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Música

Julio Martí: “Madrid ha descuidado al verdadero aficionado musical”

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Cuando era un médico veinteañero, Julio Martí decidió un buen día colgar la bata blanca y cambiar los asépticos pasillos de un hospital por los brumosos antros de jazz de su Valencia natal. En la capital valenciana sigue viviendo, aunque viaja por toda España y el mundo entero como promotor musical, una profesión que ya no ha abandonado desde aquellos lejanos años setenta. Entretanto, Julio Martí ha organizado miles de conciertos, en especial de jazz, y ha conocido a algunos de los genios de la música de las últimas décadas. Ahora se ha puesto al frente de Noches del Botánico, una singular iniciativa para el verano musical madrileño, que reunirá a artistas de primera fila y estilos diversos desde finales de junio.

“Apostamos en la programación de Noches del Botánico”, comenta Martí, “por conciertos de calidad para un público más bien maduro y comprometido con la música. Por supuesto que no descartamos a un público juvenil, pero el festival no está pensado para largas sesiones de conciertos que duran siete u ocho horas al estilo de las iniciativas que están surgiendo en Madrid. Nuestro principal reclamo se resume en un verdadero espíritu musical”. En esa línea, este importante promotor musical de nuestro país descartó ya hace años organizar conciertos masificados en estadios de fútbol (“lo contrario del espíritu musical”, opina) y en la actualidad elogia un espacio como el Botánico de la Universidad Complutense que acoge y da nombre a la primera edición del festival, que toma el relevo del Madgarden, del que era promotor hasta su última edición de 2015. En plena Ciudad Universitaria, en un entorno natural magnífico y con buenos accesos en transporte público, el lugar elegido reúne las condiciones idóneas, a juicio del director.

El músico Robert Plant, exvocalista de Led Zeppelin. / EP

No tiene dudas Julio Martí de que “Madrid ha descuidado al verdadero aficionado musical” y que tanto el apoyo público como el privado han dejado mucho que desear en los últimos años. “Los conciertos especiales”, aclara, “habían desaparecido de la capital porque no había capacidad suficiente de los promotores”. Con un presupuesto cercano a los dos millones de euros, la colaboración de la Universidad Complutense y diversos patrocinios privados, Noches del Botánico reunirá a figuras de la música tan distintas como Robert Plant, ex vocalista de Led Zeppelin; Patti SmithM83, Quilapayún, Toquinho, The Alan Parson Project o Jorge Drexler en una programación que se extenderá entre el 27 de junio y el 29 de julio. El aforo oscilará entre los 1.000 y los 3.000 espectadores, según el tipo de concierto y en función de habilitar más o menos espacios de pie o sentados. “En definitiva”, afirma el director, “buscamos un público transversal que desee pasar una noche especial que incluye música, mercadillos, restaurantes…”.

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El festival se ofrece también como una plataforma para una inmensa mayoría de músicos que solamente pueden salir adelante, hoy en día, a partir de los conciertos en directo. “La crisis de la industria discográfica”, señala Martí, “ha tocado fondo, aunque la evolución del consumo de músico resulta algo imprevisible. Ya no existe fidelidad del público a sus artistas favoritos. Ese cordón de complicidad se ha roto, si bien asistimos a ejercicios de nostalgia como la recuperación de los discos en vinilo”. Julio Martí salpica su desbordante conversación con expresiones muy del argot de Estados Unidos como repetir constantemente "ok" para validar sus afirmaciones.

No resulta extraña esta forma de hablar en un promotor que se ha codeado con los más grandes de la música norteamericana desde que era un chaval desconocido que regentaba los Tres Tristes Tigres, un mítico local de jazz valenciano. De este modo, genios como Bill Evans, Mile Davis, Dizzy Gillespie o Art Blakie desfilaron por una ciudad media como Valencia gracias a los buenos oficios de Julio Martí.

Este veterano promotor corrobora esa opinión de tanta gente que se ha movido con genios de la música en el sentido de que “los más grandes suelen ser a la vez los más humildes”. “En un mundo como el de la música, que está lleno de payasos”, apostilla Martí, “los verdaderos maestros se pasean por el mundo dando las gracias y satisfechos de que cuenten con ellos para giras, festivales o conciertos. Suelen ser personas sencillas que agradecen el talento natural que tienen y que engrandecen su arte con un esfuerzo y una dedicación constantes”.

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