mi artículo, estén o no de acuerdo con él.

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