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La gran paradoja del 21A: un Parlamento más soberanista, una ciudadanía menos independentista

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'Pucherazo' o Sánchez

Domingo Sanz

PSOE. A pesar de los catastrofistas de fuera y de dentro, el PSOE no es el Pasok ni lo será. Algunos lo hemos dicho y escrito, incluso cuando los de Podemos se comían el mundo a mordiscos en aquel tiempo de felicidad y crecimiento sin fin que transcurrió desde las europeas de 2014 hasta el 20-D, siempre que borremos de la cabeza de Iglesias el café de Nou Barris, donde comenzó a odiar a Rivera y a estropearse él. Pero sin salir del PSOE, que se hable de uno, aunque sea mal, que dijo un sabio. Y los socialistas están subiendo en las encuestas porque con las primarias han conquistado la actualidad, enviando al garaje el tramabus de Podemos y a la letra pequeña de las segundas páginas, cuando aparece, la moción de censura de Irene y Pablo.

Encuestas. Desde el pasado domingo, la pregunta que me hago es si el Grupo Prisa conocía, y por eso no ha publicado, los resultados de la encuesta sobre intención de voto que más interesaba, de entre todas las que podían hacerse. Y que reclamé el 29 de abril desde donde pude y que que este lunes sí que desveló El Mundo en su portada. Nada sospechoso de sanchista, no le ha costado a ese periódico publicar las conclusiones de Sigma 2 tras realizar a primeros de mayo 1.200 entrevistas telefónicas: que con Sánchez, el PSOE conseguiría 600.000 votos más que con Díaz. O incluso más. Así de simple.

Debate. El lunes del debate, la nueva pregunta que también me hago, y que seguro que muchas más personas se hacen, es por qué el Grupo Prisa, y también La RazónAbc, no ha colocado en su web la clásica votación entre sus lectores para opinar -y después informar con criterio-, sobre quién ha resultado ganador del debate. No sospecharía si hubieran hecho lo mismo en otras ocasiones. Tampoco dudaría de las intenciones de estos tres medios al renunciar a satisfacer el interés informativo a cambio de nada, si el resto de digitales tampoco hubieran puesto contadores de votos en sus pantallas. Pero, como era lógico, y profesionalmente obligado, varios los han colocado y sus lectores han votado. Hemos levantado acta de las opiniones a las 17 horas y afirmamos que la victoria de Sánchez ha sido unánime, oscilando entre un 44% contra el 35% de Díaz en El Mundo y un 76% contra el 9% de Susana en Público. Es decir, una victoria arrasadora de Sánchez que a El País y a los otros dos no les ha quedado más remedio que ignorar. Y, por cierto, tampoco se ha hecho eco Antena 3 en sus telediarios. El total de votos contabilizados a la hora citada en cuatro urnas virtuales, de tendencias políticas indiscutiblemente dispares, era de 72.741, por lo que es algo que merece la pena considerar. Podemos dudar de la fiabilidad de esta clase de sondeos. De acuerdo. Pero teniendo en cuenta que muchos de esos votantes deben de ser afiliados del PSOE, no cabe la menor duda de que los de Sánchez están mucho más movilizados que los de Díaz. Y que esa movilización va a seguir activa hasta el día 21. Y que cada vez resulta más evidente que en la batalla de los avales hubo jefes y subordinados.

¿Pucherazo? Planea el pasado de Borrell en el ambiente, quien no recuerda como ganó aquellas primarias a Almunia y como después nadie en el PSOE rompió una lanza por él cuando, quién sabe quién pudo ser, alguien sacó lo de que unos conocidos suyos en Hacienda de Cataluña aparecieron implicados en algún caso de corrupción de menor cuantía. ¿Quién no ha visto las fotos de Nuñez Feijoo en un yate con narcotraficantes gallegos y en la Xunta sigue, tan tranquilo? Hoy, Borrell, limpio como una patena y nada sospechoso de independentismo, ayuda a Pedro, quizás porque le trae un recuerdo. Por tanto, quemado el cartucho del debate, difícil resulta ya para los de Susana alterar la voluntad de los afiliados de aquí al próximo domingo. Y más aún manipular el resultado de las urnas, aunque sean internas. Pero habrá el día después, y quien no tiene algún marrón, por traslúcido que sea. Y quién no tiene también algún enemigo presente, pero antiguo testigo, dispuesto a vender la información a un aparato para que lo ensucie a conveniencia. A fin de cuentas, ¿acaso no perpetraron el uno de octubre?

