ENSAYO

Saramago contado por Saramago

El escritor José Saramago, en una imagen de 2009.

En 1997, el Nobel portugués José Saramago impartió una conferencia, casi improvisada, que llamó La estatua y la piedra. Como metáforas de su propia escritura, la imagen de la estatua quería remitir a sus primeras obras, las que pergeñó entre 1980 y 1991, que abarcan todas sus novelas comprendidas entre Levantado del suelo y El evangelio según Jesucristo. La piedra, la materia prima a la que regresa posteriormente, a partir de 1995, es la que define sus creaciones desde Ensayo sobre la ceguera hasta Caín,Ensayo sobre la cegueraCaín publicada en 2009, solo un año antes de su muerte. Aquella charla, que pronunció en la Universidad de Turín, se ha convertido hoy en otro título que añadir a la lista de su bibliografía.

Editado por la Fundación José Saramago, La estatua y la piedra se presenta en forma de ensayo recogido por los profesores de la universidad y revisado por el propio escritor. Con un epílogo de Fernando Gómez Aguilera, filólogo y estudioso del literato luso, el libro plantea una reflexión del autor sobre la deriva de su propia obra, que conscientemente quiso dividir en dos grandes ciclos.

“A finales de los años ochenta y principios de los noventa Saramago acusa la fatiga de estar acarreando la etiqueta de novelista histórico, que él no acepta”, explica Gómez. “Él metía la novela en la historia, entendía que la historia no era sino una versión del pasado cuyos vacíos se podían completar desde la literatura, desde otras perspectivas”.

Como reacción, comenzó a imaginar otra literatura “más austera y menos barroca”, en la que de lo general, la historia, se mueve hacia lo particular, el individuo. “Primero moldea la estatua, y luego quiere conocer la piedra”. Esta nueva etapa, que arranca con su muy célebre Ensayo sobre la ceguera, Saramago la emprende a modo de lectura crítica de la sociedad contemporánea. “Sigue la línea de discernir qué es eso que él llamaba 'el error humano”.

A través de grandes alegorías, Saramago quiso aportar con esa nueva manera de escribir y de abordar los temas su grano de arena en una época que él mismo definía de “agresión a los derechos humanos”. “Pierde la paciencia con su tiempo e intenta comprenderlo”, dice Gómez.

Presentado en la pasada edición de la Feria Internacional de Libro de Bogotá, la FilBo, el libro sale a la venta en una edición bilingüe en portugués y castellano, la primera su lengua materna, en la que escribía, y la segunda la del país al que se trasladó -concretamente a la isla de Lanzarote- tras la publicación de El evangelio según Jesucristo. 

"Todo el segundo ciclo está escrito en España, mientras que el anterior lo fue en Portugal, y en la segunda etapa se aleja de Portugal para adentrarse en los conflictos universales", señala Gómez, que en cualquier caso no cree que la geografía fuera un factor decisivo para Saramago a la hora de redirigir el rumbo de su literatura. "En 1998 lo repitió en una entrevista, en la que señaló que cuando acabó El evangelio... se dijo: 'Esto se acabó'. Su decisión era clara". 

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