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¿Consejero de Sanidad? No, por favor

Mario Diego

A pesar de mis temores al entrar en un debate del tipo: “¿Quién nació primero el huevo o la gallina?, no puedo mantenerme callado cuando leo, en La Voz de Asturias, los argumentos utilizados por el diputado regional de Podemos Asturias, Andrés Fernández, a propósito de la utilidad de la vacuna contra la gripe.

Antes de nada, quiero aclarar que no soy accionista farmacéutico, ni pertenezco a ningún séquito ni del Gobierno autonómico ni del partido, perteneciente a las instituciones o no.

“Disponer de unos hospitales bien dotados ante una epidemia de gripe es más efectivo que la vacunación ante esa enfermedad que está colapsando la red pública sanitaria”, nos dice el diputado en su declaración.

Primero, desde mi punto de vista, lo que está colapsando la red pública sanitaria, no es la gripe, son los efectos de la política de recortes impuesta al área de sanidad por los gobiernos sucesivos desde el advenimiento del gobierno de Zapatero hasta el actual. Esa epidemia de recortes es la que realmente está colapsando la red pública sanitaria, no solamente hoy sino desde hace ya bastante tiempo. Y no únicamente en Asturias, pero en el conjunto del país.

Segundo, disponer de unos hospitales bien dotados es una garantía para ser atendidos y curados, no cabe la menor duda, y además yo añadiría una necesidad básica, pero disponer de una política preventiva para no tener que ser atendido en esos hospitales bien dotados y operacionales en cualquier momento, es aún mejor. Eso sí, siempre desde mi punto de vista. Pienso no distinguirme de la mayoría de las personas, cuanto menos necesito acudir al servicio sanitario mejor lo llevo. Para mí es indicio de buena salud.

Tercero, al contrario de lo que afirma el diputado, disponer de hospitales bien dotados no es ni más ni menos efectivo que la vacuna, ¡tanto los unos como la otra son complementarios! Los primeros están ahí para corregir la eventual deficiencia de la segunda.

Lo que me parece anormal es que mentalmente aún estemos en el medievo con relación a las vacunas. No es lógico, viendo lo que la gripe causó en nuestra comunidad, que queden aún 30.000 vacunas inutilizadas.

Me parece difícil en tal caso comprobar la eficiencia de la vacuna. Es más, a esa dificultad se añade otra mayor, ¿Cómo se puede impedir una epidemia cuando se facilita la vacuna gratuitamente a solo una parte de la población, la población considerada a riesgo? Esa vacuna, debería facilitarse al conjunto de la población y con idéntica gratuidad.

Y que decir sobre el argumento o la reflexión, no sé cómo llamarlo, que hace en cuanto a la visibilidad de los hospitales comparándola a la de las vacunas: “eso (las plantas hospitalarias) se nota mucho más que ponerse la vacuna de la gripe”. No tengo nada en contra de ese diputado, pero sinceramente, espero que nunca sea consejero de Sanidad. Me preocuparía.

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Mario Diego es socio de infoLibre

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