Sánchez. Lo anteriormente resumido anuncia una victoria muy clara de Pedro Sánchez en las Primarias socialistas. Diga lo que diga Susana Díaz, la intuición de los afiliados es que quien menos miedo real le tiene a Iglesias es su ex secretario general, porque es el único que lo sufrió de verdad, al tiempo que tenía que plegarse a un pacto con Rivera para una investidura que tuvo entonces las mismas posibilidades de éxito que las que tiene ahora la moción de censura de Iglesias. Con Ciudadanos, cómo en Andalucía, ¿verdad Susana? Pero en Madrid sin mayoría y, por tanto, suicida. Es más que probable que, incluso en contra de las intenciones de Pablo Iglesias, la movida montada en la Puerta del Sol de Madrid para el sábado sea el empujón que termine removiendo las emociones, tantas veces lloradas en silencio, de muchos socialistas con dudas, y les impulse a votar a Sánchez al día siguiente. A fin de cuentas, nada se parece más a triunfar en este momento que pedir la dimisión de Rajoy, a lo que Sánchez se comprometió en la SER dos horas antes de que Iglesias presentara su moción de censura. Me temo que Susana no ha dicho nada sobre esta consigna de dimisión. Ni que la hubieran planteado los de Podemos.

Vivimos otros tiempos. Nadie lo duda, pero parece como si no se tuviera en cuenta. Critican a Sánchez el hecho de que, en esta batalla a cara de perro en que se han convertido las primarias socialistas, no haya respetado las formas. Lo de hablar primero en privado con quien quieres pactar, antes de informar en público, por poner un ejemplo. No comprenden Díaz y López que durante periodos de transición como el actual, tan fluidos, aunque “dentro de un orden” cambian las pautas del comportamiento y, para ser eficaz, hay que aprovechar las oportunidades. Y entre socialistas y podemitas ya han desperdiciado demasiadas de sacar al PP del gobierno.

Sánchez  teme que la victoria de Díaz suponga el fin de las primarias

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Estos son, en mi opinión, tiempos de tirarse a la cara las verdades a pedradastirarse y, por el contrario, frases como la de “hay a quien le gusta ser segundo” no suenan nada “compañeras”, pero si un poco horteras, además de cínicas y hasta traicioneras. Quizás nunca entienda Susana que con ese veneno los socialistas honrados solo disfrutan cuando se le inocula a la derecha. ¿Cuántos de esos latigazos, por la espalda y sin poder defenderse por ocupar el puesto más comprometido de todos, sufrió el tal Pedro desde el 20 de diciembre de 2015 hasta el 1 de octubre de 2016. Tantos, que hasta decidió dimitir de diputado para pensar en su futuro sin condiciones. Y así decidió volver a la carretera apoyado en la sola imagen de víctima ofendida, para enfrentarse a un gran ejército de jarrones chinos confabulado con los medios que formaron parte del entramado que le llevó a la dimisión.

Tras las elecciones del 26 de junio escribí que “solo los afiliados podrían reconstruir el PSOE”. Hoy, esa reconstrucción pasa, inexorablemente, por la derrota, lo más abultada posible, de una tal Susana de Andalucía. Solo le queda una semana para no descoser más su querido socialismo, y para no quedar “segunda”, algo que puede ser fatal para cualquier persona a quien solo le guste “ganar”. Salvo que decida ser inteligente y apuntarse al triunfo, menor, pero digno y seguro, de una generosa retirada. Pidiendo el voto de los suyos para Patxi López, o incluso dejándolos en libertad, por qué no.

Domingo Sanz es socio de infoLibre

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