Cómic

¿Qué habrá después del colapso?

Ilustración de 'La gran aventura humana', de Miguel Brieva.

La gran aventura humana. Pasado, presente y futuro del mono desnudo. Podría ser una enciclopedia de mil páginas, un libro de afán totalizador sobre los 200.000 años de existencia del ser humano. Y en cierto modo lo es. Pero el volumen recopilatorio del dibujante Miguel Brieva (Sevilla, 1974), editado por Reservoir Books, deja clara la ironía del título en la misma portada. En su primer tercio, un mono se extasia frente al fuego. En el centro, un adolescente mira a la pantalla de su móvil con cara de idiota mientras detrás de él se multiplican los rascacielos y las fábricas. En el último tramo, una mujer de aires futuristas sostiene en sus manos un universo de células y planetas; de fondo, una civilización más avanzada que la nuestra. El "futuro del homo desnudo", defiende el autor, no puede ser igual que su presente. 

"Esto es una cuestión de primeros auxilios", dice en Madrid durante la jornada de promoción del libro, "el entender lo que nos está pasando. Y en un mundo tan complejo como en el que vivimos, uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos es que esto es un puzle de un millón de piezas y nosotros solo tenemos cinco". Ese sintagma, "lo que nos está pasando", es el que Brieva usa desde hace años para referirse a la extraña crisis de civilización que parece vivir el ser humano desde hace unas décadas. Su novela gráfica Lo que (me) está pasando (2015) abordaba sus efectos a escala micro, en la vida de un joven cuya percepción de la realidad se disuelve por la acción de la crisis económica. Ahora vuelve a ocuparse de ello en una falsa enciclopedia, su habitual forma de poner en cuestión "el cientifismo y ese conocimiento de libro de texto". 

Lo hizo en Dinero (2008), un volumen centrado en los males del capitalismo y dibujado con un estilo que recordaba a la publicidad de los años cincuenta. Lo hizo en Memorias de la tierra (2012), más cercano a este nuevo volumen. Ahora, con un lenguaje propio que toma referencias del marketing, las viñetas moralistas y los inventos del TBO, regresa a ese formato centrándose no solo en los bizarros efectos del neoliberalismo, sino en sus consecuencias a futuro. "Hay algo que ha cambiado durante la crisis, quizás por la depauperación general. