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Festival de cine Fisahara

Pilar Bardem: “Aquello de que todo está bien atado era cierto; habrá que romper el nudo”

Pilar Bardem, en la presentación de la XI edición de Fisahara.

El Festival Internacional de cine del Sáhara, Fisahara, no es como los otros festivales de cine. Proyectan sus películas, tienen su público y sus invitados, sí, pero carecen de algo que sí poseen todos los demás: voluntad de permanecer. “Lo que más nos gustaría a todos los que hacemos Fisahara es que no hubiera otros Fisahara”, concede Pilar Bardem, una de las madrinas de la convocatoria de este año, que se celebrará entre el 29 de abril y 4 de mayo en el campo de refugiados de Tinduf, en el desierto argelino. “Señal sería de que el Sáhara por fin sería libre, y tendría su territorio. Pero en fin, dadas las circunstancias, este es un momento de ilusión, un momento de confraternización, de llevar a los saharauis un poco de diversión al desierto y dar al mundo a conocer sus problemas”.

Junto a la actriz sevillana, hacen de embajadores de esta edición, la undécima, otros intérpretes como su hijo, Carlos Bardem, el argentino Alberto Ammann, Ana Wagener, o la escritora Inma Chacón, representante no del cine pero sí de la literatura, cultura al fin y al cabo, aquello que se quiere acercar durante unos días a los 185.000 habitantes de los cinco campamentos saharauis que existen. La cultura y también, como explicó a infoLibre Carlos Bardem en el acto de presentación del certamen, a los medios de comunicación que, por una vez al año, pueden con su presencia “romper el muro de silencio que los poderes gubernamentales franceses, estadounidenses, marroquíes, españoles, han construido en torno al pueblo saharaui”.

“Es un pueblo que está partido en dos”, explica Carlos Bardem, cuya familia lleva décadas implicada con la causa saharaui, estancada y sin posibilidad de solución aparente desde hace 37 años. “La mitad está en el desierto de Argelia, la otra mitad vive en su tierra, ocupada por Marruecos, torturados, represaliados, asesinados, encarcelados… y todo este tenderete no responde más que a los intereses de una realpolitik de unos gobiernos occidentales en connivencia con el gobierno marroquí, y se sostiene en parte gracias al silencio, porque no se sabe nada de lo que pasa. El Fisahara es para nosotros la oportunidad de que la prensa, al menos parte de la prensa internacional y española, vuelva sus ojos hacia este pueblo”.

Homenaje a Mandela

Aunque desearían no seguir haciendo Fisahara –que, en paralelo al festival, ha creado una Escuela de cine para ayudar a los saharauis a documentar su situación–, lo cierto es que vuelven. Y lo hacen homenajeando a la figura de Nelson Mandela, quien fuera firme apoyo de la demanda de independencia de este territorio ocupado entre 1958 y 1976 por España, país que, por ello, dice Pilar Bardem, “tiene la responsabilidad plena” de la actual situación. “Según el tratado (de la ONU) España tiene que descolonizar todavía el Sáhara, el Sáhara sigue siendo una colonia. Los saharauis son tan españoles como tú y como yo, y ahí están”, apunta la actriz. “Y la solución es muy fácil: cumplir el tratado que existe de autodeterminación del Sáhara. En España, por supuesto, es como si no existieran, ni como República saharaui, ni como pueblo exiliado, ni nada de nada. No les interesa”. 

Acto de presentación de Fisahara | MIKEL CANO

Las películas que se proyectarán en el auditorio que el festival monta bajo la luz de las estrellas incluirán títulos como Invictus, Futbolín o los documentales nominados al Oscar Dirty Wars y The Square. Para levantar la iniciativa –en la que este año participarán viajando a los campamentos los actores españoles Sergi López, Ana Wagener y Raúl Arévalo y la escritora Inma Chacón, además de figuras como el músico antiapartheid Jonas Gwangwa o Andrew Mlangeni, quien compartió prisión durante años con Mandela–, los organizadores han contado este año con exactamente cero subvenciones públicas, por lo que han tenido que recurrir a los patrocinadores, principalmente extranjeros. Quisieron recordar, en cualquier caso, que el pueblo saharaui –que vive prácticamente de las ayudas a la cooperación– ha visto recortada la financiación española en un 67% en los últimos tres años, lo que está provocando que escaseen alimentos básicos, medicinas y material escolar.

Fallece a los 82 años la actriz Pilar Bardem

Fallece a los 82 años la actriz Pilar Bardem

Un hartazgo que podría convertirse en violencia

A esta situación de por sí difícilmente sostenible, se suma un peligro del que alertó en el acto Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario en Madrid: el hartazgo de la población juvenil saharaui –de la que mucha jamás ha llegado a conocer su tierra– que, llegado el caso, podría desembocar en violencia. “La única solución es el plan de paz de la ONU, y trabajamos para que esa sea la solución definitiva”, explicó. “Pero hay intereses económicos que se supeditan al derecho internacional y al respeto a los derechos humanos. Aunque seguiremos optando por la vía pacífica, su fracaso supondría hablar de otras acciones, las bélicas, de las que no nos gusta oír hablar, pero que no hay que descartar. El tiempo corre, y la juventud se puede radicalizar”.

Aunque desde puntos de partida muy diferentes, al igual que el pueblo saharaui, España también necesita soluciones urgentes para sus acuciantes problemas. “Pero los medios de comunicación están en manos de las personas que mandan. Los periódicos, las televisiones, todo, da igual”, se lamentó Pilar Bardem. “Se hace una marcha de casi dos millones de personas, pacífica, con niños, llena de alegría, y de dolor, puesto que exigen pan, justicia, un hogar, en fin, las cosas que la Constitución dice que debe tener cada ciudadano, y ni se da noticia de ello. Pero mira tú qué casualidad, media hora antes de los telediarios se arma un follón y esa es la noticia, mira tú por donde, y de la marcha nada. Y luego tenemos la suerte, la desgracia para la familia, de que al día siguiente se muere Suárez. No hombre, no, ya es demasiado. Aquello de que todo está atado y bien atado es cierto, lo tienen todo muy bien atado: pues habrá que romper el nudo gordiano”.

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