Música

Xoel López: “La nueva conciencia política y social es lo mejor de esta etapa”

El músico Xoel López.

Todos estos años en los que España ha pasado del letargo a la pesadilla y el brusco despertar, a él le pillaron en el otro lado. En la otra orilla del océano, en Argentina, donde se terminó de fraguar su disco Atlántico(Esmerarte), un trabajo compuesto en un limbo entre aquí y allá -de Buenos Aires a Madrid pasando por Coruña, su ciudad natal- que no es que quiera unir ambas tierras, sino que, directamente, “las une”. Llegado a la capital porteña en enero de 2009, Xoel López (1977) regresó hace poco más de medio año a España, donde se encerró en un estudio de grabación en Madrid para dar forma a su próximo disco, el segundo de su carrera tras su etapa como Deluxe. Entre horas, va a seguir promocionando aquel otro álbum, editado en 2012, cuyas melodías llevará en concierto al madrileño Teatro Nuevo Alcalá este 6 de junio.

“Cuando me fui, lo que buscaba era reflexionar sobre todo lo que había hecho, que había sido mucho y muy seguido, y no había tenido tiempo para pensar en por qué, el qué, cuándo”, explica el músico, cercano y relajado, en un bar del centro de Madrid. Los ritmos latinoamericanos, desde la cumbia al vallenato o la ranchera matizaron en la nueva etapa que se abría hace cinco años el pop y rock que hasta entonces definían su estilo, y que fue descubriendo, asimilando e incorporando en los muchos viajes realizados. “Además de Argentina, estuve viviendo un tiempo en Nueva York, y aproveché para ir a Colombia, República Dominica, México, Venezuela, Brasil… y fui tocando con gente de cada lugar, y descubrí otra forma de entender la música”, relata. “Por eso te decía que realmente une, porque de una forma intrínseca, en lo que es el disco por dentro, ese mundo imaginario existe. Otra cosa es cómo sea el mundo político y la realidad de los países”.

En Argentina, pudo observar desde la atalaya de la distancia la llegada y el desarrollo de la crisis en España, en un país del que se pueden extraer muchas lecciones sobre estos temas. “Yo había dejado una España en la que la gente estaba más preocupada de comprar ropa, esa es la verdad, y de ver qué hacía con tanto dinero, y tanto coche, y tanta casa y tanta historia, entonces imagínate el contraste. España, mundo burbuja, Argentina desinflada y reconstruyéndose”. “Pero ellos ya se habían planteado que era un problema de base", agrega, "y en España seguíamos pensando que al año siguiente se iba a pasar. Y luego me encontré a la gente mucho más implicada políticamente, socialmente, cosa que aquí está pasando a raíz de esta crisis. Ahora, cuando volví a Madrid hace siete meses, me encontré a la gente con una conciencia política y social mucho más grande de la que yo dejé cuando yo me fui en el 2009, y eso creo que es lo mejor de toda esta nueva etapa que estamos viviendo”.

Esa transformación, un marcado cambio de mentalidad y de perspectiva, se ha dejado sentir y oír también en la música. Desde Nacho Vegas a Amaral o Vetusta Morla, por citar algunos nombres, son muchos los artistas que han decidido unirse al clamor de la gente y denunciar, criticar, proponer, actuar. “Es verdad que el disco que ya estoy terminando ahora mismo, bueno, en realidad que ya tengo compuesto y que estoy empezando a grabar, sí que tiene alguna canción sobre esto, aunque no explícitamente”, adelanta.” Lo que pasa es que yo siempre he sido bastante metafórico para todo en mi vida, y creo que este disco lo va a ser también. Pero sí que es verdad que está influido por esa sensación, aunque mi contexto fue muy distinto, porque yo no estuve aquí esos cinco años”.

Mientras que en el álbum que está en camino, y que probablemente verá la luz en noviembre, sí habrá signos “de enfado, de estar hasta las narices de muchas cosas”, el estado en el que compuso Atlántico le llevó por otros derroteros, más intimistas. “Es un disco de viajes, de mucha reflexión, pausado, calmado. Cualquiera que lo escuche se dará cuenta que hay un reposo. Venía de una época donde llevaba un ritmo más frenético, y más alocado, que tenía que ver también con esa España de esa época, en la que si te iba bien trabajabas mucho, e incluso demasiado”. Para abrir boca de cara al nuevo disco, que aún no tiene título, el músico publicará próximamente un single, Canciones Profanas, con dos temas con nombre de santo que no se incluirán en el álbum, San Juan y San Amaro, creado el primero en Buenos Aires “en un momento de morriña” y el segundo en A Coruña.

Coronado el año pasado rey del indie nacional en los Premios de la Música Independiente, López ha compaginado también su reciente actividad con la publicación de un libro, El asaltante de estaciones (Ediciones Chelsea), una recopilación de apuntes, reflexiones y otros retales de su vida en la carretera. Con la música en la cabeza y en las manos desde niño, y ante la balada triste de una cultura cada vez más recortada, el cantante reconoce que, aunque gratificante, vivir de esto es “muy jodido”. “Siempre lo fue y probablemente siempre lo será. Es verdad que hay una serie de artistas que ganan muchísimo dinero, pero eso no deja de ser la punta del iceberg del sistema en el que vivimos, en el que hay gente que gana demasiado dinero y gente que vive demasiado mal”. 

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