Librepensadores

La Madre Teresa, el final de un mito

Eduardo Luis Junquera

Hay artículos que uno desearía no haber escrito nunca. Éste es uno de ellos. La razón es que vivimos en un mundo que necesita referentes, faros a los que mirar cuando la angustia nos invade por no poder siquiera vislumbrar la costa en medio de las tempestades de la vida. Hoy, los modelos a seguir por gran parte de la sociedad suelen ser deportistas, actores, cantantes, etc.  La vida de estas personas está muy lejos de la vida de cada uno de nosotros. Sin embargo, todos conocemos héroes cotidianos y anónimos: ese padre que se levanta a las seis de la mañana durante cuarenta años para sacar adelante a su familia; esa madre con cinco hijos (mi amiga Rita, en Brasil), cuyo marido la abandonó y limpia casas por más de cincuenta años para intentar darles las condiciones de vida que a ella le fueron negadas; ese sacerdote desconocido, en cualquier lugar remoto, que se desvive y pierde la salud por tantos y tantos desheredados de la tierra; esas cuatro monjas, perdidas en algún punto de África, que hacen milagros (estos de verdad) con su exiguo presupuesto anual. Estas personas, con su ejemplo heroico, nos marcan caminos alternativos al puro y simple materialismo en cualquiera de sus formas: el consumismo alienante y compulsivo, el neoliberalismo, el enaltecimiento de lo material como único valor, etcétera. Para mí, como para la mayoría de nosotros (incluyendo a ateos), la Madre Teresa fue durante mucho tiempo un referente, un modelo de amor al prójimo, de entrega a los demás y de abnegado trabajo en favor de los que menos tienen. Pero prefiero la verdad, por dolorosa que pueda llegar a ser, a creer irracionalmente en un mito, y lo que he leído últimamente acerca de ella no me deja lugar a dudas acerca de lo érroneo que ha sido ensalzarla de un modo tan desmesurado. Hasta el día de hoy, salvo contadas excepciones, criticar a la Madre Teresa ha resultado ser una auténtica rareza, porque la tendencia al endiosamiento y a la creación –a partir de la persona normal y corriente– de un superhéroe que prácticamente tiene poderes mágicos y está libre de toda crítica, es un rasgo social infantil del tiempo en que vivimos, y tal vez lo haya sido de todas las épocas. Lo cierto es que existe poco amor y respeto por la verdad, y que hay quien, con tal de defender su ideología, es capaz de exculpar a Satanás si este se encontrara en sus filas.

Cuentan las crónicas que, al morir Shakespeare, su sepulturero exclamó apesadumbrado: "Le admiré tanto como se puede admirar a un hombre sin llegar a la idolatría". Idolatrar a alguien, ya sea un ser cercano, ya un personaje público, significa desvincularle de su condición humana, porque todo lo humano es imperfecto. Me interesa la verdad, repito, no la mitificación de una persona, sea quien sea, que me lleve a adolecer de uno de los más absurdos y ridículos rasgos que un individuo puede tener: el culto a la personalidad. La religión es un medio, un puente a través del cual llegar a Dios, pero las diferentes iglesias terminan siendo tan dogmáticas, jerárquicas, rígidas y superestructuradas, que acaban convirtiéndose en un fin en sí mismas, principalmente en la medida en que sus objetivos se alejan de los ideales originales. Esto lo he visto en las tres religiones monoteístas y en varias congregaciones en las que el fundador es considerado, indiscutiblemente, un santo, un ungido, un ser predilecto del Señor que termina por imponerse al propio Dios y al amor en la conciencia de sus seguidores. Este parece ser el caso de la Madre Teresa de Calcuta, cuya vida he estudiado con detenimiento a raíz de su canonización. A mí no me corresponde decir si –teológicamente– es o no una santa, no tendré esa osadía, pero hay ciertos detalles (que son categoría y no anécdota) que, cuando menos, sorprenden de la vida de la ya santa de Calcuta.

El concepto del sufrimiento “santo”

En primer lugar, me llamó poderosamente la atención su famosa frase: "Hay algo muy hermoso en ver a los pobres aceptar su suerte, sufrirla como la Pasión de Cristo. El mundo gana mucho con su sufrimiento". Lo cierto es que estoy bastante cansado de oír como algunas personas pontifican sobre una cuestión concreta sin ser protagonistas de la misma suerte que corren aquellos a quienes dirigen sus sermones. A estos últimos nadie suele preguntarles. Yo no entiendo qué puede ganar el mundo con el sufrimiento de quienes han tenido la mala suerte de nacer en países como India y, además, pertenecen a una clase social de desposeídos y miserables. Me resulta de todo punto imposible imaginarme a un dios babeando con el padecimiento y la angustia de sus hijos. Por supuesto que toda aflicción puede enseñarnos y hacernos crecer, pero esta frase parece mostrar agrado ante ese sufrimiento, como si no fuera necesario luchar contra las causas y los orígenes del mal y del dolor humano porque ese dolor puede convertirse en una ofrenda a Dios. Es similar a los absurdos consejos que nos dan algunos sacerdotes, obispos y cardenales acerca del matrimonio cuando la mayoría de ellos ni siquiera han mantenido una relación duradera antes de dedicarse a su vocación religiosa. Tampoco han formado una familia ni se han enfrentado a las complicaciones cotidianas de una unión con otra persona. Quienes no conducen, pretenden enseñarnos a conducir. Nos dan indicaciones, además, desde puntos de vista teológicos y doctrinales rígidos e inequívocos sobre como debe ser la relación conyugal. Pero resulta que la vida real suele ser tarea más ardua y difícil que la teórica, y a veces las cosas se complican, no porque seamos "malos" cristianos, como tantas veces suelen decirnos, sino porque somos humanos. En definitiva, volviendo al caso de la Madre Teresa: no cuestiono, claro está, la ayuda a los enfermos pobres, sino el hecho de no proporcionar una asistencia mejor y más humana en virtud de una interpretación integrista del cristianismo según la cual el dolor es hermoso a los ojos de Dios. Tal vez esa fuera la razón por la que los moribundos atendidos por la Orden de la Madre Teresa (Las misioneras de la Caridad) fueran tratados sin medios pese a las ingentes cantidades de dinero que la organización recibía desde todos los lugares del planeta. Estas donaciones comenzaron a llegar a Calcuta a finales de los años sesenta, veamos cómo.

