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Historias y secretos de la Cosa Nostra

Historias y secretos de la Cosa Nostra

La primera vez que se escuchó la expresión Cosa Nostra fue en 1963.Cosa Nostra Joe Valachi, uno de los primeros arrepentidos relevantes de la Mafia, testificó en Estados Unidos que así se hacían llamar las cinco familias de Nueva York (los Genovese, Bonanno, Gambino, Lucchese y Profaci). No se sabe a ciencia cierta si fue el FBI quien dio publicidad al término, o si el propio Valachi reutilizó alguna frase coloquial sin darle mayor importancia, pero sí se sabe que hasta entonces ningún mafioso empleaba la expresión Cosa Nostra. Luego sí la usaron, claro, porque les encantó el nombre y sobre todo que fuese tan popular.

Esta anécdota es una de las muchas que cuenta el periodista Íñigo Domínguez, corresponsal en Italia de El Correo desde 2001, en su libro Crónicas de la Mafia (Libros del KO), un retrato complejo, exhaustivo y sobre todo muy adictivo de la Mafia siciliana a través de sus historias y personajes más significativos.

“Mi interés por el tema surgió como parte de mi trabajo en Roma”, explica Domínguez. De la misma forma que tenía que aprender italiano, conocer el país y enterarse del Vaticano, consideró que debía informarse sobre la Mafia. Así fue leyendo libros y viendo películas hasta que hace dos años dedicó una serie completa de artículos en verano al mundo mafioso, que luego fue la base de su libro.

La historia de la Mafia es en gran parte la historia de Sicilia, de cómo varias familias de criminales y poderosos, que se iniciaron en el comercio de cítricos en el s. XIX, se apropiaron de la isla por la fuerza y poco a poco extendieron sus tentáculos por Italia y el extranjero hasta dominar Nueva York. El libro explica que durante mucho tiempo se decía que la Mafia era una leyenda, una fantasía, un mito. De hecho, demostrar su existencia y la conveniencia de las diferentes familias, muchas veces aliadas con los políticos y el poder, fue una tarea fundamental y muy difícil para la Justicia. Pero sus crímenes no eran tan invisibles: sólo en dos años, de 1981 a 1983, murieron mil personas en los años más sangrientos de los corleoneses. Las investigaciones y confesiones de los arrepentidos han desvelado el complejo entramado delictivo de la Mafia y sus métodos, basados en la lealtad y el silencio, pero repletos también de traiciones, ajustes de cuentas, extorsiones y terribles asesinatos.

La fascinación del cine por la Mafia

Aparte de teclear todos los días la palabra “mafia” en busca de teletipos relacionados, Íñigo Domínguez desarrolló otra afición: acudir al videoclub a la caza de películas sobre mafiosos. “Lo poco que sabe la gente de la Mafia es por las películas. El cine es una gran fuente de conocimiento sobre el tema”, afirma el periodista. De ahí que la segunda mitad de Crónicas de la Mafia presente una filmografía comentada de más de 250 películas.

A Hollywood le encanta la Mafia Sus filmes suelen estar basados en la realidad y aportan datos relevantes, aunque Domínguez recuerda la banalización que hacen del mundo criminal. “El Padrino 'estetiza' la Mafia, pero sí te permite conocer cómo funciona. Está muy documentada y es un instrumento útil”, explica el periodista. Tan atractiva es la Mafia en el cine que resulta fácil desarrollar empatía con los mafiosos, que no obstante siguen siendo criminales. “A mucha gente le gustaría ser Robert de Niro en El Padrino II”, comenta con ironía Domínguez, que en el libro cuenta que a los mafiosos también les gustaba la trilogía de Coppola: era frecuente encontrar en las redadas copias de El Padrino. Ese magnetismo del cine es también el éxito de películas inolvidables como Uno de los nuestros o Scarface aunque Domínguez matiza: “Si conociéramos la Mafia por sus películas italianas, no habría tanta fascinación porque la representan de manera más cruda y realista”.

Capos, corruptos y víctimas

A menudo la historia de la Mafia se centra en los grandes capos y sus 'hazañas' como Toto Riina o Lucky Luciano. Menos se hablaba de sus aliados en el sistema: políticos, policías y jueces corruptos que alimentaban las redes mafiosas. Enric González, prologuista del libro, describe así la cercana e influyente relación entre Mafia y política: “Muchísimas cosas, desde aspectos cruciales de la II Guerra Mundial hasta ciertas políticas vaticanas, pasando por la estructura del Estado italiano o los meandros de la vida neoyorquina, carecen de explicación sin la Mafia siciliana”.

Sin embargo, quizá los grandes olvidados en esa historia de la Mafia sean aquellos que precisamente la combatieron, denunciaron sus crímenes y que en muchos casos lo pagaron con su vida.

Íñigo Domínguez repasa en el libro la vida de algunos de esos héroes, como los jueces Falcone y Borsellino o el sindicalista Rizzoto, todos ellos asesinados. Otros que tenían muchos boletos para caer sobrevivieron contra todo pronóstico, como el agente del FBI Donnie Brasco, que estuvo infiltrado 6 años en la mafia neoyorquina. Domínguez afirma que el caso que “más le impresionó descubrir” fue el de Peppino Impastato: “Era periodista y se mofaba y cachondeaba de la Mafia en un programa muy subversivo, estilo Gomaespuma. Su caso además era muy complicado porque se enfrentó a la Mafia en un pueblo pequeño, de manera muy frontal y a través del periodismo”. Impastato fue asesinado brutalmente cuando sólo tenía 30 años.

Al preguntarle acerca del presente y futuro de la Mafia, Domínguez recuerda una cita del juez Falcone: “Decía que la Mafia es un fenómeno humano y que todo fenómeno tiene un principio y un fin”. Sin embargo, recela de que su ocaso esté próximo y afirma que quizá sea ahora más invisible, pero todavía conserva poder: “Sigue siendo influyente y sigue con sus negocios. Hay gente que dice que la Mafia siempre ha estado ahí y que siempre va a estar; que es un elemento más del sistema: su parte más sucia”.

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