Cultura

Comer, beber, leer

Libros en una biblioteca.

Los finales de año se nos llenan de recomendaciones literarias. Cuestión de hacer balance, siempre necesario, y de proporcionar material a quienes en estas fiestas aspiran a conjugar un verbo de la segunda conjugación que no sea beber, ni comer: leer.

Aceptemos que la de las listas es una tradición tan acendrada como las del belén y las uvas, a la que ni hemos podido ni hemos querido sustraernos. Si acaso, descargar a los críticos de la tarea y pasar el encargo a un grupo de editores, a los que hemos pedido que nos recomienden libros ajenos y también alguno propio.

Nuestro tribunal está integrado por representantes de editoriales pequeñas a la par que independientes a los que daremos paso en orden alfabético inverso (del sello), aunque solo sea por romper alguna costumbre. Bueno, dos: porque no hemos dividido los libros por géneros ni edades, valen todos para todos. Lo importante es que sean buenos.

Y adelantamos desde ya que sólo aparece un título repetido.

Chusé Raúl Usón | Xordica

El Premio Nacional de Crítica 2015: La buena reputación (Seix-Barral), de Ignacio Martínez de Pisón, un maestro de la narrativa española. La prosa y el estilo de este aragonés son magníficos. Y lo mejor de todo es que es de una sencillez que apabulla.

La familia Karnowsky (Libros del Acantilado), de Israel Yehoshua Singer. Sí, el hermano de Isaac Bashevis Singer. La historia de una familia de judíos a través de tres generaciones, traducida directamente del yiddish por Rhoda Henelde y Jacob Abecasís.

Que son también los traductores del libro de Xordica que recomiendo: Al final de todo, de David Bergelson. Publicada en 1913, es la obra maestra de este autor y está considerada la Madame Bovary Madame Bovaryde la literatura yiddish. Con ella abrimos en Xordica la colección Envistas, donde vamos a publicar la mejor literatura europea, como Moyshe Kulbak, Java Rosenfarb e Ivo Andric.

Jesús Egido | Reino de Cordelia

Contempla ediciones, que debe ser una editorial de los curas zaragozanos de Edelvives, saca Amantes, un volumen ilustrado a color y escrito por Ana Juan. Volumen gráfico incontestable de una de las ilustradoras más interesantes actuales. La edición no tiene desperdicio.

Gran hallazgo la novela inédita de Pío Baroja que acaba de publicar Espasa: Los caprichos de la suerte. Todo un Baroja con prólogo de José-Carlos Mainer. Indispensable.

Un capricho de GeoPlaneta, un hermoso Atlas de las ciudades perdidas. Todo muy fino: Cartago, Babilonia, Masada… ¡Qué bello es vivir! Pero cuidado, ¡ojo a la página 138! SESEÑA. La gran burbuja. Toma del frasco, Mariano. Solo verlo y ya estaba en la caja. Se me iban las piernas.

Fernando Sánchez Pintado | Pasos perdidos

Pureza, de Jonathan Franzen (Salamandra). Un extraordinario relato que vuelve a confirmar que el realismo en narrativa goza de la mejor salud. Novela ante todo de personajes que, en torno a la protagonista de nombre dickensiano, "Pip" Tyler, van tejiendo un destino en el que se desmoronan la nobleza de sentimiento y los ideales.

Las cuentas y los cuentos de la independencia, de Josep Borrell y Joan Llorach (La Catarata). Ensayo de enorme interés que desborda los límites de la mera actualidad. En él se analizan de forma asequible para el lector las tesis económicas de los partidos independentistas catalanes, y lo hacen con claridad y rigor, sin caer nunca en posiciones maniqueas, y aportando los datos suficientemente contrastados para que el lector saque sus propias conclusiones.

La última vez que veremos el mar, de Fernando Sánchez Pintado (Pasos Perdidos). Otra novela realista, de corte clásico. Es el relato de una espera y de la distancia insalvable que nos separa de los otros. Una narración, como escribe Oscar Brox, que nos conduce por un río en el que es imposible remontar sus aguas, sólo dejarnos llevar por la triste melancolía, por todo lo que fue pero ya no es: tiempo de silencio.

Luis Amavisca | NubeOcho

Tres mujeres, de Sylvia Plath, ilustrado por Anuska Allepuz (Nórdica Libros). Las maravillosas poesías de Sylvia, duras, sutiles, intensas, ilustradas en una bellísima edición bilingüe por Allepuz.

Rosa caramelo, de Adela Turin (Kalandraka). Un álbum ilustrado que ya tiene 40 años. Las elefantas antes eran rosas, porque vivían encerradas en recintos alimentándose tan sólo de flores (malas para la salud pero que atribuían ese color tan bonito). La protagonista de este cuento, Margarita, no consigue cambiar de color su gris de elefante macho…. Un bellísimo relato para hablar de amistad. Adela Turin más actual que nunca.

El perro negro

, de Levi Pinfold (NubeOcho). Un fantástico libro que nos habla del miedo. Para niños y para adultos, premio Kate Greenaway y Premio Libro Kirico.

Irina Salabert | Nocturna

Colgando de un hilo, de Dorothy Parker (Lumen). Porque los cuentos de Dorothy Parker son geniales, muy divertidos y rebosantes de un humor mordaz, pero también compasivo con los dramas cotidianos de las parejas sobre las que versa esta selección de relatos. Como uno de sus personajes piensa: "¡Ah, es tan fácil ser dulce con una persona antes de que la quieras!".

Sin ti no hay nosotros, de Suki Kim (Blackie Books). Un libro único que ofrece una perspectiva muy singular de Corea del Norte a través de la imposible y emotiva relación que la autora forja con los que serán sus alumnos durante varios meses: jóvenes de la élite norcoreana.

Cartas de amor a los muertos, de Ava Dellaira (Nocturna). Una adolescente ahonda en el reciente suicidio de su hermana, así como en sus propios secretos, mediante las cartas que escribe a personas ya fallecidas, entre ellas Kurt Cobain, Amy Winehouse, Jim Morrison, Judy Garland... Es una historia conmovedora y muy bien escrita que ha cosechado un gran éxito y de la que los productores de Bajo la misma estrella ya están preparando una adaptación cinematográfica.

José Montfort | Malpaso

Eso (Sexto Piso, 2015), de Inger Christensen. Una obra majestuosa, un volumen poético en edición bilingüe de casi 500 páginas donde la escritora danesa escudriña en las sonoridades inaudibles, en las imágenes veladas y en los olores improcesables del mundo. Un libro que entiende el lenguaje como parte de la biología y busca comprender no lo que somos, sino lo que podríamos ser.

El camino de los difuntos (Periférica, 2015), de François Sureau. Una falsa novela autobiográfica, breve pero muy intensa. Plantea un dilema moral sobre la responsabilidad de nuestras decisiones y en referencia al tema de las peticiones de asilo político. Su autor es un jurista francés que, treinta años atrás, tuvo en sus manos el destino de una serie de refugiados españoles y que hoy, con esta novela, busca confesarse para expiar sus culpas.

El libro de Steve Jobs (Malpaso, 2015), de Rick Tetzeli y Brent Schlender. La investigación biográfica definitiva sobre Jobs. Centrada en la persona y no en el personaje, ofrece una visión técnica, pero divulgativa sobre la importancia de los productos creados por Apple y cuenta con muchas confesiones íntimas de los seres más allegados a Jobs que ahora ya, tras su muerte, se permiten hablar con total libertad.

Enrique Murillo | Los libros del lince

Poesía completa, de Constantino Cavafis (Pre-Textos). Ni Cavafis es nuevo ni es tampoco la primera vez que se le traduce, pero esta edición es particularmente bienvenida por su calidad, porque Cavafis está en español como debería estar.

Eric (Zut ediciones) es una de las primeras novelas publicadas este año por mujeres, y destaco la de Rebeca García Nieto porque contiene la promesa de una escritora diferente, con capacidad para tratar asuntos, desarrollar diálogos, infrecuentes en nuestras letras.

De los nuestros, Yoro, de Marina Perezagua. Y como este año he publicado más literatura añado otros dos libros de la colección Literaturas: El niño que se desnudó delante de una webcam, de José Serralvo, y el ensayo de Raquel Taranilla titulado Mi cuerpo también, historia de un cáncer y análisis de las relaciones de poder entre los pacientes y la medicina. Tres libros heterodoxos, rebeldes y valientes de autores jóvenes.

Luis Solano | Libros del Asteroide

La niña de oro puro

, de Margaret Drabble (Sexto Piso). Para mí una de las mejores novelas inglesas de la segunda mitad del tiempo, una lúcida reflexión sobre la responsabilidad, la maternidad y los cambios reflexiones que se produjeron en la mitad del siglo XX en Inglaterra.

El reino, de Emmanuel Carrère (Anagrama). Una aproximación a los primeros tiempos del cristianismo y una lúcida indagación autobiográfica sobre la fe y su papel en el mundo postmoderno.

Adiós en azul, de John D. MacDonald (Asteroide). Una de las novelas claves del género negro en Estados Unidos, del guionista de El cabo del miedo. Pulp en estado puro.

Paz Castro | Kalandraka

La utilidad de lo inútil, de Nuccio Ordine (Acantilado). Un best-seller en España, Italia, Francia, Grecia; traducido a una veintena de lenguas. Recomendamos la lectura de este manifiesto brillante y original ahora que se cuestiona la enseñanza de saberes trascendentales como la Filosofía, la Literatura, las Lenguas Clásicas, frente a los conocimientos en materia de finanzas o la importancia que se le da a lo que produce ganancias materiales o económicas. La obsesión por la posesión y el culto a la utilidad ponen en peligro la escuela y la universidad, el arte y la creatividad, los valores que representan la “dignitas hominis”.

Me llamo Suleimán, de Antonio Lozano (Anaya). Una novela juvenil sobre la inmigración que trata los sueños de un joven africano que emprende un peligroso y penoso viaje para llegar a Europa, donde espera tener las oportunidades de prosperidad de las que carece en su país. Porque son tantas las víctimas de la pobreza, las mafias, la burocracia, los prejuicios sociales. Están en los pasos fronterizos, los campamentos de expatriados o, en los peores casos, yaciendo sin vida en el desierto o en la orilla de una playa.

Cifra y aroma (Kalandraka).Un libro-disco de poemas de Isabel Escudero musicados por la cantautora Quesia Bernabé. La obra se completa con unas hermosas acuarelas de Zuzanna Celej. Creemos en el poder de los versos y este trabajo reivindica además su uso oral y popular. Isabel recita y Quesia canta con voz firme y serena, frágil y contundente. Sensibilidad y belleza para escuchar, leer, ver y sentir.

Íñigo Gil | Kailas Editorial

El comensal, de Gabriela Ybarra (Caballo de Troya). Superó de largo las expectativas con las que me acerqué a ella. Me llegó por su planteamiento, por cómo está narrada y por la cercanía geográfica (la autora y yo éramos prácticamente vecinos y somos casi de la misma edad). Una historia que deja huella.

El nadador en el mar secreto

, de William Kotzwinkle (Navona). Una pequeña gran joya y una enorme envidia no haberla publicado. En apenas 100 páginas, lo tiene todo: ternura, compasión, tristeza, hondura. Pura poesía. Y una edición preciosa.

Estación Once, Emily St. John Mandel (Kailas). Frente a lo obvio (un virus acaba con casi toda la humanidad), no es una novela sobre la pérdida, sino sobre lo que queda después de la catástrofe, sobre a qué nos aferramos, sobre la importancia del arte, la amistad y la supervivencia en nuestras vidas. Una novela melancólica y esperanzadora.

Enrique Redel | Impedimenta

Vampir, de Joann Sfar (Fulgencio Pimentel). Un cómic encantador y seductor desde la primera página. Fernand es un vampiro lituano de carácter depresivo que arrastra una ruptura desastrosa con Lío, una irresistible mujer árbol, que es un poco casquivana y que se sabe la perdición para todos los hombres que le cruzan por delante. Hasta que irrumpe en su vida Aspirina, otra vampira un poco insegura, miope y enamoradiza, que hace que Fernand tenga que buscarse las habas en night clubs para monstruos, cruceros con ligóntropos y parques donde asesinan viudas. La narración es deliciosa, el color insuperable, la secuenciación perfecta, el argumento surrealista.

La muerte de mi hermano Abel, de Gregor von Rezzori (Sexto Piso). Me gusta esta novela por varias razones. Primera, porque von Rezzori es uno de los grandes y más injustamente olvidados escritores del XX. La segunda, porque me gustan las novelas sobre escritores, y que se ríen de la propia industria y sus servidumbres. Y tercero, porque me gustan los libros ambiciosos, y aquí Sexto Piso tiene ambición, no se conforma y hace un librazo.

El árbol, de John Fowles (Impedimenta). Esto anoté en una tarjetita cuando hice la edición final: “Este es uno de los mejores libros que hemos editado nunca en Impedimenta. Revelador, iconoclasta, brillantísimo, culto, visionario, provocador. Habla del alma, del amor, del arte, de la fe y de la belleza. Desvela la verdad que hay tras las cosas, tras la realidad, y cómo esa verdad tiene que ver con el arte que lo retrata. Un canto a lo intuitivo, a lo salvaje, al 'hombre verde' poco metódico, que 'vive' oculto dentro de todos nosotros, que es misterioso, selvático, indómito e irrepetible”.

Olatz Soraluze | Erein

Los ensayos de Michel de Montaigne, según la edición de 1595 de Marie de Gournay (Editorial Acantilado). Una obra espléndida, editada con esmero, bien traducida y anotada, que tanto sirve al especialista como al lector común. Como decía Orson Welles, para leerlo como otros leen la Biblia, abriéndolo por cualquier lugar, leyendo una página o dos cada día, por placer. Montaigne y su pensamiento no se entienden sin los libros que leyó, y él mismo escribía amparado por las citas de los autores clásicos, que actuaban como una especie de esqueleto de sus textos.

De nuestra editorial, dos: Y todos callaron, de Toti Martínez de Lezea, una novela sobre el miedo que a mucha gente atenazó no solo durante la guerra sino incluso mucho tiempo después. Cuenta la pequeña historia de esas gentes comunes, perfectamente caracterizadas (especialmente, los personajes femeninos) y que vivieron esos acontecimientos históricos en la ciudad de Vitoria. Una novela de secretos familiares que dosifica la intriga hasta llegar a un final redondo.

Y Juegos de cloaca, de Jon Arretxe, género negro, cuarta entrega de la saga Touré. El periplo obligado de Touré es la coartada perfecta para que Jon Arretxe nos hable de esa tierra que admira, África. El detalle con que cuenta el día a día de sus habitantes, de sus tradiciones, nos hace sentirla, olerla, amarla.

PENÉLOPE ACERO | EDHASA

La nueva novela de Fred Vargas, Tiempos de hielo (Siruela). Con una construcción narrativa y de personajes que funciona como un reloj, al contrario que los de su protagonista, el comisario Adamsberg, Vargas crea una nueva historia de crimen y fantasía que se lee con deleite. Porque Vargas nunca defrauda.

Una chica en invierno, de Philip Larkin (Impedimenta). La novela de un poeta sobresaliente, que por fin se ha recuperado. Una historia de frío, libros, guerra y amor. Triste, pero deliciosa.

Una palabra tuya

, de Orlando Figes (Edhasa), donde se demuestra que amor y gulag no son oxímoron. Porque las mayores contradicciones a veces no son lo que parecen. Orlando Figes era un historiador plenamente reconocido en su gremio, pero ahora supera con una historia de amor real, plenamente documentada. Un caso único merecedor de la mejor película de Hollywood. Svet y Lena. Te quedas con los pelos de punta. Simplemente, y con todos los sentidos, genial.

David Villanueva | Demipage

La memoria de un elefante, de Jean François Martin (Barbara Fiore). Martin es un ilustrador veterano que colabora en New Yorker y Le Monde, en España ha ilustrado Cien Mil Millones de Poemas (premio Nacional de edición), No me gustaría palmarla (Boris Vian). A modo de enciclopedia antigua, la inolvidable jornada del elefante recorre Nueva York a través de sus animales, edificios, barcos. Estéticamente impecable.

Salario mínimo, de Andrés Felipe Solano (Tusquets Colombia). El autor, periodista, se infiltra en una fábrica de ropa en Medellín durante seis meses para trabajar como los demás cobrando el salario mínimo colombiano con vistas a hacer un reportaje tras el periplo.

Los niños muertos, de Richard Parra (Demipage). Nueva novela del peruano Parra, esas novelas que ya no se escriben y que nos dicen tanto en apenas 300 páginas. El mejor Vargas Llosa, el mejor Richard, América Latina como nos gusta que nos la cuenten y como nunca nos la habían contado. Un diez.

Alfonso Castán | Contraseña

El primero no es una novedad es castellano, pero sí en catalán, y es una novela que recomiendo siempre que tengo ocasión: Los cuarenta días del Musa Dagh, de Franz Werfel, publicado por Losada hace unos años y cuya traducción al catalán ha aparecido este año.

El segundo es Ropero de infancia (Anagrama), de Patrick Modiano, uno de mis autores favoritos.

El tercero es uno nuestro, El silbido del arquero, novela de una joven autora zaragozana, Irene Vallejo. Se trata, entre otras cosas, de una recreación de un conocido episodio de la Eneida, aquel en el que Virgilio relata los amores de Dido y Eneas, en la que se constata que algunos de los temas que preocupaban a los autores clásicos siguen plenamente vigentes.

Alejandro Dardik | Club Editor

La familia Karnowsky, de Israel Yehoshua Singer (Acantilado). Una novela con la que vuelves a sentir la borrachera de cuando a los 15 años un libro se te lleva a otro mundo. Aquí es un mundo muy ancho y poblado, la Europa judía, tan bien avasallada por el nazismo que ya ni tenemos conciencia de su infinita variedad… y de la pobreza en que quedamos los europeos después.

Un héroe de nuestro tiempo / Un heroi del nostre temps, de Míjail Lérmontov (traducido del ruso al castellano por Luis Abollado Vargas [Nórdica] y al catalán por Miquel Cabal [Alpha]). Otra novela que produce ese goce de las grandes lecturas, especialmente en la primera parte, en que Lérmontov te hace compartir su descubrimiento y su fascinación por el Cáucaso y sus pueblos.

El último mono

, de Lluís Maria Todó (Club Editor). Una novela muy especial, con un protagonista que te cuenta su historia como si viajara en tren a tu lado sabiendo que nunca más volveréis a coincidir. Y haciéndolo consigue interesarte por cada detalle de ella. Una novela sobre la aventura arriesgadísima que hay dentro de la vida más menor, y en especial dentro de la familia.

Lourdes Lucía | Clave Intelectual

El bar de las grandes esperanzas, de J. R. Moehringer (Duomo). Había leído de este autor Open (la biografía de Agassi). No sé si sabré transmitir lo que me ha gustado o lo que más me ha gustado de este libro, pero no he podido soltarlo. Emociona y conmueve. En mi opinión es literatura de la buena. Lo he recomendado y lo he regalado. Y siempre me han dado las gracias.

Casetas de baño, de Monique Lange, que ha recuperado una pequeña editorial: El Taller del Libro. Lange fue una mujer polifacética, escritora, guionista, actriz… estuvo casada con Juan Goytisolo, hasta que éste la dejó. Entonces, Monique se retira Bretaña donde reflexiona sobre su dolor, sobre lo que ha perdido, sobre subida y su futuro. Una mirada femenina sobre la nostalgia y la soledad.

Más que imaginados: libros imaginarios

Más que imaginados: libros imaginarios

De mi editorial, Marie Curie y sus hijas. Cartas. Una recopilación de las cartas que intercambiaron madre e hijas durante más de 30 años, nos sumergen en la intimidad cotidiana de estas mujeres y nos cuentan los grandes y pequeños sucesos de su vida, hasta el fallecimiento de Marie en 1934. Y nos descubre también a tres personalidades femeninas brillantes e independientes ligadas por un cariño intenso e indefectible. Una pequeña joya.

Y hasta aquí nuestra lista, que ya es vuestra. Que la disfrutéis.

PD.- ¿Habéis pillado el único libro doblemente recomendado? Por si no, es éste: La familia Karnowsky, de Israel Yehoshua Singer (Acantilado).

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