Música

David Gilmour y la herencia de Pink Floyd

El guitarrista David Gilmour, miembro de la banda Pink Floyd, en una foto tomada en 2007.

Francisco Chacón

David Gilmour da rienda suelta a la ensoñación post Pink Floyd en su cuarto álbum en solitario, Rattle that lock, que recupera la mejor esencia evocadora contenida en su debut al margen de la mítica banda allá por 1978.

Producido por Phil Manzanera (sí, el histórico ex Roxy Music), el guitarrista se hace acompañar por su propia esposa, Polly Samson, letrista de un excelente retorno discográfico, con piezas deudoras de una belleza muy arquetípica en el coartífice de Wish you were here o Shine on you, crazy diamond.

Donde ayer teníamos Cry from the street, No way o I can't breathe anymore hoy se erigen Faces of stone, The girl in the yellow dress o In any tongue, donde toca el piano Gabriel, hijo de David y Polly.

La grabación lleva el marchamo personal de Gilmour, que la ha registrado en su estudio-barco Astoria, anclado en el Regent's Canal del East London. Es precisamente el mismo lugar donde se fraguó el año pasado The endless riverThe endless river, el último álbum de Pink Floyd, puesto en pie con descartes de las sesiones de The division bell (1994).

Lo hizo con la ayuda del batería Nick Mason y el teclista Richard Wright, fieles a su carisma y a sus postulados, en las antípodas del músico que impide una auténtica reunión del grupo, Roger Waters.

El aguerrido bajista no se habla con sus ex compañeros. Nada extraño en un megalómano personaje de acusado mal carácter. Que se lo pregunten, si no, al mismísimo Jon Bon Jovi, que acaba de sufrir su ira porque ofreció un concierto en Tel Aviv y Waters le ha criticado en las redes sociales por alinearse con los "colonos que queman a bebés palestinos".

Casualidad o no, el caso es que Mister Roger contraataca justo cuando vuelve David Gilmour. Y, cómo no, por enésima vez a golpe de The Wall. De nuevo el legendario disco conceptual de 1979 en la carretera, como demuestran sus shows en directo y la película que acaba de verse en los cines de toda Europa, disponible ahora en DVD.

El antibelicismo elevado a la categoría de ópera-rock contemporánea en un espectáculo impresionante, tal cual pudimos comprobar en la versión que desplegó en Madrid hace cuatro años. Nigel Godrich, antiguo productor de Radiohead y Beck, se ha hecho cargo de las mezclas y de la sonorización en un compendio que, por supuesto, incluye los clásicos Run like hell, Comfortably numb y Another brick in the wall.

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