La creación de un mito mediático

En 1969, el periodista ultra-católico inglés Malcolm Muggeridge visitó Calcuta. La labor de la Madre Teresa se plasmó en el documental Algo bello para Dios, rodado para la BBC. Hoy,pese a internet, la televisión continúa siendo el medio auténticamente masivo de nuestro tiempo, el que dicta quien es un dios o un villano, de manera que podemos imaginar fácilmente el tremendo impacto que debió tener en aquel entonces en Occidente la emisión de este reportaje por parte de la prestigiosa cadena británica a la hora de construir una imagen determinada de la Madre Teresa. Sin embargo, la realidad dista mucho de la idea que todos tenemos del funcionamiento de la Orden de la religiosa. Las personas que han visitado la Casa de los Moribundos (Khalighat) en Calcuta y en cualquiera de los más de 500 centros similares que la organización tenía por aquel entonces en más de 100 países, declaran que allí no había personal médico cualificado, ni siquiera con unos conocimientos básicos de medicina; no había suficiente material para atender a los enfermos; las agujas hipodérmicas, en vez de ser esterilizadas, se lavaban con agua del grifo; los enfermos allí atendidos (algunos de ellos con cáncer terminal), tan solo recibían medicamentos como aspirinas o ibuprofeno; la ropa sucia, a menudo sábanas manchadas con orina y heces de los propios moribundos, se lavaba a mano en la misma estancia donde, también de forma manual, eran limpiados los utensilios de cocina; pacientes con dolencias respiratorias debían bañarse en agua fría porque sólo existía un calentador de agua en todo el edificio. Los ofrecimientos para colocar más calentadores por parte de los visitantes siempre recibían la misma respuesta de las monjas: "Nosotras no hacemos eso aquí. Ésta es la manera en que Jesús lo quiere"; algunos pacientes no estaban en estado terminal, simplemente morían porque no se les trasladaba a un hospital en el cual podrían ser tratados de manera adecuada. Las monjas alegaban que "si se hacía eso con uno, debería hacerse con todos"; los enfermos, tanto los curables como los incurables, se hacinaban en las mismas habitaciones en colchones dispuestos en el suelo, como es natural, el contacto entre ambos grupos producía un empeoramiento en las condiciones de aquellos que estaban en mejor estado. Además, el hecho de que no fueran tratados por profesionales, hacía que a los que no estaban en estado terminal se les tratara con los mismos criterios que a los moribundos; las monjas bautizaban a los agonizantes sin importar a qué religión pertenecían, los testimonios dicen que con frecuencia lo hacían cuando su estado ya no era lúcido. En un vídeo, la propia Madre Teresa explica que les bautizó "para que San Pedro les dejase entrar en el cielo" y finaliza diciendo que “es muy bonito ver a la gente morir con tanta alegría”. Parece claro, pues, que respecto a la enfermedad la Madre Teresa adolecía de una cultura del sufrimiento "santo" en la medida en que creía que a Dios le agradaba ese dolor que era susceptible de ser presentado ante él como una ofrenda, y si a él le agrada, ¿quiénes somos nosotros para cambiar ese orden "natural" de injusticia social? Carecía por completo de una idea de solidaridad capaz de contraponerse a la caridad, esto es, analizar para tratar de entender las causas de la pobreza contra las cuales sí es posible luchar. En lugar de eso, la Madre Teresa aceptaba como algo inevitable e, incluso, como parte de la "voluntad divina", la miseria que asola determinadas áreas del planeta. Glorificar el sufrimiento en vez de luchar contra sus orígenes, no parece que sea la forma más juiciosa de tratar este problema. ¿ Qué pensaríamos de un hospital europeo que aplicara semejantes tratamiento s(conversiones engañosas o forzosas, tratamientos de todo punto inadecuados desde el punto de vista médico-científico, palabras de conforto en vez de ayuda profesional, etcétera) a sus enfermos? La Madre Teresa decía de forma reiterada que ella no era una trabajadora social y que sus refugios no eran hospitales, sino casas de los moribundos. A día de hoy, sus discípulos repiten sus mismas palabras, de lo cual se deduce que la ideología de la Orden es que la austeridad extrema, la miseria, la precariedad en los tratamientos a aplicar a los enfermos y el sufrimiento, constituyen una particular manera de amar a Dios. El reportaje de Muggeridge causó una buena impresión en el Reino Unido, pero en los EE.UU. desató una verdadera ola de devoción y fervor por la religiosa de Calcuta. En 1971, un año después de la emisión del documental, Muggeridge publicó un libro con el mismo título, que no fue sino la primera de muchas hagiografías y textos de propaganda que ayudaron a construir el mito de la Madre Teresa. El propio periodista coordinó una eficaz campaña que incluía la participación de poderosos políticos estadounidenses,que culminó en 1979 con la entrega del Premio Nobel de la Paz a la religiosa.

Los poderosos y los oprimidos

En segundo lugar, si tenemos en cuenta la autoridad moral que se otorga a las personas que han recibido el Premio Nobel de la Paz y la manera en que se escuchan e influyen sus opiniones en todo el planeta, debemos decir también que nunca se alineó con sus coetáneos religiosos que de forma denodada luchaban contra las causas de la pobreza y la desigualdad en todos los rincones del mundo. Jamás se le escuchó, por ejemplo, una palabra de apoyo hacia monseñor Óscar Romero, arzobispo de El Salvador asesinado por los Escuadrones de la Muerte. El continuo hostigamiento que Monseñor Óscar Romero llevó a cabo contra el poder político y económico salvadoreño fue tal que acabó costándole la vida: el 24 de marzo de 1980, fue asesinado por un francotirador cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvador. La orden de su asesinato fue dictada por el mayor Roberto d'Aubuisson. La Comisión de la Verdad para El Salvador de las Naciones Unidas (1992-1993), acusó a D'Aubuisson como responsable de la organización e implementación de los escuadrones de la muerte. Durante su visita a Guatemala, en 1982, un periodista de la revista Newsweek le preguntó acerca de la pobreza extrema y de la violencia que reinaban en casi todos los lugares de Centroamérica, y también sobre la posición de la Iglesia que, según él, debería involucrarse en política para tratar de solucionar estos problemas. En este sentido, únicamente dijo "Todo está pacífico en las partes del país que visitamos, yo no me involucro en esa clase de política". Pese a ello, los asesinatos de indígenas formaban parte de la realidad cotidiana guatemalteca, hasta el punto que la Comisión para el Esclarecimiento Histórico definió las masacres como genocidio tras fijar la cantidad de muertos en cifras cercanas a las 25.000 víctimas. En 1985, la Madre Teresa aceptó la Medalla de Oro de la Libertad de manos del entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, que fue el financiador de estos grupos paramilitares que causaron el terror en varios países de Centroamérica. La relación de Reagan se consideró probada por la Corte Internacional de Justicia en 1984 cuando reveló que el Gobierno de EE. UU. entrenaba, armaba, financiaba y abastecía a la Contra Nicaragüense (grupo guerrillero terrorista) a través de la CIA. Durante su estancia en Nicaragua, en 1986, la Madre Teresa no mencionó siquiera la guerra civil en el país ni el apoyo a la Contra del cardenal de Managua,Miguel Obando.Todo ello pese a que los objetivos de la Contra,con frecuencia,eran hospitales,colegios y lecherías.

