No te hagas cómplice con tu voto

Franklin Delano Roosevelt: “Tal vez Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.

Por más vueltas que le doy no llego a comprender cómo millones de ciudadanos siguen dando su apoyo a un partido político que está plagado de dirigentes y responsables ladrones y corruptos. La verdad que no es fácil de entender.

El otro día vi una entrevista que le hicieron al señor Revilla, presidente de Cantabria, en la que hacía un vaticinio del resultado de las elecciones generales que se celebrarán el 26 de junio, en el que pronosticaba un triunfo del Partido Popular con un porcentaje de voto del 29%. El entrevistador le inquiría diciendo que cómo era posible que pensara que iba alcanzar ese volumen de votos después de las tramas de corrupción en las que estaban inmersos los máximos responsables políticos del partido; a lo que el señor Revilla respondió: “El Partido Popular tiene un voto fiel cercano al 30% y esos votantes le seguirán votando, aunque el señor Rajoy entre con una recortada en la Catedral de Burgos y trinque todos los cepillos”. La mayoría de los siete millones de votos que todavía conserva (casi cuatro millones se fueron porque no soportaban el hedor) saben, sin ningún género de dudas, “que el partido al que votan está plagado de ladrones, pero son nuestros ladrones”.

Y uno que, en su ya dilatada trayectoria como votante, siempre depositó su sufragio con la certeza de que sería gestionado con honradez, queda perplejo ante el hecho de que tantos ciudadanos sigan tirando su papeleta a una fosa séptica, haciéndose cómplice de los desmanes de estos sinvergüenzas. Es alucinante.

En todo caso, y en honor a la justicia, es preciso hacer algunas consideraciones: se comprende que, los dirigentes del partido que viven del erario público o los empleados del mismo, le voten. También se entiende que le voten los afiliados (más de ochocientos mil) que lograron o piensan aún lograr alguna prebenda por el solo hecho de tener el carnet. Se entiende igualmente que lo haga toda la curia católica, pues así lo hicieron siempre, aún a costa de traicionar el mensaje evangélico que debería guiar sus pasos. Y lo mismo la alta burguesía (en los pueblos ya no queda) o incluso esos que se creen pertenecer a ella. Es comprensible que lo hagan los franquistas que se aprovecharon de la ilegalidad de aquel régimen criminal, e incluso sus descendientes que mamaron del rencor de sus predecesores. Aún nos quedarían esos personajillos fascistas (en todos los pueblos hay alguno) que aún hoy están en contra de que los hijos y nietos de los desaparecidos como consecuencia del levantamiento militar puedan encontrar sus restos.

Pero lo que no se entiende es que tú, aun siendo de ideología conservadora, que te consideras una persona de derechas, que no perteneces a ninguno de estos grupos, que vives de tu trabajo, que actúas siempre con honradez, que educas a tus hijos con los principios que heredaste de tus padres, lo sigas haciendo. Si crees en la honestidad y te asquea el comportamiento de esta gente, tienes otras opciones. No te hagas con tu voto cómplice de estos ladrones. Tus conciudadanos no merecen eso. _______________

Jorge Sampedro Reimúndez es socio de infoLibre