“No llevo a mi hija a clase hasta que quiten el amianto”

"Esto es imparable. Los hechos hablan solos. Tú llegas a una madre y le explicas lo que es el amianto, y le dices que en el colegio de su hijo lo hay, y que los niños están más expuestos a los riesgos, y directamente la arma. No hace falta añadirle nada más a los hechos. Esto va a ir a más", explica Francisco Puche, ingeniero experto en amianto. Puche está invitado este martes a dar una charla en Puerto Real (Cádiz, 42.000 habitantes), una de las localidades donde la presencia de este material potencialmente cancerígeno en los centros escolares ha cristalizado en conflicto. Allí la mayoría de los alumnos del colegio Reggio llevan una semana sin ir a clase, con el apoyo de la Federación Local de Asociaciones de Padres y Madres. Pero la alarma se extiende. El asunto va a llegar a la Fiscalía de Menores de Málaga por otro centro con cubiertas de uralita deterioradas. El Defensor del Menor de Andalucía ha empezado a abrir investigaciones. La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, ante la creciente preocupación entre las más de 11.000 asociaciones que representa en todo el país, prevé abordar la cuestión a su próximo congreso, que se celebra este mismo fin de semana, según confirma a infoLibre su vicepresidenta, Elena González.

Hay autonomías donde el asunto ya ha movido a la actuación de las administraciones. Tras una escalada de quejas y denuncias, los Gobiernos autonómicos de la Comunidad Valencia y Baleares realizaron el pasado año estudios para cuantificar los centros educativos con amianto. El Gobierno de Baleares detectó 26 y se comprometió a retirar este material de todos ellos antes de finalizar la presente legislatura en 2019. En la Comunidad Valenciana la autoridad educativa detectó más de 150 colegios e institutos con estructuras de fibrocemento. "En Valencia llevan la delantera, pero no porque el problema sea mayor, sino porque el asunto se conoce de antes", afirma Francisco Puche, convencido de que la repercusión del problema del amianto crecerá porque "es algo que afecta a todo el mundo, y en el caso de los colegios con más razón, porque los niños están más expuestos".

En Andalucía el PSOE y Ciudadanos tumbaron la semana pasada una proposición no de ley de Podemos para eliminar el amianto de todos los centros educativos. Pero esto no frena el tema. Precisamente Ciudadanos registró otra proposición para hacer un inventario y retirar el amianto, si bien esta intenta implicar al Gobierno central en las tareas para conseguirlo. Si la apoya el PSOE, que tiene un pacto de legislatura con C's, saldrá adelante. No obstante, este mismo martes el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, se adelantó y anunció que la Junta está realizando una evaluación del número de centros "afectados" y que en 15 estará listo un plan de "retirada progresiva del amianto", que se hará de forma "compatible con el calendario escolar".

Fibras microscópicas

El amianto es un componente del fibrocemento, un material de construcción que en España comercializó la empresa Uralita. Lo componen unas fibras microscópicas que pueden permanecer suspendas en el aire y representan un riesgo respiratorio, provocando diversas enfermedades, entre ellas cáncer. El material se estuvo usando durante más de cincuenta años, desde la segunda mitad del siglo XX, para techar aulas, llevar y depositar agua, hacer los bajantes de residuos, además de para otros usos como el aislante.

En España está prohibido por ley desde 2001. El Parlamento Europeo aprobó en 2014 una resolución que pedía a los Estados miembros su eliminación. Las organizaciones mundiales del trabajo (OIT) y la salud (OMS) han alertado con rotundidad contra este material. Según un estudio de la Universidad de Granada de 2013, publicado en la revista BMC Cancer, entre 1906 y 2002 se importaron en nuestro país más de dos millones de toneladas de este material cancerígeno, buena parte del cual se instaló en de edificios, tuberías y tejados construidos entre las décadas de 1960 y 1990. Según este estudio, y a pesar de la prohibición en 2001, seguirá habiendo muertes por mesotelioma pleural provocado por el amianto hasta 2040, ya que las partículas quedan latentes.

