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LITERATURA DE VIAJES

Un país en treinta libros

Las saladas de Alcañiz, en Teruel.

Ir al otro confín del mundo está bien. Pero sin moverse demasiado, también es posible conocer maravillas. De hecho, tan cerca como en una librería, donde pueden encontrarse viajes de ensueño por todo el planeta. Aunque para este reportaje nos centramos –suficiente es- en España, cuyas tierras han fascinado a innumerables visitantes a lo largo de los siglos.

Con las múltiples crisis que concatena el sector del libro –la general, la editorial, la del número de lectores…- la literatura de viajes ha decaído hasta acercarse a la extinción en este siglo XXI. Pero antes, hasta tan pronto como la Edad Media, abundaban los títulos. Abundaban, que no abundan, porque muchos están descatalogados o ya no se tiran más ediciones. Pero algunos quedan, especialmente de los siglos XX y XIX, época en la que comenzó a popularizarse el turismo.

En este siglo XXI

En esta era de Internet no hay demasiado que elegir en formato papel -a no ser las revistas especializadas o monográficos como el que saca trimestralmente la Sociedad Geográfica Española-, aunque sí existe alguna que otra propuesta interesante en la Red. Un ejemplo es el trabajo de Ander Izagirre con su vuelta a España en Vespa, que le llevó a recorrer 10.300 kilómetros a lo largo de dos meses del año 2006. En vez de en un libro, las aventuras del periodista vasco pueden leerse en un blog abierto para la ocasión, Vespaña.

Comprobamos también que en este siglo XXI los libros de viajes –que no las guías, a las que no nos referimos aquí- los redactan sobre todo periodistas como Izagirre. Antes hubo de todo: literatos que también eran periodistas, literatos a secas o viajeros con las más variopintas intenciones –desde mecenas de artistas a vendedores de Biblias- que acabaron por plasmar sobre la página en blanco sus andanzas por tierras españolas o por alguna de sus regiones, incluyendo muchas veces los países limítrofes, Francia y/o Portugal.

Periodista es, por ejemplo, Juan Cruz, adjunto a la dirección del diario El País y tinerfeño, a cuyo nombre figura el título Viaje a las Islas Canarias (El País Aguilar, 2013). El volumen supone una suerte de itinerario personal e íntimo por su tierra, de la que atesora recuerdos y vivencias que se entremezclan con la semblanza de personajes ilustres que en un momento u otro poblaron las islas atlánticas, de César Manrique a Alexander von Humboldt, Miguel de Unamuno…

Periodista es también Xavier Moret, que colabora con El Periódico y es barcelonés, y que -igualmente- no tuvo que salir muy lejos para emprender su Viaje por la Costa Brava (Altaïr, 2009). El también escritor hizo un recorrido en el que no solo deja reflejados los paisajes y las gentes, sino también grandes nombres que han marcado la vida de la zona, tanto oriundos como Salvador Dalí o Josep Pla como excelsos visitantes de la talla de Orson Welles, Truman Capote, Elisabeth Taylor…

Julio Vías, periodista, escritor y naturalista (¡ha sido hasta vaquero!), se calzó las botas de montaña y recorrió los parajes de la sierra madrileña para dar forma a sus Memorias del Guadarrama (La Librería, 2011), en las que recoge historias y anécdotas poco conocidas de los antiguos caminos forestales, transitados por viajantes y bandoleros desde hace siglos. 

Para terminar la lista, reseñaremos al muy prolífico y profundo conocedor de España Juan Eslava Galán, además experto en hitos, con los 1.000 sitios que ver en España al menos una vez en la vida(Martínez Roca, 2009), aunque este, en realidad, es más bien un listado.

En aquel siglo XX

Poco queda por escribir sobre el papel que jugó el estadounidense Ernest Hemingway en la popularización universal de los toros. Su Muerte en la tarde(1932)o su Fiesta (1926) son tan míticos como el Homenaje a Cataluña(1938)de George Orwell, en el que el visionario autor de 1984 reproducía las impresiones acumuladas durante la Guerra Civil, un conflicto que también abordó John Dos Passos en Viajes de Entreguerras (1938), en el que también se describen monumentos y lugares de otros países en el contexto de aquella convulsa época.

Especialmente en Reino Unido, el poeta Laurie Lee ha sido igualmente un difusor clave de la idiosincrasia española. Son varias las generaciones de británicos que han crecido con su trilogía autobiográfica, compuesta por Sidra con Rosie (1959), Cuando partí una mañana de verano(1969) y Un instante en la guerra (1991). Sobre todo a partir del segundo volumen, el autor repasa de manera lírica y profusa sus varias estancias en el país, cuando atravesó parajes de Galicia, Castilla y León o Madrid. En Almuñécar, ciudad donde residió en dos etapas diferentes de su vida, le dedicaron incluso una estatua, y este mismo mes de junio organizaron una serie de actividades para conmemorar el centenario de su nacimiento. 

Quizá más desconocidas sean las crónicas que otro poeta, Rubén Darío, escribió para el diario nicaragüense La Nación. Asentado en España como corresponsal tras el desastre de 1898, el literato enviaba cuatro artículos al mes al periódico, que acabaron publicándose en 1901 en un volumen de título España contemporánea. Crónicas y relatos literarios.

Muy curiosa es la historia del que fuera primer batería de Genesis, Chris Stewart. Tras ser invitado a abandonar la banda a los 17 años, el inglés decidió cambiar radicalmente de vida. O, dada su juventud, simplemente empezarla. Después de varios viajes y experiencias en diferentes países –llegó a dedicarse a esquilar ovejas- se compró un cortijo en la Alpujarra granadina. Y ahí sigue. De su experiencia bajo el sol escribió en 1999 Entre limones, un best-seller donde narra con gran sentido del humor sus hazañas rurales.

No nos olvidamos del escritor ampurdanés Josep Pla y su célebre Viaje en autobúsViaje en autobús (1942), un poético recuento de su trayecto en carretera por parte de Cataluña; ni del muy peculiar y multifacético artista, además de conde, Edgar Neville, que en Mi España particular (1957) realizó una crónica de su ruta a bordo de un Aston Martin en la que describe el país a través de su gastronomía, su arte y sus tradiciones. 

Sobre todo, cabe destacar la aportación del gran filósofo vasco Miguel de Unamuno, entusiasta viajero que recogió en la antológica Viajes y paisajes las crónicas de visitas y excursiones que había ido publicando dispersas desde principios de siglo y que, a través de horizontes cambiantes, plantean interesantes reflexiones sobre la naturaleza humana y el sentido de la existencia.

Llegamos (¡por fin!) al apartado de las viajeras escritoras que, aunque no sobran, también las hay. Una de las más destacables fue Elena Whishaw, conocida como la Inglesa de Niebla, pueblo onubense donde residió en los primeros años del XX. La polifacética dama, que cultivó la arqueología, el teatro o la música, se encargó de desmontar en sus escritos algunos de los estereotipos negativos que recorrían la imaginería de lo español en el extranjero. Gladys Méndez, docente de la Universidad de Huelva, recogió aquellos textos en Mi año español, editado por la Diputación de la ciudad andaluza.

El XIX y más allá

De hace dos siglos queda un relato de viajes auténticamente excepcional, el del británico George Borrow en La Biblia en España. Desembarcado en Portugal en 1835, el hombre pasó un lustro recorriendo la península, casi literalmente, puerta a puerta. Llegó para vender Biblias, concretamente el Nuevo Testamento, que por lo que cuenta en su obra no estaba demasiado difundido por aquel entonces. Enviado por la Sociedad Bíblica británica, Borrow quedó prendado del pueblo gitano, con el que convivió una larga temporada, y fue la primera persona en traducir el texto sagrado al caló

Hay más del XIX: Alejandro Dumas con De París a Cádiz; Pedro Antonio de Alarcón con La Alpujarra; Teófilo Gautier con Viaje por España; Alexander von Humboldt y sus escritos sobre las Islas Canarias y, por supuesto, el reconocido hispanista inglés Richard Ford, con títulos como Cosas de España, Cosas de Españaque vio la luz a mediados de siglo. Y no son las últimas recomendaciones: aún nos quedan las más antiguas en el tiempo.

¿Libro o serie? ¡Libro y serie!

¿Libro o serie? ¡Libro y serie!

La más cercana, Viaje por España en 1773, del escritor, viajero e hispanista inglés Richard Twiss, que da cuenta de los prejuicios sobre el atraso de España y Portugal que existían en Europa y que él mismo albergaba. Otra: El diario del viaje a España, de Cassiano del Pozo, donde el mecenas y estudioso italiano narra el trayecto realizado por el cardenal Francesco Barberini, y que supone todo un muestrario de las costumbres del siglo XVII y un tratado político sobre las relaciones entre Italia y España.

La tercera es de varios autores: Viajes de extranjeros por España y Portugal en los siglos XV, XVI y XVII que, además, puede leerse en Internet. Y por último, reseñar el muy célebre Códice Calixtino, custodiado en la Catedral compostelana y recientemente robado por el electricista del templo para después ser recuperado. El manuscrito, que data de mediados del siglo XII, incluye una suerte de guía del Camino de Santiago, en la que se describe la ruta y se dan útiles consejos al peregrino de la época. 

Quedan muchos más, eso seguro. Pero con estos sin duda da para un verano de ruta por España en el espacio y en el tiempo. Si a la vuelta al cole sigue con el gusanillo, la Biblioteca Nacional cuenta con un exhaustivo catálogo, al que se pude acceder desde este enlace

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