Librepensadores

Todos unidos contra Podemos

Andrés Herrero

Allá donde terminan los montajes, comienza la campaña de desprestigio de los dirigentes de Podemos, acompañada de las consabidas etiquetas descalificadoras repetidas hasta la saciedad: comunistas, populistas, radicales, extremistas, chavistas, amigos de ETA, financiados por Venezuela e Irán…

Las cloacas del Estado funcionan a pleno rendimiento. El Gobierno no vacila en hacer un uso sectario de la policía, la fiscalía, la judicatura, la Agencia Tributaria, la televisión pública y los medios de comunicación afines (prácticamente todos los de papel), para vomitar su veneno.

La estrategia del PP se basa en enfangar a Podemos para tapar las corrupciones de sus miembros y lavar la imagen de su partido.

Hasta que no pasen las elecciones, vamos a asistir a una orgía de denuncias falsas y dosieres fraudulentos, destinada a pintar cuernos y rabo a Podemos. Hay que inyectar una ración extra de miedo a los ciudadanos, para que vean lo malísimos que son esos chicos sin corbata, se convenzan de que el triunfo de la coalición de izquierdas supondría el fin de la democracia en España, y se olviden de que quienes han arruinado al país son los que lo han gobernado, no Podemos.

Para el PP abandonar la Moncloa supone despedirse del monopolio del poder institucional de hacer y deshacer a su antojo (su cortijo) y perder las mil y una prebendas de que disfruta, exponiéndose a que saquen a la luz sus trapos sucios. Una tragedia absoluta. Por fortuna para ellos, su parroquia es tan a prueba de imputados y fiel como la Legión.

Nos encontramos ante los mismos patriotas de siempre que, no conformes con vivir opíparamente a la sopa boba y saquear el país sin contemplaciones llevándose el botín fuera, se han cargado los derechos laborales de los trabajadores; rebajado sus salarios hasta niveles de miseria; vaciado y casi acabado con la hucha de las pensiones; elevado el paro hasta cotas nunca alcanzadas (primero lo destruyeron para luego volverlo a crear en peores condiciones, más barato y precario); reducido la cobertura de los desempleados; recortado el dinero destinado a la investigación, la educación, la sanidad, las becas y la dependencia; aumentado el precio de las matrículas; multiplicado por mil los desahucios y las familias arrojadas a la calle; vendido a fondos buitre las viviendas sociales; expulsado a los jóvenes más preparados dejándolos sin votar y sin cobertura médica; estafado a los pequeños ahorradores; despojado de los servicios básicos de calefacción y luz a los más desfavorecidos; implantado una fiscalidad regresiva e injusta y aprobado una amnistía fiscal; salvado a los bancos privados a costa de incrementar en más de 300.000 millones de euros la deuda pública…

A ver quién da más. Corrupción, derroche y mala administración constituyen la hoja de servicios del PP, con la que han dejado noqueado, cautivo y desarmado al pueblo soberano.

Para conseguir que la economía marche bien y “crezca”, se necesitan recortes y sacrificios, cuantos más, mejor. Estamos viviendo por encima de las posibilidades de los chinos y eso no puede ser. La desigualdad constituye el mejor termómetro de la “recuperación”: cuanto más se dispara, más hay que seguir “profundizando en las reformas”, hasta que la brecha social se convierta en un abismo insalvable.

A pesar de los escándalos que a diario le estallan en las manos como bombas fétidas, nada frena al PP, cuyos dirigentes siguen robando con la misma entrega, oficio, desfachatez e impunidad habituales, haciendo de la política un vertedero.

Pero con Podemos, IU y las confluencias de izquierda, a nuestros salvadores de la patria les ha salido un grano, porque pueden acusarles de muchas cosas, menos de falta de honradez. Ya gobiernan en los Ayuntamientos de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia, A Coruña, Cádiz, etc., y aunque las dificultades no han desaparecido, al menos se han aliviado y, pese a los errores cometidos, se ha podido observar un talante totalmente distinto: que sus actuaciones más controvertidas hayan sido una cabalgata de Reyes, los chistes de un concejal o la actuación de unos titiriteros, lo dice todo.

Incluso algunos de estos Consistorios bolivarianos hasta han logrado sanear las cuentas y disminuir su endeudamientobolivarianos llevando una buena administración, pero mientras que a ellos se les examina con lupa cada movimiento que realizan, a quienes les acusan se les consiente todo: hundir empresas públicas y derrochar los recursos en obras faraónicas y megalómanas sin que nadie les pida explicaciones, usar tarjetas black a discreción y sin control, cobrar sobresueldos en B, ocultar cuentas en Suiza, forrarse con informes inexistentes, enriquecerse a base de mordidas, sobornos, recalificaciones, comisiones y contrataciones a dedo…

Esperar que gestionen con decencia y lo público, es pedirles demasiado… ¿cómo van a gestionar correctamente lo público (sanidad, educación, pensiones), quienes solo creen y defienden lo privado?

Ahora cuando llega el momento de la verdad, todos se tendrán que retratar ante las urnas. Comenzando por el PSOE, que deberá decidir si permite, por acción o por omisión (absteniéndose), un gobierno PP-Ciudadanos, sin Rajoy, como figura en el guión, con la excusa de facilitar la gobernabilidad.

Las elecciones del 26 de junio van a servir para comprobar si España es un país de izquierdas, o al menos medianamente normal, en el que los ciudadanos pasan factura a los responsables de su empobrecimiento, sin dejarse vencer por el miedo, la impotencia y la resignación.

Así será el logo de Unidos Podemos en las papeletas del 26-J

Así será el logo de Unidos Podemos en las papeletas del 26-J

O eso, o votar paraísos fiscales.

_______________

Andrés Herrero es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats