Nuevas plataformas

Los productores españoles se enfrentan a Netflix por el 5% de inversión en cine

Netflix apenas ha puesto un pie en España, pero los productores están ya en pie de guerra. O, al menos, la agrupación que les representa, la FAPAE, que afea a la compañía que no dedique el 5% de sus ingresos a la producción audiovisual europea, como están obligadas a hacer las cadenas de televisión desde 1999. "En todos los países está regulada la entrada de plataformas como Netflix, pero en España no se le exige nada", explica a infoLibre Ramón Colom, presidente de la federación. 

Los productores llevan advirtiendo de las particularidades legales de Netflix desde el pasado festival de San Sebastián, cuando dejaron clara su postura —"Mientras vemos que en otros países, como Francia, se ha exigido [a Netflix] una inversión en producción local, aquí no ha sucedido tal cosa", decía Colom—, que no han dudado en reproducir en entrevistas y charlas desde entonces. La normativa española recoge que los operadores de televisión que emitan películas, series o documentales estrenados en los últimos siete años deben dedicar un 5% de sus ingresos (6% en el casi de cadenas públicas) anuales a financiar la producción europea de esos productos. De esa cantidad, un mínimo del 60% debe ir destinada a obras en cualquiera de las lenguas oficiales de España

"Netflix cumple con todas las normas y reglamentos aplicables", responde escuetamente la compañía estadounidense. ¿Significa eso que pagará el mencionado 5%? No. La sede europea de la compañía estadounidense —que ya está presente en Francia, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Reino Unido y, los últimos en incorporarse, Portugal, Italia y España— se encuentra en Ámsterdam, por lo que no está sometida a las obligaciones fiscales de España ni de ningún otro territorio en el que opere más allá de los Países Bajos. La Comisión Europea ya ha abierto expedientes a este territorio para recabar información sobre los acuerdos fiscales a medida firmados con algunas empresas multinacionales. 

Los productores de Francia, donde también existe una tasa de ayudas a la producción, protestaron en su día por el puente fiscal de la compañía estadounidense. Nada pudieron hacer por que la empresa pagara tasas que no le son obligatorias, aunque Netflix sí se comprometió a no emitir películas hasta tres años después de su estreno en salas, como fija la legislación francesa. En el caso de España, Netflix asegura que "cada suscripción está ligada al 21% (IVA)". No es ninguna concesión de la empresa: desde el 1 de enero de 2015, el IVA de la Unión Europea se paga en el país donde el cliente reciba o consuma el bien. 

España en Netflix

La plataforma de streaming se defiende argumentando que "apoya la producción española a través de títulos para el servicio de Netflix tanto en España como a nivel internacional". En España, la web ha comprado los derechos de series como Isabel, Víctor Ros (ambas de TVE), El Internado o Física o Química, así como de las películas La gran familia española, Tres bodas de más o la saga Rec. "Velvet, GranHotel y El tiempo entre costuras están en Netflix en América", asegura la compañía. En Francia, la empresa produce la serie Marseille con la pretensión de impulsarla fuera del país vecino, y en Latinoamérica ha creado Narcos, presente en el catálogo español.

A FAPAE no le parece suficiente. "Lo que hasta ahora ha aportado [a la producción] la televisión libre, buena parte tiene que pasar a la de pago [como Netflix]. Si la televisión de pago no quiere, no comprará ninguna película", se queja Colom, señalando que la voluntad de Netflix de adquirir productos audiovisuales españoles puede acabarse cuando la empresa lo decida.

¿Quién paga el 5%?

Los competidores de Netflix en España se enfrentan de manera desigual a la tasa del 5%. La web del Ministerio de Industria recoge que, desde 2010, "están sometidos a la obligación los prestadores del servicio de comunicación electrónica que difundan canales de televisión y los prestadores de servicios de catálogos de programas". Según esto, tanto Filmin (especializada en cine independiente) como Wuaki (la plataforma de la japonesa Rakuten) y Yomvi (de Movistar y Canal+) estarían obligadas a abonar este impuesto, ya que las tres tienen su domicilio fiscal en España. El Ministerio no ha aclarado a este periódico a qué plataformas se aplica esta normativa.

Yomvi afronta esta obligación puntualmente, según asegura la empresa. Lo que ocurre es que lo hace a través de la compañía madre a la que pertenece. Hasta el pasado julio dependía de Canal+ (propiedad de DTS, Distribuidora de Televisión Digital S.A), así que sus ingresos computaban en esta sociedad, que era la que debía hacer frente a la tasa. A partir de ahora lo hará Telefónica. Filmin, por su parte, no depende de una cadena de televisión tradicional, y no paga la tasa. "Las empresas dedicadas al VOD [video on demand, vídeo bajo demanda en español] como la nuestra están todavía está en pérdidas y por esta razón hay un poco de moratoria. Evidentemente nos tocará invertir", admite su presidente, Juan Carlos Tous. Wuaki no ha respondido a las preguntas de este periódico sobre si cumplen con esta obligación de financiación. 

De las empresas obligadas, no todas cumplen. DTS y Orange presentaron déficit de inversion en 2013, según un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. En 2012, 13 TV, DTS, Multicanal Iberia y France Telecom estaban en déficit. 

Pero esta no es la única crítica que la FAPAE hace a Netflix. La federación ha asegurado que Netflix se ha negado a mantener reuniones con ellos antes de su llegada a España. "Sería bueno que Netflix se sentara con los productores para conocernos e intercambiar opiniones y recordarles que nos gustaría recibir el mismo trato que le han dado a los productores franceses", pide el presidente de los productores. La compañía estadounidense responde que "nunca se ha negado a sentarse con nadie, al contrario", y asegura que ha organizado encuentros con empresarios del audiovisual español a título personal. La plataforma invitó a la federación de productores a su fiesta de llegada el pasado 20 de octubre, pero la FAPAE la declinó

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