Jorge Carrión fusiona géneros literarios para contar un futuro más allá del apocalipsis

El escritor y ensayista Jorge Carrión viaja a un futuro posapocalíptico en su nueva novela Los huérfanos, inclasificable ante la explosión de géneros que combina, segunda parte de una trilogía llamada Las huellas –que empezó con Los muertos (2010)– y que terminará con la publicación, prevista en 2016, de Los turistas.

Los huérfanos se centra en un grupo de supervivientes de la Tercera Guerra Mundial procedentes de distintos rincones del mundo, que lleva 13 años incomunicado en un búnker en Pekín y cuyas vidas son descritas por Marcelo, un ambiguo y desequilibrado narrador, a partir del día en que uno de los compañeros empieza a amenazar la armonía de la comunidad.

En una entrevista de Europa Press, el escritor ha descrito su novela como un relato de ciencia ficción puramente "humanista" en comparación con su anterior novela, una obra definida como una trascripción del lenguaje audiovisual, con un estilo mucho más clásico pero que combina una amalgama de formas literarias entre las que destacan la crónica, el ensayo –Carrión no concibe una sin el otro– e incluso la écfrasis, la descripción minuciosa de una representación visual.

Ambas novelas son, pese a formar una trilogía, totalmente independientes, pero de algún modo se hallan intercomunicadas debido a ciertos elementos temáticos, situacionales y porque comparten algún personaje, creando "vínculos conceptuales" entre ellas, según ha comentado su autor.

Carrión (Tarragona, 1976) destaca la importancia del proceso creativo en vez de la obra en sí, que comparte con el propio desarrollo de la saga, en la que los Los huérfanos es la consecuencia de Los muertos, así como Los turistas será el camino hacia Los muertos.

Deconstruyendo la historia

El revisionismo histórico y la fácil remodelación y reinterpretación continua de la historia y de su reconstrucción, que varían según el color político, han inspirado el fenómeno central de Los huérfanos –la llamada "reanimación histórica"–.

De la ciencia ficción a la ciencia

Ver más

Se trata de una ciencia ficticia que no sólo reconstruye, sino que reanima el pensamiento del momento en cuestión, en la que las redes sociales también ejercen su función, haciendo que la gente sienta y piense, por ejemplo, lo que sentían y pensaban los moscovitas en 1917.

Fuentes de inspiración en cuanto a este dilema histórico y reconstructivo que recuerdan a la psicohistoria de Isaac Asimov –basada en el cálculo del futuro de una civilización– o los relatos distópicos de Philip K. Dick, Ray Bradbury o J.G. Ballard, más que a la ciencia-ficción literaria, Carrión asume una referencia directa a la obra gráfica de los guionistas Alan Moore y Grant Morrison, en la que se ha sumergido durante los últimos seis años.

El uso que dispone Carrión de la ciencia-ficción no deja de ser una compleja "herramienta" con el objetivo de intentar dar respuesta a preguntas que carecen de ella, centrándose en hasta qué punto los mitos, las leyendas, las ficciones y los datos históricos pertenecen a un territorio común con fronteras muy difíciles de delimitar, siendo fundamental el hecho de que en la novela esta "reanimación histórica" sea la causa del colapso de la humanidad.