Librepensadores

Ahora toca el PSOE

Fernando Chacón García

Empezar diciendo que los socialistas vivimos tiempos difíciles, me parece de lo menos original que podría hacer y curiosamente acabo de hacerlo. Será cosa de intentar no ser tanto original como efectivo. A ese respecto, a veces pienso, que los socialistas tenemos cierta tendencia a que nos guste vivir en la dificultad, como que nos motiva enfrentarnos a ella y nos crecemos.

Lo que sí me atrevo a asegurar es que estamos en tiempos cruciales para el PSOE. Llegamos los militantes socialistas a las puertas de un proceso de primarias para elegir a nuestro/a Secretario/a General, en un ambiente que al menos en ciertos medios, nos muestra una imagen de división, consecuencia entre otras cosas, de los errores cometidos a la hora de abordar la sana y natural discrepancia interna de este partido centenario.

A diferencia de otros compañeros y compañeras, no soy de la opinión del mensaje agorero que indica que según quien ocupe o no la Secretaría General, el PSOE podría desaparecer. El PSOE es un partido centenario, con amplia implantación en nuestro territorio y sociedad, y aunque insistamos con ahínco en la autodestrucción, no es tan fácil eliminarlo. También pienso que si entre todos volvemos a no acertar, estaremos en una situación muchísimo peor de la que nos encontramos hoy y añoraremos los 85 diputados.

Por eso, es el momento de que los militantes pensemos en el PSOE. Aunque escuchamos a muchos compañeros decir que primero el país y después el partido, con todo el respeto hay que indicarles, que ese siempre ha sido el comportamiento de los socialistas, incluso en contra de nuestros propios intereses a corto plazo. Siempre hemos tenido verdadero sentido de estado. Pero ahora es el momento del partido, de discutir qué es lo que le conviene y de centrarnos en cómo volver a hacer del PSOE el partido al que sigue esperando la mayoría de la ciudadanía progresista. Construyendo PSOE, también construimos país.

Es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros, las y los militantes del PSOE, hacer que este ejercicio de reflexión y decisión sea exitoso. Y en ese camino habrá que cumplir con tres premisas: debatir, elegir e integrar. Debatamos sobre los distintos proyectos que las distintas candidaturas no ofrezcan. Hagámoslo desde el imprescindible respeto y sepamos valorar todo aquello que creamos que conduce al éxito del partido. Elijamos en libertad el proyecto que más nos convenza, haciéndolo en positivo, pensando a favor del PSOE y no en contra de otros socialistas, y finalmente exijamos al proyecto ganador que sepa integrar a las diversos y ricos posicionamientos que existen en el partido socialista.

Desde una posición respetuosa a la diversidad de apreciación, creo con sinceridad que no hay compañeros o compañeras más de izquierdas o más de derechas. Todos somos socialistas y usar ese discurso, utilizado por los adversarios del PSOE en otras ocasiones, por ejemplo al firmar el acuerdo de investidura con Ciudadanos en Marzo de 2016, no aporta mucho. Es cierto, que de cara a la sociedad, nuestro posicionamiento puede quedar desdibujado, e incluso borroso, como si estuviéramos poniendo parches “de color social” a las políticas del PP. Pero no es menos cierto que la debilidad del gobierno del PP, propicia que a través del buen trabajo del grupo parlamentario socialista, se estén consiguiendo avances como la aprobación del ingreso mínimo vital, o el aumento del 8% del salario mínimo interprofesional. No hay que renegar de nuestra capacidad para llegar a acuerdos, pero basándonos también en esa capacidad, el PSOE se debe mostrar de manera clara como alternativa a la derecha. Porque es lo que somos.

Igualmente, no seré yo quien compre argumentarios frentistas del tipo “casta frente al pueblo” tan podemitas para posicionar un proyecto frente al de otros compañeros, construyendo trincheras que sólo ahondan en la división. Un discurso que sitúa a la militancia frente a cuadros directivos, no es totalmente cierto, en la medida que pretende ignorar el hecho de que todas y todos, también los dirigentes, somos militancia. De la misma manera, no veo nada productivo crear un enfrentamiento entre las legitimidades que suponen las distintas posibles fórmulas a aplicar en la toma de decisiones en el partido. ¿Por qué no pueden convivir en el PSOE la democracia directa y la representativa en dicha toma de decisiones? Ya lo hacen. Obviamente, habrá que crear el marco normativo interno que indique, el cómo, el para qué, el quién y el cuándo se debe y puede hacer uso de cada una ellas. Es definitiva, plantearse un proceso de primarias y el Congreso, como un juego basado únicamente en una elección de frentes dicotómicos que en muchos aspectos adquieren finalmente un carácter plebiscitario, añade mucha épica innecesaria al discurso, pero nos sustrae de la rica y poliédrica confrontación de ideas en el que se debe sustentar el debate político en el PSOE, ofreciendo seguramente una perspectiva poco conciliadora.

Sabiendo que todos y cada uno de nosotros y nosotras queremos un PSOE ganador. La cuestión es cómo conseguirlo. Es evidente que el PSOE debe mostrarse como la alternativa al PP. Pero no quiero un PSOE al gusto de los “Pablo Iglesias Turrión” de turno para poder llegar a hacer con Podemos una confluencia más. Creo en construir un PSOE de izquierdas que ocupe su espacio político sin complejos, sin tener que mirar ni al PP ni a Podemos para hacerlo, capaz de atraer a la izquierda, a lo que sería la centralidad sociopolítica del país. Ocupando nuestro espacio, se lo achicamos a los adversarios. Es imprescindible que este Congreso no sea fallido y que en él se discutan y debatan en profundidad los distintos componentes que conformarán el proyecto socialista que vamos a ofrecerle a España.

Por último y no por ello menos importante, necesitamos un PSOE unido. Dara igual todas las buenas ideas que tengamos y lo mucho que queramos ofrecer a los ciudadanos, que si no conseguimos salir unidos no servirá de nada. Debemos aprovechar esta oportunidad para desterrar los vicios instalados en el partido que nos han traído a este panorama de división y recomponer la unidad de todos los socialistas tras un proyecto común. Quien sea elegido como Secretario/a General debe entender que su primara obligación y responsabilidad será la de la integración de toda la diversidad que se da en la familia socialista. Quienes consideren que de esa elección saldrán vencedores y vencidos, no sólo están equivocados, si no que no están entendiendo en absoluto a la tantas veces aludida militancia del PSOE.

Es muy evidente que lo que he querido reflejar en estas líneas, son algunas de las reflexiones compartidas por otros tantos militantes del PSOE y que yo he visto reflejadas en el proyecto encabezado por el compañero Patxi López. Su proyecto y su equipo es mi apuesta, por lo que propone respecto a posicionamiento y construcción de partido, valiente y sin complejos, y muy especialmente como garante de la necesaria integración y unidad que necesita el PSOE. Porque supone una mirada hacia delante sin rencores ni cuentas pendientes.

De manera más personal, en estos días de excesivo nominalismo, convertido en ocasiones en incomprensible idolatría, escuchar decir a Patxi López, en una pequeña agrupación, cara a cara frente a los afiliados, decir que el PSOE está por encima de cualquier nombre y que nuestro apoyo a su candidatura se debe basar en el proyecto y no en su nombre, coincide plenamente con mi idea de poner al partido por delante de intereses particulares.

Permítanme que insista, ahora toca el PSOE.

 

Fernando Chacón García es socio de infoLibre

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