El pasado mes de febrero, el popular programa televisivo Salvados emitió un reportaje sobre el amianto que ha incrementado el conocimiento general del problema. "A raíz del programa la percepción pública con respecto al amianto ha cambiado. Hay madres que llegan a los colegios preguntando si hay amianto y cuándo se va a quitar", señalan fuentes educativas. La preocupación está produciendo situaciones conflictivas en centros escolares, particularmente en Andalucía, donde hay una plataforma, Amianto Cero, radicada en Málaga, a la que pertenece el ingeniero Francisco Puche. Es en Málaga donde la asociación de padres y madres del colegio José Calderón ha llevado la existencia de amianto en el centro a la Fiscalía de Menores.

Quejas del Defensor del Menor

El Defensor del Menor de Andalucía ha abierto una queja de oficio ante la detección de partículas de amianto en el suelo del colegio Reggio, en Puerto Real. La investigación del Defensor se extiende a los colegios Ponce de León, Pedro Antonio de Alarcón, San Juan de Dios y Lomopardo, todos en la provincia de Cádiz. Además hay otra queja por el colegio de Málaga José Calderón. El Defensor pretende comprobar si se están conculcando los derechos fundamentales establecidos en los artículos 15 y 27 de la Constitución, es decir, el derecho a la integridad física y el derecho a la educación.

En el colegio Reggio la preocupación de los padres se desató a raíz de la filtración de un informe sobre riesgos laborales de la Consejería de Educación de Andalucía, que recoge con claridad que el material con amianto debe ser retirado por una empresa especializada, ya que ha llegado al fin de su vida útil y presenta roturas. La situación es definida en en el informe como "crítica", palabra que ha resultado especialmente alarmante para los padres.

"¿Cómo no vamos a estar preocupados?"

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"El amianto ha llegado al suelo y está junto al patio de infantil. ¿Cómo no vamos a estar preocupados?", dice Míriam Prieto, madre de una niña de Infantil del colegio Reggio. Su hija lleva desde el viernes 10 de junio sin ir a clase, en el contexto de una huelga que ha dejado en casa a la mayoría de los alumnos, y previsiblemente su madre no la llevará más este curso, que termina el miércoles. "Yo no voy a llevarla hasta que lo quiten", dice Míriam, para quien el precintado y la retirada de las zonas con rotura es insuficiente. Si no se arregla para el curso que viene, Míriam llevará a su hija a otro centro. "Hay muchos padres que ya están pensando en llevarlos a Arquitecto Leoz o a Juan XXIII", añade.

La Junta, a través de su Delegación de Educación en Cádiz, afirma que el informe filtrado era "un check list" con "terminología técnica" para la "posterior elaboración de un informe" que sí sería concluyente. "Entre esas medidas los técnicos apuntan que habría que proceder a la retirada del techo de porche y el mantenimiento del resto de las instalaciones. Estas anotaciones son sometidas a un contraste posterior mediante una serie de mediciones exigidas por la autoridad laboral. Se trata, por tanto, de la fase inicial de recogida de información", señalan desde Educación, que añade que el informe exigido por la normativa elaborado con posterioridad, que es el de amianto en aire, "da resultado negativo", mientras que el realizado "en sólido", bajo el techo de uralita, "da positivo", que es precisamente lo que dio lugar al precinto de la zona. La defensa de la escrupulosidad legal de la autoridad no ha calmado a los padres de los alumnos, que reclaman la retirada completa e inmediata del techo, y no sólo de la parte deteriorada.

Desde la Consejería de Educación recuerdan que "la normativa que prohíbe la fabricación, comercialización y uso de los productos que en su composición contengan amianto no establece la obligatoriedad de la retirada de los productos ya instalados ni da un plazo para dicha eliminación, salvo el que se refiere al final de la vida útil de dichos materiales". Y añaden: "La mera presencia de fibrocemento en elementos constructivos de los centros escolares no debe ser un motivo de alarma. Sólo si el material se manipula, perforándolo o cortándolo, o en menor medida si se rompe, puede haber riesgo de desprendimiento de partículas de amianto". La plataforma Amianto Cero rechaza la tesis de que el amianto "no es peligroso si está en forma de fibrocemento y no se perturba". "Eso ya ha sido bien demostrado que no es cierto, que todos los materiales con amianto desprenden fibras en mayor o menor medida (todas peligrosas) y que no dejan de estar perturbados (meteoros varios, incendios, manejos desaprensivos)", señala en su manifiesto, que invita a aplicar el principio de "precaución".