Tampoco apoyó, en modo alguno, a Jean-Bertrand Arístide, sacerdote salesiano que defendió los derechos humanos, la igualdad y la justicia, y predicó el Evangelio en Haití. Arístide se distinguió por denunciar los orígenes de la pobreza y el intervencionismo estadounidense en su país. Estas acciones estuvieron a punto de costarle la vida, ya que los escuadrones de la muerte creados por Henri Namphy (uno de los derrocadores del régimen de Jean-Claude Duvalier) atentaron en varias ocasiones contra él aunque sin conseguir su objetivo de asesinarle. La Madre Teresa aceptó la Legión de Honor concedida por el terrorífico régimen de Duvalier en 1981. Javier Zuñiga, asesor de Amnistía Internacional, declaró que "existen suficientes pruebas para procesar a Jean-Claude Duvalier por las detenciones arbitrarias, torturas, muertes bajo custodia, homicidios y desapariciones que tuvieron lugar, de forma generalizada, durante su gobierno, algunas de las cuales constituyen crímenes contra la humanidad”. El Gobierno de los Duvalier, François y Jean-Claude, llevó a la muerte a más de 60.000 personas en Haití. La falta total de transparencia con la que opera la Orden de la Madre Teresa, impide saber con certeza cuánto dinero recibió del tirano haitiano a cambio de elogios hacia su dictadura, pero se calcula que fueron varios millones de dólares. De la relación entre Duvalier y su castigado pueblo llegó a decir: "Nunca había visto a la gente pobre tan cercana a su gobernante como en Haití con Duvalier. Ha sido una hermosa lección para mí, he aprendido de esto". En 1986, Jean-Claude Duvalier fue derrocado tras perder el apoyo de EE. UU. En 1988, Jean-Bertrand Arístide fue expulsado de la Orden de los Salesianos por sus continuas denuncias hacia EE. UU. y la familia Duvalier. En febrero de 1991, Arístide inició su mandato como primer presidente electo de la historia de Haití. Obtuvo el 67% de los votos. Finalmente, Arístide fue derrocado el 30 de septiembre de 1991 mediante un golpe de Estado encabezado por el general Raúl Cedras y apoyado por la cúpula militar y los miembros de la élite haitiana. La Organización de Estados Americanos (OEA), condenó el golpe y decretó un embargo sobre Haití. La comunidad internacional logró que el caso fuera tratado en las Naciones Unidas, donde en junio de 1993 se aprobó una resolución en la que se conminaba a restaurar la democracia en Haití. El Vaticano fue el único país del mundo en reconocer el nuevo régimen dictatorial. En 2011,gracias a las filtraciones de los cables secretos de Wikileaks, tuvimos conocimiento acerca de la vergonzosa y activa intervención del Vaticano en Haití con el fin de impedir el desarrollo de políticas encaminadas a erradicar la pobreza, lideradas por el expresidente Arístide. Las reformas de Arístide incluyeron una reforma agraria, la reforestación de las tierras, la sindicalización del sector textil y el aumento de los salarios. Tales renovaciones afectaron a las oligarquías del país caribeño, que apoyaron el golpe militar auspiciado por EE.UU, Francia y el propio Vaticano. Durante la intentona golpista murieron unas 3.000 personas. Posteriormente, se inició una campaña con el fin de desprestigiar a Arístide acusándole de tráfico de drogas. Jamás se aportó una sola prueba de tal acusación. En octubre de 1994, después de muchas gestiones internacionales, Arístide regresó a Haití escoltado por una tropa multinacional para acabar su período presidencial. En diciembre de 1995, René Préval ―colaborador de Arístide― ganó las elecciones y le sucedió en la presidencia. En el año 2000, Arístide ganó de nuevo los comicios con un porcentaje de votos cercano al 90%. El 29 de febrero de 2004, Arístide fue derrocado de nuevo.E l diario Haïti Liberté publicó en 2011 las comunicaciones, hasta entonces secretas, entre oficiales de la diplomacia estadounidense, la francesa y la del Vaticano, que muestran la campaña internacional orquestada por estos países para desacreditar a Arístide e impedir su vuelta a Haití (Arístide se refugió en Sudáfrica tras el segundo golpe de Estado). La embajadora de EE. UU. en Haití, Janet Sanderson, dice explícitamente en las grabaciones: “Es importante impedir el resurgimiento populista y antieconomía de mercado que se originaría con la vuelta de Arístide”. El vicesecretario de la diplomacia vaticana, monseñor Ettore Balestrero, en una comunicación con el arzobispo de Haití, Bernardito Auza, destacó lo catastrófico que sería para Haití la vuelta de Arístide. Auza insistió en la necesidad de que el Vaticano entrara en contacto con las autoridades eclesiásticas católicas sudafricanas para que presionaran con el fin de que Arístide no regresara al país. El Vaticano actuó en consonancia con el Departamento de Estado de EE. UU.Finalmente, el 18 de marzo de 2011 Arístide volvió a Haití.Tiempo atrás, el gobierno había eliminado las medidas proteccionistas,lo que supuso la destrucción de la economía haitiana y la invasión de productos procedentes de EE. UU.

También resulta especialmente inexplicable el apoyo de la Madre Teresa al régimen de Enver Hoxha, dictador de Albania entre 1944 y 1985. Durante la dictadura estalinista de Hoxha fueron asesinadas al menos 6.500 personas; unos 15.000 ciudadanos sufrieron penas de cárcel por motivos políticos y más de 21.000 fueron internados en campos de concentración o condenados a trabajos forzados. En aquel tiempo, a causa de la tiranía del régimen comunista, Albania se convirtió en el país más pobre y menos desarrollado de Europa. En 1989,la religiosa viajó a Tirana invitada por el dirigente comunista, Ramiz Alia, sucesor de Hoxha. A cambio de sus elogios, la Madre Teresa recibió lo que más deseaba: dos casas en las que sus hermanas podían empezar a trabajar con los pobres y ancianos de Albania, y desde las cuales comenzar a difundir su idea radical del cristianismo.

