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Carta de un pensionista

Antonio Lechugo Vázquez

Señora ministra:

En primer lugar, deseo agradecerle la atención que presta a los pensionistas de este país al remitirles, todos los años en el mes de enero, su amable carta que les anuncia la revalorización de su pensión.

Como podrá imaginar, soy pensionista, ahora con 63 años, y he recibido mi ejemplar de su carta hace pocos días, debidamente acompañada del desglose de mi pensión mensual, una vez revalorizada. Tras más de 40 años cotizados, o sea toda una vida trabajando, no puedo decir que esté cobrando una mala pensión, francamente no lo es, aunque ésta haya resultado guillotinada en un 24% (6% x 4) por la simple razón de haber tenido que acogerme a una jubilación a los 61 años, o sea cuatro antes de los 65, en parte por el hecho evidente de no hallar trabajo a esta edad, y porque o dejaba de cobrar una mísera ayuda familiar mensual o empezaba definitivamente a cobrar una pensión, digamos, decapitada en una cuarta parte, ni más ni menos.

Dicho lo anterior para que me pueda situar, en su carta, me anunciaba usted que la revalorización de mi pensión, que es este año del 0,25%, me va a suponer 5,27 euros mensuales, una cantidad realmente considerable, que quedará en un neto de 3,71 euros una vez descontadas las retenciones del IRPF. Sí, 3,71 euros.

Comprenderá que, siendo consciente de lo que representa mi pensión, y sin entrar a valorar si es justa o no lo es, mi empatía me hace pensar en los muchos pensionistas que hay en este país, y a los que esa revalorización les supondrá poco más de 1 euro al mes. Pero lo que más me indigna es que se permita comentar en el Parlamento que la revalorización de las pensiones no es la sola ventaja que tienen los pensionistas en su bienestar. Y tiene usted razón, me acabo de dar cuenta de esa afirmación al recibir hoy mi factura de consumo eléctrico correspondiente a los meses de diciembre y enero, y cuya diferencia con la del mismo periodo del año anterior es +34,07%. Sí, casi el importe que me supondrá la revalorización de mi pensión en el año 2017. Para colmo, hoy me entero de que la inflación interanual en nuestro país, es del 3%. Como verá señora Ministra, el algodón no engaña, usted sí cuando intenta convencernos, a los pensionistas, y a la totalidad de los españoles en general, de lo justo o de la dignidad de una revalorización de las pensiones en un 0,25%.

Señora ministra, le voy a ser sincero. Con todos mis respetos por el cargo, e independientemente de que le aconseje humildemente volver al colegio para aprender a hacer cuentas, a usted y a algunos más, y siendo razonable, le pediré que, para el próximo año, si aún no he dejado este mundo para de ir a criar malvas, no me envíe la cartita cartitapara anunciarme la revalorización de mi pensión, en mi caso es un gasto innecesario dado que la puedo descargar online, ahorrándolo así a las arcas de su Ministerio o del Estado, teniendo en cuenta que el coste del mencionado mailing casi se podría comparar con el mísero importe por revalorización de mi pensión. Evidentemente, también puede entender que la función propagandística o electoralista de la que apesta la carta, no es en absoluto de mi interés, todo lo contrario, su efecto conmigo es radicalmente nulo, incluso opuesto a dicha intención. O sea que en lo que me concierne, se lo puede ahorrar, y así dejarse de hipocresías, vamos, que no lo digo de otra manera porque soy una persona educada, créame, resulta indignante que piensen que los pensionistas somos parte de un rebaño manipulable.

Está muy claro que una subida (revalorización es demasiado pomposo) del 0,25% de las pensiones no sólo es una auténtica miseria, y que por supuesto contribuye a incrementar la pobreza en nuestro país. Un 0,25% no suma señora Ministra, resta, es menos y no más, por mucho que se empeñe, que se empeñen ustedes políticos del PP en argumentar lo contrario, por la simple razón de que todo sube mucho más que ese porcentaje, las facturas eléctricas, entre otras, son una clara prueba de ello, pero no son las únicas. Pero por si tampoco lo ha entendido bien, los pensionistas españoles, conscientes de la situación que atraviesa el país, en gran parte debida a la pésima gestión de los últimos Gobiernos, no estamos mendigando, ni reclamando más de lo que en justicia y buen hacer nos pertenece, simplemente.

Atentamente, 

Antonio Lechugo Vázquez

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