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Clara Peñalver: “Soy carne de saga"

La escritora sevillana Clara Peñalver.

Un viaje de necroturismo puede dar para mucho. Sí, sí, visitar camposantos y encontrarle el lado animado. Eso hace la protagonista de El juego de los cementerios (Debolsillo), Ada Levy, que regresa con una nueva entrega de su saga detectivesca de la mano de su autora, la sevillana Clara Peñalver. Tras la publicación de Cómo matar a una ninfa, este nuevo libro no solo implica una aventura inédita, sino –y sobre todo- “una evolución del personaje, su crecimiento a nivel emocional. Ahora se da cuenta de que es importante empezar a cuidarse”, explica Peñalver, para revelar que, con ese objetivo, su criatura recibe en esta historia “una pequeña lección para que se plantee poner en orden su vida”.

La trama arranca con una protagonista ya formada oficialmente como detective, que ejerce a la vez de periodista para una revista de motos, su gran pasión. A partir de ahí descubre una extraña coincidencia, la de una serie de lápidas que comparten idénticas cualidades: la misma tapa; las mismas flores, margaritas frescas; la misma inscripción, una cita de Graham Greene: El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños. Incapaz de frenar a su propio temperamento, acaba visitando –y profanando-, una de esas tumbas. Y lo que encuentra en ella, desata el misterio que, por vericuetos no susceptibles de ser revelados, acaba conectando allende los mares con la Camorra napolitana.

“Para mí, Ada es mi camino hasta convertirme en una escritora que me haga sentirme orgullosa”, explica Peñalver, de 31 años, que se inició en esos terrenos a los 13, escribiendo relatos cortos. Esa meta la dará por alcanzada cuando pueda compararse -al menos desde la distancia- con algunos de sus referentes: Patricia Cornwell, “por sus diálogos naturales”; Vázquez Montalbán, “por su lenguaje rico y ágil”; Lorenzo Silva, “por el perfil de investigador que plantea, muy diferente”; o Fernando Marías, por “sus procesos introspectivos”. Y eso, dice la joven novelista, le llevará al menos otros dos libros de la serie de Ada Levy. “Soy carne de saga: me gusta coger a un personaje y hacerlo crecer, y para eso, 300 o 400 páginas son poco”.

Este lunes, Peñalver participaba en una mesa redonda junto a Solange Camaüer, Mikel Santiago y Carlos Salem, como parte del Festival Getafe Negro, que hasta el día 26 de octubre recibe a algunos de los más destacados maestros internacionales del tan en boga género policiaco y de misterio. En esa tertulia, Camaüer defendió que la novela negra vive ese momento de esplendor debido a que "en ella hay una búsqueda de la justicia que falta en la sociedad. La agresividad social se trasmite a través de los relatos policiales y produce cierto alivio que algo se resuelva, que la verdad se descubra al final". Una idea que entusiasma a Peñalver, que añade que los escritores nacionales de su generación dedicados al género policiaco tienen la “gran responsabilidad de buscar un hueco para que los lectores lean a autores españoles, que no necesiten leerlo todo de fuera”.

La base existe, y en la cantera actual —agrega— “veo mucha calidad: hay gente joven que además tiene mucha voz, a la que están dando muchas oportunidades”. A ella le costó lo suyo conseguir la primera: tuvo que dar mil vueltas y sobre todo, hacer echar humo a las redes sociales para que su primer libro, Sangre, pudiera encontrarse en las estanterías de las librerías. “Fue gracias a Facebook y Tuenti”, reconoce. “Pero era una época en la que no estábamos un millón de autores pidiendo que nos leyeran: no había tanta saturación. A mí sí me abrieron camino en ese momento: puedes conectar con los lectores, recibir críticas y enriquecerte, porque también conoces a otros escritores”.

Superada esa barrera, quedan posibles retos de futuro, como hacer una película de su saga, ambientada en Andalucía. “¡Cómo molaría!”, dice entre risas. “Pero no sé si cine o serie de televisión, porque me encantaría ver a Ada en una serie”. Entretanto, continuará escribiendo con su método “un poco enfermizo”. “Me paso unos ocho meses dándole vueltas a una idea, documentándome, tomando notas… lo que llamo el guarreo. Y cuando ya visualizo la película, me siento unos dos meses y medio o tres a escribir, en jornadas de ocho o de 17 horas, depende”. Por lo pronto, ya tiene en camino su próxima novela, que girará “en torno a la desaparición de un cadáver” y en la que Ada Levy dará el siguiente paso en su crecimiento emocional: “aprender a vivir sola”.

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