Librepensadores

¿Nuevas elecciones, otros resultados?

Mario Diego Rodríguez

Henos aquí de nuevo delante una encrucijada electoral, previsible ya, desde mi punto de vista, una vez conocidos los resultados electorales del 20-D y que por muchas posibilidades que algunos especialistas – ya sean politólogos o periodistas – hayan barajado en sus análisis, no cabía la menor duda de que las cosas acabarían como acabaron.

El 8 de febrero, en un artículo de quien esto suscribe, publicado infoLibre, decía que una vez Pedro Sánchez mandatado para formar gobierno por el jefe del Estado, lo único que se había desbloqueado era el cronómetro para medir el tiempo que nos separaba de nuevas elecciones. El haber hecho tal afirmación y haber acertado no es nada distinguible. Era más fácil de prever que habría nuevas elecciones que acertar en jugando a cara o cruz; en el primer caso hablamos del 99% de probabilidades en el segundo solamente del 50%.

Una de las probabilidades para concretar una investidura que se concluyera con la formación de un gobierno duradero, hubiera sido que uno de los cuatro partidos más votados alcanzara en solitario los 176 escaños necesarios, no ha ocurrido. Otra, hubiera sido que la suma del PP y Ciudadanos o que la suma del PSOE, Podemos, las confluencias, IU y Compromis alcanzaran esa mayoría absoluta, tampoco ha ocurrido, lo que evidenciaba que habría nuevas elecciones. ¿Cómo podía ser de otra manera?

¿Había otras posibilidades? Ninguna que no fuese demorar lo inevitable. ¿Qué interés habría en formar un gobierno minoritario expuesto de un día para otro a una moción de censura?

Existía una posibilidad para formar ese gobierno duradero que no he querido mencionar en el párrafo anterior, la que algunos llamaron Gran coalición y cuya suma de escaños daba sobradamente para alcanzar los 176 necesarios; Gran coalición que consistía en un pacto entre PP y PSOE. Si no he querido citarla es porque las probabilidades de que ésta viera la luz eran casi nulas por no decir nulas. Debo decir, eso sí, muy a pesar de algunos históricos del PSOE que antes de gobernar con Podemos preferirían hacerlo con el PP contando así con el beneplácito de sus amiguetes del Ibex35.

¿Por qué esa probabilidad no tenía ningún futuro? Porque si lo propio de los históricos del PSOE es de haber liderado un día el partido, lo propio de los que no lo son aún es de tener que liderarlo hoy. Si esa posibilidad no salió adelante no ha sido tanto porque los nuevos dirigentes discrepen fundamentalmente con esa idea, sino por no querer suicidarse políticamente perdiendo el crédito – por pequeño que sea – con el que aún cuentan entre la clase trabajadora y dejando así campo abierto a Podemos.

Lo que sí habrían podido haber hecho al cabo de estos cuatro meses de precampaña, ya que están tan preocupados por nuestra suerte, era ponerse de acuerdo para no respetar las pautas constitucionales y no esperar al 26 de junio para convocarnos a las urnas. ¿Dos meses más de precampaña y campaña son verdaderamente necesarios?

Rajoy quiere negociar una fórmula de gobierno con el PSOE, pero no descarta la opción C's-PNV-CC

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Pienso que la mayoría de entre nosotros, después de esos cuatro meses, hemos despejado las hipotéticas dudas que podríamos tener aún y tenemos muy claro, en cada campo respectivo, por quien votar. Son muchos los que durante esos cuatros meses han atribuido a nuestros votos sus propios deseos, por lo cual, votar de nuevo no es ningún drama y además puede contribuir a esclarecer un poco la situación e impedir de que nos atribuyan pensamientos que no son los nuestros.

Personalmente, si el 20-D votaba en blanco, el 26 de junio tengo la intención de cambiar mi voto. Lo voy hacer sin ninguna ilusión y sin esperar nada: No voy a cambiar mi voto para votar por alguien pero para votar en contra de alguien. Como he dicho más arriba, no espero nada del hipotético “gobierno del cambio” que pueda salir de las urnas, por lo cual, espero aún menos del continuista, aunque, lo que los diferenciaría es marginal. Estoy convencido de que sea el gobierno que sea, la clase trabajadora no obtendremos nada que no ganemos a pulso en la calle.

Mario Diego Rodríguez es socio de infoLibre

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