Música

Gershwin y el piano de Daniel Ligorio

El músico barcelonés Daniel Ligorio.

Francisco Chacón

El arte pianístico de Daniel Ligorio salta de Liszt a Gershwin con la autoconfianza que le da ser un talento no ya emergente sino consolidado. Notas de autenticidad y sentimiento. Virtuosismo y espontaneidad. Seriedad y elegancia.

El músico barcelonés pone en juego sus dotes este martes 16 de diciembre en la sala Manuel de Falla de la Sociedad General de Autores (20.30, entrada gratuita), 24 horas antes de tocar en el Teatro Fernán-Gómez (18.00). Su tercera actuación consecutiva en Madrid será el 5 de enero en el Auditorio Vaquerizas del Parque del Retiro, mientras que el 17 del mismo mes hará lo propio en Andorra y el 22 en Barcelona.

George Gershwin

protagoniza su más reciente álbum. Un tributo a los pies del autor de Porgy and Bess donde él se desenvuelve solo y a sus anchas. “Su obra Rhapsody in blue me acompaña desde hace mucho tiempo. La he tocado en diferentes formatos: con orquesta, con banda jazzística… En cuanto surgió la oportunidad de grabarlo, pensé que sería un proyecto muy bonito de realizar”, explica Daniel Ligorio a infoLibre.

Pero ese acercamiento a la figura crossover de Gershwin, uno de los compositores favoritos de Frank Sinatra gracias a clásicos como Summertime o Embraceable you, no le impide mantener su distancia con el jazz.

“No me atrevería a grabar un disco entero con estándares americanos porque tengo mucho respeto al mundo y a los intérpretes de jazz. Aunque reconozco que me encantaría hacerlo, también sé que no es un campo en el que normalmente me mueva ni haya profundizado lo suficiente”, declara. Lo que sí ultima es “grabar Los cuadros de una exposición, de Mussorgsky”.

No tiene nada que ver Ligorio (ni aspira) con el estrellato casi pop de Lang Lang, probablemente el pianista de música clásica más cercano al olimpo del pop. Eso sí, afirma: “Estamos en una época donde la comunicación es muy importante, que genera iconos con una proyección mediática muy fuerte y que son capaces de llegar a un público muy amplio. Es por ello que me parece natural que, en el mundo de la clásica, se mezcle un poco el prototipo de estrella del rock con el del virtuoso excepcional”.

Atendiendo la llamada del cineasta de vanguardia Pere Portabella, nuestro piano man (que diría Billy Joel, según la canción que adaptó aquí Ana Belén en sus mejores tiempos) hizo incluso sus pinitos como actor en la película El silencio antes de Bach. “Fue algo diferente”, recuerda sobre aquel rodaje. “Actué haciendo el papel de Mendelssohn, a la vez que también salía tocando un pianoforte”.

Y su amigo Ventura Pons no dudó en ficharle como asesor musical en Manjar de amor, traslación a la gran pantalla de la novela Junto al pianista, de David Leavitt.

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