La Madre Teresa visitó dos veces Argentina (1979 y 1982). En la segunda ocasión se entrevistó con el general Reynaldo Bignone, último presidente de la Junta Militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983. Bignone cuenta con varias condenas por delitos de lesa humanidad. La dictadura argentina se caracterizó por la continua violación de derechos humanos (incluyendo la tortura de niños), el terrorismo de Estado, el secuestro de bebés con el fin de entregarlos a parejas o familias cercanas al régimen, y la desaparición o muerte de aproximadamente 30.000 personas. Se encuentra probada la participación directa de religiosos católicos en la comisión de crímenes de lesa humanidad durante este período. Luis Zamora, político opositor a Cristina Fernández, declaró en 2013: "A las pocas semanas del golpe militar más de 60 obispos de todo el país se reunieron para evaluar la situación. Todos coincidieron en que en sus obispados había secuestros, desapariciones, despidos por actividades gremiales... Hubo una discusión sobre si se pronunciaban o no. Por unos 40 votos contra 20 optaron por no pronunciarse públicamente y afrontar el problema con gestiones reservadas. Eso significó avalar públicamente la dictadura y tener una carta en el futuro que les permitiera decir: "Hicimos cuestionamientos privados o gestiones orales". Pero a la población le transmitían que ellos apoyaban la dictadura. En todos los actos públicos, en las fiestas patrias… siempre había un obispo o un cardenal al lado de los dictadores. La Iglesia católica bendijo el golpe”.

La Madre Teresa también recibió dinero (al menos un millón doscientos cincuenta mil dólares) de Charles Keating, encarcelado por idear el mayor fraude financiero en la historia de Estados Unidos hasta 1980. Keating era un ultracatólico nada partidario del séptimo mandamiento que había sido funcionario del Gobierno Nixon, donde formó una comisión encargada de estudiar los efectos perjudiciales de la pornografía. Keating portaba siempre un crucifijo personalizado que la religiosa le había regalado. Su relación fue de tal cercanía que el millonario le permitió utilizar en ocasiones su avión privado. Como es natural, la Madre Teresa no tenía por qué estar enterada de los manejos de Keating, pero todo cambia en el aspecto moral cuando tenemos conocimiento pleno de que se ha producido un caso de corrupción y nos mantenemos en silencio,lo cual equivale a apoyar esa corrupción, principalmente cuando -como en el caso de la Madre Teresa- se está en una posición de privilegio y no de indefensión. Puede existir corrupción, lo que no puede tener lugar es la impunidad. Cuando Keating ingresó en prisión (1992), la Madre Teresa intercedió ante el tribunal pidiendo misericordia mediante una carta enviada al juez del caso, Lance Ito. Enviando esta misiva, la religiosa utilizaba su ya entonces notable prestigio como personaje público con el fin de influenciar sobre un juez en favor de un acusado. Paul Turley, uno de los fiscales del caso, dirigió una carta de respuesta a la Madre Teresa en la que le explicaba de forma minuciosa algunos detalles del monumental fraude perpetrado por Keating (17.000 personas estafadas por valor de más de 252 millones de dólares de la época). Turley relató que la mayor parte de los afectados eran gente modesta sin conocimientos de finanzas que habían perdido los ahorros de toda su vida.El fiscal instó a la Madre Teresa a devolver el dinero de las donaciones de Keating para entregárselo a sus legítimos dueños.La religiosa nunca respondió a esta carta.

Incomprensible indulgencia ante la pederastía

Caso aparte fue su apoyo a su confesor y consejero espiritual, el jesuita Donald Mc Guire, acusado de pederastía. Este sacerdote fue destituido en 1993 acusado de abusar de un niño en el área de la Bahía de San Francisco. Tras este episodio, John Hardon, colaborador en EE. UU. de la Madre Teresa, solicitó la intervención de la religiosa, que en el año 1994 redactó una carta dirigida al superior de Mc Guire en Chicago en los siguientes términos: "Entiendo lo grave que es el escándalo afectando a la Iglesia en los EE. UU. y lo cuidadosos que debemos ser para guardar la reputación y la pureza del sacerdocio", escribió reconociendo lo que había hecho el sacerdote. "Sin embargo, confío en el Padre McGuire y espero que se pueda restablecer en su ministerio indispensable cuanto antes". Gracias a esta carta, el padre Mc Guire volvió a asumir su posición y de nuevo cometió abusos. Después de ocho demandas de diferentes familias del área de la Bahía de San Francisco, el sacerdote fue finalmente arrestado y encarcelado por cargos de abuso sexual en el año 2005. En la actualidad, Mc Guire cumple condena de 25 años en la prisión estatal de Springfield(Missouri).

Carencia de conciencia de derechos civiles

También fue muy controvertida su posición ante la catástrofe de Bhopal, ocurrida en la noche del 2 al 3 de diciembre de 1984 en la ciudad de Bhopal, capital del estado indio de Madhya Pradesh. Este hecho está considerado como el mayor siniestro industrial de la historia. El desastre se produjo a causa de una fuga tóxica de MIC ( isocianato de metilo) en una fábrica de pesticidas propiedad de la compañía estadounidense Union Carbide. Al parecer, varias de las medidas de seguridad que la fábrica debería haber tenido no existían o estaban desactivadas con el fin de ahorrar costes. Aunque las cifras no son exactas, se calcula que la reacción química acabó en las primeras horas y en los años siguientes con la vida de unas 25.000 personas. Los que no murieron por la inhalación del gas sufrieron lesiones permanentes: ceguera, dificultades respiratorias, parálisis, trastornos neurológicos y alteraciones hormonales. La planta química fue abandonada tras el accidente. Union Carbide fue comprada en 2001 por la compañia estadounidense Dow Chemical, que declinó cualquier responsabilidad en la catástrofe. Dow Chemical nunca fue propietaria ni gestionó la planta química y la compró más de 16 años después de la tragedia. La empresa tiene intereses en la India, donde produce y vende su insecticida Dursban, que por su toxicidad está prohibido para su uso comercial en EE. UU. Las pruebas en contra de Union Carbide eran tan evidentes que en 1989 la empresa aceptó indemnizar a las víctimas con 470 millones de dólares a condición de que la Justicia de la India enterrara el asunto. Esa cifra resultó insignificante porque el Estado asiático se quedó una parte de la indemnización y con el resto apenas se han podido cubrir los gastos médicos de una pequeña parte de los enfermos. El área quedó contaminada hasta tal punto que los efectos durarán siglos.Entre 1999 y 2013 se han llevado a cabo numerosos estudios independientes sobre el agua contaminada y los datos son aterradores: el nivel de mercurio ha sobrepasado hasta 6 millones de veces los niveles aceptables; el nivel de tricloroetileno, un compuesto que afecta al desarrollo de los fetos, estaba más de 50 veces por encima del límite de seguridad; se han encontrado productos químicos ligados a la formación de cáncer, daños cerebrales y malformaciones infantiles; se ha detectado la presencia de MIC y de otras sustancias altamente tóxicas en la leche materna de las mujeres... Todo ello ha provocado que el código genético de estas personas esté comprometido y, por tanto,lo estén también los nuevos nacimientos. Pues bien, tras la catástrofe, la Madre Teresa se apresuró a viajar a la ciudad.Mientras caminaba entre los miles de afectados, la prensa le preguntó por las medidas a tomar. La Madre Teresa respondió varias veces: ”Perdonar, perdonar”.Es evidente que el perdón es uno de los valores fundamentales del cristianismo, pero ello no implica la no exigencia de responsabilidades a empresas que incumplan la ley y que, además, alargan los procesos judiciales con el fin de no pagar las indemnizaciones correspondientes. Cada una de las víctimas recibió, en teoría, varios pagos por un total de 50.000 rupias (unos 720 euros de ahora), pero muchos denuncian que ni siquiera recibieron esa cantidad. Hace dos años se reunieron en Nueva Delhi, capital de la India, cientos de supervivientes de la catástrofe. El Gobierno indio reconoce que las indemnizaciones estaban basadas en datos incorrectos. Pese a que la Orden de la Madre Teresa ya era inmensamente rica, no envió ayuda económica alguna para asistir a las víctimas de Bhopal. Tan solo oraciones y medallas de la Virgen María.A día de hoy,hay varios procesos abiertos contra Dow Chemical tanto en EE. UU. como en la India.

