Librepensadores

Y dale que te 'Prego'

Gonzalo de Miguel Renedo

"Es un grave error teorizar antes de tener datos. Sin darse cuenta, uno empieza a distorsionar los hechos para que se ajusten a las teorías, en lugar de las teorías a los hechos" (Sir Arthur Conan Doyle)

Empieza uno a sentir hastío de tanta presión. Ver la tele, leer los digitales, escuchar la radio, empieza a suponer un esfuerzo titánico. Mentiras, baboseos, ocultaciones, medias verdades, llenan las pantallas y los diales, lo que sería imposible sin la cooperación necesaria de cientos, miles de periodistas, no diré vendidos, pero sí acojonados por poder perder su currocurro si levantan la voz por encima de lo tolerable para quienes les pagan. Ese sí que es un auténtico salario del miedo. Les entiendo, no les justifico, pero les entiendo. Y les compadezco, aunque también es cierto, como en la fábula del lobo, "que fácil es ser valiente desde una distancia prudente". Pero dicho esto, también entendería que se dedicaran a otra cosa si no se ven capacitados para ejercer su profesión sin caer en la prostitución periodística, posiblemente el segundo oficio más antiguo del mundo, después de la prostitución política. "Si eres periodista y tienes demasiado miedo a denunciar a los hombres que están robando en tu ciudad, tienes la sensación de que estás traicionando tu casa. Y si sigues siendo periodista, tienes la sensación de que te están humillando a diario" (Terry Gould, Matar a un periodista).

Pero no contentos con hacer el caldo gordo a los gordos de verdad, a los realmente poderosos, ahora han salido de las alcantarillas de las redacciones sometidas al poder una docena de supuestos plumillasplumillas, no sabemos quiénes son ni qué pruebas aportan, que denuncia ser objeto de acoso y amedrentamiento por parte de los recién llegados, esa bicha para el statu quo que encarna Podemos. Hasta ahora, la llamada casta, se valía de los periodistas como autor mediato para sus ataques con polémicas basadas en exageraciones y absurdos. Todos nos acordamos de la beca de Errejón y de la declaración complementaria de Monedero. No les bastó. Ahora son los propios periodistas, sometidos a un régimen laboral rayano con la esclavitud, en lo salarial y en lo profesional, quienes se convierten ellos mismos en el argumento, en la base del golpe. La APM, la asociación de la Prensa de Madrid, conocida por su ecuanimidad y su rigor, ejem, se ha hecho eco de esta denuncia por parte de varios periodistas que cubren la información de la formación morada por supuestas presiones y presuntos acosos recibidos por la dirección de Podemos, lo que suponemos que incluye al propio Iglesias. Qué mal han digerido los grandes jerarcas del capital el triunfo del Coletas en Vistalegre IIColetas. Y lo que les queda por digerir.

A nadie gusta, como se ha quejado siempre la prensa honrada en otros momentos, que se oculten datos y hechos a la ciudadanía, como si fueran niños y niñas a los que no conviene saber los intríngulis de ciertos asuntos. Pues bien, si hay una actuación censurable, perseguible legalmente, si hay una realidad que la sociedad debe saber, dese a conocer con pelos y señales. Sin censuras. Qué es eso de acusar y ocultar las pruebas. Eso es lo que llevan haciendo los políticos desde hace décadas amparándose en sus secretos oficiales y sus informes reservados. Esos mismos políticos que, por cierto, no han desaprovechado la ocasión para retratarse una vez más, en especial los del partido en el gobierno, reconocido como el más corrupto de la historia y desde cuya llegada al poder en 2011 se ha producido un retroceso considerable de las libertades, en general, y de la libertad de expresión, en particular. Lo que no parece preocupar tanto a la APM, no en la medida que debería. Dice el portavoz del PP, Rafael Hernando, sí, el que se reía de las víctimas del franquismo y les acusaba de acordarse de sus seres queridos solo para conseguir una subvención, –ay, si te tengo cerca, querido Rafael, el célebre zapatazo de Ada Colau al banquero se iba a quedar corto–, pues eso, que dice este representante de la cordura, ejem, que la actitud de los dirigentes de Podemos para con los medios le recuerda a los de la izquierda abertzale en sus peores momentos. Una acusación canalla. Otra más. Ni que decir tiene que Hernando sí que nos trae a la mente el recuerdo de las prácticas ominosas de tiempos pretéritos, e imperfectos, como señalaba Xavier Fortes en un artículo en el que defendía que la crítica a quienes presionan a los medios, para ser creíble, debe circular en la doble dirección y no solo fijarse en un sentido, y además, con espejismos que se evaporan según te acercas para averiguar la verdad. Por otro lado, resulta especialmente pestilente esta tendencia de los más retrógrados de presentarse como defensores de las libertades que ellos mismos conculcan de manera habitual. Echemos un vistazo a esa asociación de moda, Hazte Oír, que se erige en adalid de la libertad de expresión, ellos, que abanderan el odio hacia quienes no se sienten fisiológicamente de acuerdo con su ser. ¿Hay mayor muestra de cinismo?

Vivimos tiempos estúpidos, tiempos en que el nazi acusa de procedimientos nazis a quien se defiende de sus añagazas, y supongo que Torquemada hoy se quejaría de sus víctimas por montar una santa Inquisición contra su persona. Ni que decir tiene que el Gran Wyoming sería nombrado Gran Inquisidor de El IntermedioEl Intermedio. A quién quieren engañar. A quiénes quieren engañar organizaciones como Hazte Oír o la APM, con sus discursos de odio, unos, y con sus acusaciones dogmáticas, mientras no demuestren lo contrario, éstos. Una simple declaración de culpabilidad no disipa las dudas, señora Prego, ni su palabra va a misa. Todo lo más genera una insoportable sospecha de manipulación masiva. A qué viene arrogarse una autoridad moral que no poseen ni nunca han poseído, hoy menos que nunca. Por qué no conceden al mentís de la dirección de Podemos la misma fuerza que a una acusación que mantienen en el anonimato. ¿Tan olvidado tienen el estado de derecho? Recordemos con Vázquez Montalbán aquella declaración de la Federación Nacional de la Prensa Francesa, en 1945: "La prensa es libre cuando no depende ni de la potencia gubernamental ni de las potencias del dinero, sino exclusivamente de la conciencia de los periodistas y los lectores". Y empiezo a pensar que los periodistas, algunos, muchos periodistas están traicionando a su conciencia, y por ende, a sus lectores. Parafraseando a Orson Welles, puedo entender al militante de la resistencia que delata a sus camaradas porque le amenazan con quitarle la vida o con represalias contra su mujer y sus hijos, pero no puedo comprender, en plena democracia, a quienes actúan como sicarios para conservar un puesto precario y sin otra posibilidad de promoción que el pisotón. ___________

Gonzalo de Miguel Renedo es socio de infoLibre

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