“Me gustaría que se cultivase más el espíritu revolucionario”

Es Francesco Tristano todo un francotirador en la música del siglo XXI. Su piano se aleja de los corsés para evocar a Bach, a John Cage, a Sakamoto. Lo mismo puede seducir a sus eclécticos seguidores en la Scala de Milán que actuando en Sónar. Y el sábado 26 de abril (a las 12:00 horas) consagra un concierto muy especial a los sonidos del agua en la Fundación Juan March de Madrid.

Sus paisajes sonoros remiten a tardes de lluvia salpicadas por la melancolía, pero de repente puede dar un giro de 180 grados y hacer que nos rindamos al placer dance, como en su obra maestra Idyosinkrasia, grabada después de debutar al frente del apocalíptico trío Aufgang.

“La música clásica también puede ser de vanguardia

. No tiene por qué significar en absoluto sinónimo de pasado”, declara Francesco Tristano a infoLibre antes de añadir: “Es difícil decir si yo pertenezco al mundo de la clásica o no. Todos los compositores de mediados del siglo XIX nunca se consideraron clásicos, eran de vanguardia. Hoy la música clásica está tan viva como la electrónica”.

“Yo me siento igual de cómodo interpretando a Bach que a John Cage, que marca un antes y un después”, confiesa mientras apunta a Jeff Mills o Carl Craig al admitir: “No sabría decir si el público de Sónar conoce a Bach, pero tampoco se puede olvidar que los músicos de clásica no están educados en el techno de Detroittechno”.

El pianista luxemburgués, capaz de remitirse a la maestría ambient de Brian Eno y de recalar en el trance dub de Jah Wobble, se enamoró de Barcelona hace 12 años, recién graduado en la prestigiosa Juilliard School de Nueva York. Y ahí continúa, con su cuartel general en el barrio de Sants, desde donde se embarca en una cadena de actuaciones sin fin que le lleva de Pekín a Florencia, de Los Ángeles a Estocolmo.

“Me gustaría que se cultivase más el espíritu revolucionario en estos tiempos tan complicados que vivimos”, explica este admirador de Paco de Lucía y del Brandt Brauer Frick Ensemble (viernes 25 de abril en el Razzmatazz barcelonés), trío alemán con el que se identifica plenamente por su dualidad entre el clasicismo y la vanguardia.

“El futuro es ahora, y las posibilidades de experimentación musical son infinitas. No hay ninguna regla”, afirma Tristano. Pues eso.