Ausencia de transparencia en la gestión de la Orden

Otro de los aspectos más negativos que afectan a la Madre Teresa fue la falta total de transparencia con la que gestionó la Orden de las Misioneras de la Caridad. Esta cuestión afecta a la organización no sólo en la India, sino en todo el mundo. La Madre Teresa funda la Orden de las MDC en 1950, aunque sólo es reconocida por el Vaticano en 1965, durante el papado de Pablo VI. La congregación nunca ha dado datos sobre el importe de dinero que ha recibido a lo largo de su dilatada historia. Tampoco existen informes sobre cuanto se destina a las diferentes áreas de la organización, ni dónde y cómo se utilizan los fondos. Las cifras publicadas por el Gobierno de la India en 2015, señalan que la Orden de la Madre Teresa recibió cerca de 85 millones de dólares entre 2006 y 2014, pero esas cifras corresponden tan solo a donaciones extranjeras que fueron recibidas en la matriz del país asiático. No incluyen ni las donaciones internas, bienes, artículos de valor financiero, terrenos y concesiones otorgados por empresas privadas y entidades gubernamentales de la India ni los donativos registrados en las filiales fuera del país durante los últimos sesenta y seis años. Las Misioneras de la Caridad son una de las diez ONG de la India que más fondos reciben del extranjero. Este dato es particularmente llamativo y hace imposible no preguntarse por qué con semejantes ingresos las Misioneras de la Caridad ofrecen unos servicios tan deficientes y paupérrimos.

En 1998,la revista alemana Stern, en un reportaje elaborado por el periodista Walter Wüllenweber, precisó que en un período de un año, el mejor porcentaje de inversión de las MDC hacia los pobres no superaba el 7% de lo recibido. El resto del dinero iba a parar a las cuentas del Vaticano, que controla desde hace 50 años los asuntos monetarios de la Orden. Lo cierto es que la inversión que hacía la Madre Teresa en infraestructuras no era para mejorar las ya existentes y dotarlas de prestaciones más modernas con el fin de mejorar la atención a los pacientes que atendía, al contrario, lo que la religiosa hacía era abrir centros administrativos, alojamientos para su personal, y más albergues donde las condiciones eran igual de miserables que en los demás. La idea es tan simple como aberrante: tal vez una imagen más moderna y menos mísera de los albergues de la Orden en sus diferentes sedes alrededor del mundo, no hubiera suscitado las mismas reacciones de compasión que hacían que el dinero llegara de forma incesante desde todos los rincones del planeta. En el reportaje de Stern se incluye el testimonio de Susan Shields, excolaboradora estadounidense que trabajó durante nueve años en las sedes de la Orden en San Francisco, Nueva York y Roma. Shields hablaba de la enorme frecuencia a la hora de recibir cheques cuya cuantía superaba de forma habitual los 50.000 dólares. Según la voluntaria alemana, Maria Ting¬khoff, que fue responsable de la contabilidad de la organización en ese país en 1981, en un año recibían cerca de 3 millones de dólares de la época. El control económico del Vaticano aumentó a raíz de la muerte de la Madre Teresa en 1997. Periodistas y antiguos colaboradores de la Orden, valoran su patrimonio, como mínimo, en unos mil millones de dólares. En la actualidad, la congregación tiene 4500 hermanas y 450 hermanos en todo el mundo, y gestiona 758 centros en 139 países. Pese a semejante volumen, la organización no facilita datos económicos de ninguna clase a ningún organismo estatal o privado.La revista Stern debió haber publicado el reportaje un año antes,en 1997,cuando Wüllenweber visitó Calcuta con motivo de la muerte de la Madre Teresa y se sintió horrorizado al ver las condiciones de vida en los centros gestionados por las MDC, pero temía perjudicar su prestigio puesto que en aquel entonces, finales de los años noventa, la imagen de la Madre Teresa era prácticamente sagrada en el mundo occidental. Si las cantidades que la Orden manejaba eran tan cuantiosas ¿por qué, entonces, no se invertía el dinero en una mejora de las instalaciones que poseía en todo el mundo y que revertiría,finalmente,en una mejor calidad de vida de los enfermos?La respuesta es evidente:los fondos eran utilizados con el único fin de expandir la organización de la Madre Teresa por todo el mundo para,a su vez,propagar su reaccionaria visión del cristianismo y su radical interpretación de los textos bíblicos.

Trabajo real y contraste con su propaganda en Occidente

Si establecemos una comparativa entre los trabajos de la Orden de las Misioneras de la Caridad y otras organizaciones que operan en Calcuta, obtendremos resultados cuando menos chocantes: para sorpresa de muchos, los albergues de las MDC de la Madre Teresa no fueron los primeros en operar en la ciudad, tampoco son los más prestigiosos, y sus índices de eficiencia en favor de los más necesitados, no son especialmente llamativos. La institución de caridad más grande de Calcuta es la hinduista Misión Ramakrishna. Fue fundada en 1897 por Swami Vivekananda.Su labor social supera enormemente a las MDC. La segunda organización más importante es la Bharat Sevashram Sangha (BSS, «Sociedad Asistencial de la India»), también es hinduista y fue fundada en 1917. Su infraestructura es sencilla en comparación con la de la Misión Ramakrishna y se parece a la de la Madre Teresa, pero sus resultados son significativamente mejores, y sus monjes siempre han destacado en la ayuda a las víctimas de desastres naturales.En 1994, las MDC decidieron cerrar su leprosario de Sidgora, en Bihar, y solicitaron formalmente a la BSS que se hiciera cargo de los enfermos.En cuanto a ayuda a la mujer y lucha contra la discriminación, la Nari Seva Sangha («Organización para el Bienestar de la Mujer»), fundada en 1944, es la institución más relevante en políticas de asistencia, capacitación y empoderamiento de las mujeres en situación de pobreza o abandono. Compite con la Saroj Nalini Dutt Memorial Association (SNDMA), fundada en 1925, y la All Bengal Women's Union (ABWU), fundada en 1932. Todas estas instituciones presentan resultados positivos sobre el terreno y,al contrario de la Orden de la Madre Teresa,ofrecen transparencia tanto en su financiación como en las operaciones que desarrollan.

