Librepensadores

No "nos la refanfinfla"

Alain V.

Ésta es una carta abierta dedicada a nuestra dicharachera vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, en respuesta a su sesgada interpretación en torno a la moción de censura que planea sobre su Gobierno. Según su punto de vista, y a la luz de la escasa participación que ha suscitado al otro lado de su trinchera, este asunto es algo que a los españoles “nos la refanfinfla”.

Sin embargo, creo que sus palabras solamente muestran esa mezcla de miopía y prepotencia que caracteriza a su Gobierno, tanto si dispone de mayoría absoluta, como si se apoya en las contradicciones internas de la más endeble oposición. Y por tanto me gustaría ayudarle a salir de su error, explicándole que NO “nos la refanfinfla”.

Aunque no hayamos participado en la consulta de Unidos Podemos y aunque no hayamos votado a favor de la moción de censura al gobierno de la corrupción, no debe deducir que no nos importe o que no la apoyemos. Ni debe caer en el error de creer que todos los que no se manifiestan permanentemente en contra de su Gobierno es porque están encantados con él, formando una “mayoría silenciosa”.

Lo cierto es que muchos hemos renunciado por pura exasperación a ejercer ese derecho y esa obligación ciudadana a la rebelión democrática. Lo cierto es que, aunque nos parezca justa y necesaria esa moción de censura, muchos no tenemos ninguna fe en que salga adelante nunca, vistas las reacciones furibundas que ha cosechado entre los socios del Gobierno más corrupto de nuestra historia, desde Ciudadanos hasta el PSOE, pasando por el PNV (que se ha vendido por un plato de marmitako y un tren de juguete).

Y lo cierto es que es triste que hayamos perdido la esperanza, pero el optimismo tiene un límite, y ese límite se traspasa más y más cada día, con cada nuevo caso aislado de saqueo de nuestro dinero, de nuestra vida y de nuestras instituciones democráticas. ¿Qué debe suceder para que el gobierno de nuestro país esté al servicio de la ciudadanía y no de sus propios privilegios? ¿Qué debe suceder para que haya justicia en este país si el ministro de Justicia es reprobado por toda la oposición, y no obstante permanece en su cargo sin que se vea obligado a dimitir por imperativo legal, ni moral? ¿Qué más debe suceder para que aquel presidente que le nombró le obligue a irse por donde ha venido? ¡¿Que ponga a dedo a un fiscal anticorrupción que encubra a los corruptos?!

¿Será que Roma no paga a traidores, pero Rajoy sí? ¿Será que como le dijo Pedro Sánchez, hiriendo sus sentimientos, tenemos un presidente que no es decente y ni tan siquiera trata ya, como la mujer del César, de aparentarlo? ¿Y en ese caso no sería de lo más ingenuo, como hace ahora el mismo Pedro Sánchez, pedirle que dimita? ¿Acaso no sobraban los motivos hace tiempo para haber dimitido por el caso Bárcenas, Gürtel, etc.?

Por eso hace falta una moción de censura que obligue al Gobierno a actuar con un mínimo de decoro, señalando las vergüenzas del rey desnudo de esta “organización criminal” diseñada para nuestro constante saqueo. Porque pone y quita jueces, compra y vende conciencias. Porque les hace regalos a banqueros y a constructores, a costa de nuestros sudores. Y porque trafica con las adjudicaciones y hasta con las elecciones.

El problema es que no hay nadie al otro lado del hemiciclo dispuesto a escuchar nuestro clamor de justicia y democracia, desde que el PSOE ha sido secuestrado por la misma mafia que gobierna al Gobierno, y Ciudadanos ha pasado de la regeneración a la degeneración democrática al compás del viento. Y entre tanto, los partidos nacionalistas arriman el ascua a su sardina (que si referéndum sine qua non, que si cupos), poniendo precio de saldo a nuestra "democracia de mercadillo".

Así que no se equivoque, señora vicepresidenta. A nosotros la moción de censura al Gobierno de la corrupción no “nos la refanfinfla”. “Se la refanfinfla” a ustedes, porque seis años después, ya apenas escuchan en la calle el eco lejano del 15M.

Alain V. es socio de infoLibre

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