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FESTIVAL DE CANNES

El actor guatemalteco Oscar Isaac triunfa de la mano de los Coen

El actor guatemalteco Oscar Isaac triunfa de la mano de los hermanos Coen

NOTICINE / infolibre

Hay papeles que marcan toda una carrera y, sin duda, el del actor guatemalteco de internacional trayectoria Oscar Isaac (Ágora) en el filme de los hermanos Coen Inside Llewyn Davis, presentada en la competencia del Festival Cannes, marcará un hito. Su interpretación del cantante con talento pero sin suerte, con voluntad y decisión pero también con un conflicto ético entre pagar o no pagar el precio del éxito –en la época dorada de los cantautores folk estadounidenses, los años 60, la del inicio de Dylan– se ha ganado los aplausos, junto a la propia película, que se ha integrado en la vanguardia de las "premiables". La jornada se completó con la película holandesa de Alex van Warmerdam Borgman, macabro cine de autor.

Joel y Ethan Coen se mueven en Cannes como pez en el agua. La mayoría de sus cintas han pasado por aquí, tienen una Palma de Oro (Barton Fink) y no sufren del prurito de algunos consagrados que temen competir y enfrentarse al dardo de la crítica como a una vara verde. Aquí están de nuevo, con la historia de un músico, un cantante sin oficio ni beneficio, que malvive de los favores y los sofás de los amigos, buscando con tenacidad un suceso que es consciente puede costarle su propia autoestima, que dicho sea de paso tampoco es que sea demasiado sólida, si consideramos sus tendencias autodestructivas. Pero, sobre todo, a Llewyn Davis lo que le pasa es que no tiene nada de suerte, y eso sí es grave.

Hallazgo de los Coen

El centroamericano Isaac, hijo de un cubano y una guatemalteca, que creció en Estados Unidos y tiene la gran ventaja de saber tocar la guitarra y cantar, llegó como agua de mayo al mundillo de los Coen, que no encontraban el actor capaz de mostrar a la vez la vulnerabilidad y la credibilidad con un instrumento en la mano. "Cuando escribes un personaje", han dicho los realizadores en rueda de prensa, "que aparece en todas las escenas, el actor tiene que interpretar, comportarse como un músico y mantener esa interpretación a lo largo de toda una canción. Fue bastante difícil, hasta que encontramos a Oscar".

Por su parte, el actor protagonista, a quien sólo hace sombra un gato casi omnipresente en pantalla, cree que su personaje está gafado por el destino: "No estaba en el lugar indicado en el momento indicado. Actuaba de manera un tanto destructiva. Buscaba la autenticidad y no era arribista. Tenía un conflicto interior muy fuerte, entre el éxito y el fracaso".

Como muchas de las cintas de los Coen, hay una coralidad de secundarios, atípicos y brillantes, esa "gente rara" que se ha convertido en sello de identidad para los directores de Fargo o El gran Lebowsky. En este caso, Isaac está rodeado de Carey Mulligan, John Goodman, Justin Timberlake y Garret Hedlund.

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Reflejo surrealista del mal 

El protagonista del filme de los Países Bajos Borgman, que le da nombre, es un tipo vagabundo que nadie sabe de dénde ha salido pero que se cuela en la casa de unos burgueses en una zona residencial acomodada para destrozarles la vida. Algunos lo han comparado con Funny games, lo cual es una clara demostración de generosidad. Sólo algunos golpes de humor negrísimo salvan este surrealista reflejo del mal que anida en el alma humana, cocinado a ritmo lento.

"He querido mostrar el daño provocado por el comportamiento anormal de personas normales, de aquéllas con las que uno puede cruzarse por la calle. Hay personas que se vuelven más desenfadadas con la edad. Yo me estoy volviendo malvado. ¡No sé si mi película no ha acabado siendo demasiado malvada!", ha confesado su director a los periodistas.

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