En lo que se refiere al cuidado y atención a la infancia, el Child in Need Institute (CINI) es, sin ningún género de dudas, la mayor organización benéfica infantil de Calcuta. Fundada en 1974 por el doctor S.N. Chaudhuri en una simple habitación, creció de forma espectacular en apenas veinticinco años, con resultados que sorprendieron a sus propios trabajadores. En el resto de la India, CRY (Child Relief and You), fundada en Bombay en 1979, cuenta con la mayor red de organizaciones y con el mayor presupuesto anual dedicado a la infancia. En contraste, el trabajo infantil de la Orden de la Madre Teresa ofrece como su principal avance el Monidyne. Esta leche en polvo es fabricada por la compañía belga Belgomilk, exclusivamente para la Orden de la Madre Teresa, tal como figura impreso en cada lata (coloreada en blanco con bordes azules). Es un producto inapropiado para bebés que no cumple con los estándares mínimos de calidad exigibles. El contenido de grasa de la leche enlatada oscila normalmente entre el 22% y el 23%, el Monidyne apenas contiene un 7,25%. En toda leche estándar para bebés, el contenido de carbohidratos (alrededor del 23%) debe estar constituido casi enteramente por lactosa sin azúcar, pero el Monidyne contiene un 25% de sucrosa (azúcar) y sólo un 9,6% de lactosa. Cualquier leche normal contiene más de una docena de vitaminas, pero el Monidyne sólo tiene cuatro, y prescinde de la K, la B12, la C, la D y el ácido fólico. ¿Qué resultados alimenticios puede tener esa leche en los bebés abandonados y desnutridos?Además,el Monidyne tiene un 38% de almidón, lo cual complica su digestión y puede agudizar las diarreas. El resto de albergues infantiles de Calcuta utilizan el producto indio Lactogen, que contiene más de 12 minerales y 14 vitaminas.Los estándares de calidad del Monidyne no estarían permitidos dentro de la Unión Europea.

Quienes han vivido en primera persona el día a día de los niños en los albergues de la Madre Teresa no han guardado silencio. En el blog de Sally Warner, voluntaria durante más de diez años en locales dedicados a la infancia de las MDC, se describen con detalle multitud de negligencias en el cuidado, la alimentación y el tratamiento a los niños: comida deficiente, juguetes que se colocaban en vitrinas para que los niños sólo los vieran (y así evitar que los rompieran), niños atados a sus cunas,negativas rotundas a proporcionar tratamientos médicos externos, bloqueo de adopciones a las voluntarias europeas que querían llevarse a algún niño,etcétera.

En palabras del doctor Reeti Biswas, director de la pequeña organización cristiana, Cathedral Relief Service (CRS), que trabaja en Calcuta: "Respeto a la Madre Teresa como persona, pero no como trabajadora de caridad. Toda su agenda era espectáculo y propaganda para su trabajo. Tenía una fascinación por la gente haciendo cola por mendrugos fuera de su albergue y lo mantenía para que otros, especialmente extranjeros, pudieran verlo y maravillarse. Adoraba esa imagen del mendigo con un tazón, que resulta tan deshumanizante para los pobres. Pienso que desean que la gente siga siendo pobre y desvalida para que sigan llegando, les lancen unos mendrugos y reciban crédito por ello. … Es muy triste. Con sus recursos, la Madre pudo haber transformado las vidas de los pobres de Calcuta, pero en vez de ello eligió los gestos".

Inexplicable glorificación de la imagen de la Madre Teresa

En marzo de 2013,los profesores Serge Larivée y Geneviève Chénard (Universidad de Montréal) y Carole Sénéchal (Universidad de Ottawa) publicaron en la revista Studies in Religion / Sciences Religieuses un artículo titulado "El lado oscuro de Madre Teresa". Los investigadores canadienses recopilaron 502 documentos publicados sobre la religiosa,195 de ellos fueron descartados por duplicidad de información. Después de examinar el resto, concluyeron que la glorificada imagen de la religiosa de Calcuta : "No resiste el análisis de los hechos, fue fabricada, y su beatificación orquestada por una efectiva campaña mediática". Indicaron también que más de la mitad de los libros y artículos dedicados a su figura son benévolas hagiografías.

Por sus hechos les conoceréis

Uno de los aspectos más indecentes e incoherentes de la vida de la Madre Teresa es el que atañe a los caros tratamientos de salud que recibió una persona que, como ella, consideraba la enfermedad y el sufrimiento físico como bendiciones de Dios (para los demás, no para sí misma). Pese a la miserable atención que proporcionaba a las personas que acudían a los albergues de la Orden de las MDC, ella fue tratada en clínicas privadas que no están al alcance de la inmensa mayoría de los mortales. En 1984, rechazó un tratamiento de cataratas del Centro Médico San Francisco de Pittsburgh, EE. UU., porque no quería aceptar un procedimiento de 7.500 dólares, pero al año siguiente recibió la misma cirugía, aunque a un importe superior, en el hospital Saint Vincent de Nueva York. En numerosas ocasiones declaró que quería morir como los pobres, en la casa de los muertos de Kalighat, pero en aquel tiempo ya recibía costosos tratamientos en algunos de los lugares más caros, como la clínica Scripps en La Jolla, California, o el hospital Gemelli en Roma. En Calcuta, solía ser atendida en las clínicas Woodlands y Belle Vue, lugares inasequibles para más del 99% de los habitantes de la ciudad, así como en el Instituto del Corazón Birla.Cuando murió, lo hizo rodeada de un caro y moderno equipo cardiológico, adaptado a sus exactas necesidades.Es un claro y lamentable ejemplo de como la Madre Teresa hacía,en este caso,exactamente lo contrario de lo que predicaba. Moralmente, es bastante condenable imponer a los demás condiciones que uno no desearía para sí mismo. A este respecto,la periodista francesa, Caroline Fourest, hace una clara distinción entre fundamentalismo e integrismo: “Fundamentalista es quien se recluye para vivir una religión de una forma estricta, como las sociedades amish en Norteamérica; integrista es quien intenta difundir esta visión religiosa con el fin de que, en algún momento, toda la sociedad se atenga a sus mismos valores”.

La Madre Teresa impuso en sus albergues una cultura del sufrimiento que no adoptó para sí misma cuando la enfermedad hizo estragos en su salud, puesto que tuvo acceso a todos los cuidados paliativos que negó a los enfermos atendidos por las misioneras de su Orden.Desde este pernicioso punto de vista,fue una integrista porque pudiendo ayudar a los demás con los múltiples medios económicos de los que disponía no lo hizo.

Ideología reaccionaria.De vuelta al medievo

Pero estos posicionamientos no deben sorprendernos. Durante las deliberaciones del Concilio Vaticano II (1962-1965), bajo el papado de Juan XXIII, la Madre Teresa participó en el foro oponiéndose a todas las propuestas de renovación. Según su punto de vista, lo que se necesitaba era más trabajo y más fe, no una revisión doctrinal. Sus posturas eran reaccionarias y extremadamente retrógradas. Era contraria al aborto, algo comprensible en cualquier católico, pero también lo era respecto a los métodos anticonceptivos: "La contracepción y el aborto son equivalentes” o “yo no le daría un bebé de una de mis casas en adopción a una pareja que usa anticonceptivos. Los que usan anticonceptivos no comprenden el amor”, fueron algunas de sus frases al respecto. Estas posturas resultan inconcebibles en un país como la India, con graves problemas demográficos que, incluso, pueden llevarle en un futuro no muy lejano a superar a China como la nación más poblada del planeta. Los problemas de la India, naturalmente, no se limitan a la cuestión demográfica, sino, también a la desigualdad y a la pobreza que asolan el país,razón de más para aplicar políticas de control de la natalidad. Con su rechazo categórico a la planificación familiar, a la modernización de sus instalaciones y a soluciones útiles y realistas para resolver problemas de índole mundial, la Madre Teresa se convirtió,en el aspecto práctico,más en una promotora de la pobreza que en una luchadora contra la misma.Su alineamiento con el conservadurismo de Juan Pablo II y Benedicto XVI fue meridianamente claro. También fue contraria al divorcio. En 1995, viajó a Dublín para apoyar el no a la disolución del matrimonio en el referéndum que se celebró en noviembre de ese mismo año en Irlanda,pero,una vez más,mostró su incoherencia al apoyar a la Princesa de Gales,Lady Diana,a la que defendió de forma pública en su decisión de divorciarse porque “Confiaba en que fuera más feliz una vez que se hubiera librado de lo que evidentemente era un matrimonio desafortunado”. Parece que ese derecho no era capaz de reconocérselo a millones de mujeres de todo el mundo que no son felices en su matrimonio.

En 1985, la Madre Teresa fue entrevistada por Russ Barber en el canal de noticias ruso Life News. Esta es la transcripción de una pregunta formulada por el entrevistador de dos formas distintas:

Russ Barber: Hay una epidemia mundial de algo llamado SIDA, Síndrome de inmunodeficiencia adquirida, que es una enfermedad asociada en general a la comunidad homosexual.Algunos líderes religiosos han sugerido que el SIDA es una enfermedad enviada por Dios para castigar un estilo de vida pecaminoso, ¿está de acuerdo?

Madre Teresa: Es la primera vez que oigo esto. No lo conocía, pero...

Russ Barber: Bueno, dejeme reformular la pregunta, entonces. ¿Es concebible que Dios pudiera crear una enfermedad para un estilo de vida?

Madre Teresa: Sí, Dios podría permitirlo. Dios no lo haría, pero dejaría que ocurriera, como las inundaciones en el Antiguo Testamento, realmente. Es para abrir los ojos de la gente, y muy a menudo, con sufrimientos como este, la gente se da cuenta de que no está bien lo que están haciendo y eso les lleva a pedir perdón a Dios y al prójimo.

De nuevo nos encontramos ante un concepto de Dios absolutamente antropomórfico y medieval: un dios que castiga o retribuye de acuerdo a nuestros comportamientos. Como ha solido ocurrir a lo largo de gran parte de la historia de la Iglesia Católica,el colectivo homosexual es blanco de las iras de sus miembros más integristas,que no dudan en sugerir que Dios envía estas enfermedades con el fin de que el colectivo LGTB (para la Iglesia pecador por definición) reflexione sobre su modo de vida y reoriente su inmoral conducta.

Más recientemente, en octubre de 2015, la Orden de la Madre Teresa hizo gala de nuevo de su carácter reaccionario mezclando el rechazo a los homosexuales con su aversión por los divorciados y los solteros (lo contrario de lo que debería ser la acogida cristiana al “pecador” y no su repudio y estigmatización), al cerrar sus orfanatos en la India. La razón es su negativa a adaptarse a las nuevas normas de adopción del país, que permiten adoptar a padres y madres solteros y divorciados, y agilizan mucho más los trámites que solían dilatarse durante meses y años. "Cumplir todos los requisitos hubiera sido muy difícil para nosotras", reconoció la Orden en un comunicado en el que señalaba que tomó la decisión en agosto de 2015. Las misioneras han cerrado sus hogares de adopción y han trasladado a los huérfanos a otras organizaciones católicas. La nueva ley dice que los orfanatos deben registrar a los niños en la Autoridad Central de Recursos de Adopción(CARA) en la que también se apuntan los futuros padres. El sistema de selección corre a cargo de este órgano y no permite discriminar a padres y madres solteros o divorciados. No obstante, un varón sin pareja no puede adoptar a una niña. La comunidad de la Madre Teresa es contraria a estos cambios porque temen que los menores acaben en peligro. "Cuando se trata de padres solteros no podemos saber con seguridad si les importan realmente los niños. ¿Qué pasaría si son maltratados?", se pregunta Sunita Kumar, portavoz de las MDC, citada por el diario local, el Economic Times. Pero para la Orden de la Madre Teresa no es sólo una cuestión de seguridad infantil, es también un conflicto moral que choca contra sus valores. "Las nuevas directrices hieren nuestra conciencia (...) ¿Y si el padre soltero que le damos a nuestro bebé resulta ser gay o lesbiana? ¿Qué seguridad o moral recibirán esos niños? Nuestras reglas sólo permiten adoptar a parejas casadas", declaró la hermana Amala al diario The Indian Express, antes de afirmar que tampoco le entregaría un menor a una persona divorciada. La Iglesia, como es natural, apoyó sin fisuras la decisión de las MDC: "Apoyamos la decisión de las Misioneras de la Caridad. Un padre o una madre solteros no pueden cuidar a un niño como es debido. (...) Además, podrían ser homosexuales", manifestó Dominic Gomes, vicario general de la archidiócesis de Calcuta. Por su parte, la secretaria de Desarrollo de Mujeres y Niños, Maneka Gandhi, afirmó que las Misioneras de la Caridad se oponían a registrar a sus menores en la base de datos centralizada aludiendo a "cuestiones ideológicas" porque "no quieren estar bajo una agenda secular uniforme".

Polémicos procesos de beatificación y canonización

Su beatificación póstuma se llevó a cabo de forma inusitadamente rápida. El papa Juan Pablo II no aplicó los cinco años de espera reglamentaria tras su muerte para comenzar el proceso de beatificación y lo inició sólo un año después del fallecimiento de la Madre Teresa. Para ello, aplicó una dispensa al procedimiento. Las dudas sobre su santidad se encuentran también en el propio proceso canónico, que precisa de un milagro atribuido a la intercesión de la Madre Teresa para su beatificación. Según el Vaticano, éste tuvo lugar en la persona de Mónica Besra, una india que fue curada "inexplicablemente" de un fuerte dolor abdominal producido por un cáncer, después de que una monja perteneciente a la Orden de las MDC le entregara una estampa de la Virgen María que había pertenecido a la religiosa.El médico de Besra, el doctor Ranjan Mustafi, asegura que la mujer nunca tuvo un tumor canceroso sino un quiste, y que éste fue curado gracias a los medicamentos prescritos. Este médico no fue entrevistado por el Vaticano. El hecho fue puesto en duda por gran parte de la sociedad e incluso el marido de la afectada declaró que la curación se produjo gracias al tratamiento que la enferma había seguido durante un largo período de tiempo.

El proceso de canonización de la Madre Teresa estuvo paralizado varios años porque no se encontraba un milagro que se le pudiera atribuir. La santificación requiere haber llevado a cabo dos milagros. Es decir, que la Iglesia reconozca que la persona ha intercedido para hacer posibles dos hechos que no tienen explicación ante la ciencia. Con el primer milagro, la persona es declarada beata. Con el segundo, santa. ¿Qué se entiende por milagro? ¿Quién certifica el milagro? El segundo milagro que ahora se atribuye a la Madre Teresa es diferente al primero. La diócesis brasileña de Santos se encargó de investigarlo y de recopilar los testimonios necesarios para demostrar que realmente se trató de otra curación inexplicable. El médico que atendió al enfermo,que padecía graves daños cerebrales, aseguró que nunca había visto "un caso como éste" durante sus diecisiete años de profesión. Todos los pacientes con la misma enfermedad habían muerto. El enfermo no sólo se curó en cuestión de días, sino que no le quedaron secuelas y pudo retomar su vida normal. Según el periodista Ginaluigi Nuzzi, que está imputado en el proceso abierto en el Vaticano por difundir documentos reservados, las beatificaciones y santificaciones no se basan en los supuestos milagros que ha realizado la persona investigada, sino en el dinero que se paga a la Santa Sede. "Para abrir una causa de beatificación pueden ser necesarios unos cincuenta mil euros, a los que después hay que añadir al menos otros quince mil para los costes de la operación", declara el periodista en su libro Via Crucis, basado en documentos internos del propio Vaticano.

El proceso de beatificación y canonización de la Madre Teresa es similar en su rapidez a los procesos de Escrivá de Balaguer(fundador del Opus Dei) y de Juan Pablo II. Ambos fueron dos intransigentes reaccionarios que apostaron por una Iglesia cada vez más conservadora y más activa en el plano político, tarea que compartía la Madre Teresa. Curiosamente, Juan Pablo II fue canonizado el mismo día que Juan XXIII (el primero tras serle atribuido un milagro, el segundo por sus méritos como convocante del Concilio Vaticano II), el 23 de abril de 2014. La canonización simultánea se produjo, muy probablemente, para acallar las críticas que se hubieran alzado dentro de los sectores progresistas de la propia Iglesia reclamando las razones por las que un papa como Juan Pablo II, que tuvo un papel protagonista como represor de los movimientos de renovación dentro de la institución y de encubrimiento de la pederastia, fuera canonizado antes que un renovador como Juan XXIII. Con la canonización de personas como Escrivá de Balaguer, Juan Pablo II y la Madre Teresa, se está defendiendo el mismo modelo de Iglesia severa e inflexible incapaz de escuchar a los discrepantes. Son santificaciones de fuerte carácter político, porque desde el Vaticano se desea distinguir y singularizar a determinadas figuras cuyas vidas pretenden que sean nuestro modelo a seguir como cristianos.

Posturas como la de la Madre Teresa (aceptación de la pobreza sin cuestionar sus causas), es evidente, son las más cómodas para los poderes establecidos. Por el contrario, aquellos que pelean por la justicia social luchando contra los orígenes de las desigualdades (Mandela, Gandhi, Arístide, Monseñor Óscar Romero y muchos más héroes anónimos), acaban siendo depurados, encarcelados, asesinados o eliminados de la esfera pública. Las informaciones, cada vez más numerosas, que desmienten la santidad de la Madre Teresa no deben constituir un desengaño respecto al ser humano en ninguno de nosotros. Al contrario, si la vida continúa siendo hermosa es, entre otras muchas cosas, gracias al ejemplo de los héroes desconocidos que entregan su vida a causas nobles sin esperar nada a cambio. Sus continuas crisis de fe, manifestadas en sus cartas personales, no serían más que otro motivo para admirar a alguien que, en el caso de que sus hagiografías hubieran sido retratos veraces, habría entregado su vida a los más pobres incluso sufriendo de forma severa las incertidumbres y tribulaciones por las que todo cristiano pasa en alguna ocasión a lo largo de su vida. Alguien dijo una vez  “si Dios no existe, el hombre está doblemente obligado porque es el único ser con capacidad de impartir justicia sobre la tierra”. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad, desde sus competencias y posibilidades, de construir un mundo mejor y más justo. Que caigan los más grandes ídolos no es razón para que no soñemos con otra Humanidad ni para que el escepticismo y el cinismo se adueñen de nuestra alma. Si a lo largo de la Historia humana han sobrevivido virtudes como la compasión, la generosidad o el altruismo es porque son expresiones del amor que, a su vez, forma parte inherente e indisoluble de la naturaleza humana, y eso no hay sistema político-económico ni tiranía, sea cual sea la forma que adopte, que pueda cambiarlo ni mucho menos eliminarlo. Allí donde el ser humano esté presente, también estarán presentes la crueldad, la intolerancia, la discriminación, la injusticia y la desigualdad. Pero también, en incansable lucha contra todo ello, permanecerán incólumes el amor y el heroísmo. Cada uno de nosotros es libre de elegir por que camino quiere transitar.

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Eduardo Luis Junquera Cubiles es socio de infoLibre

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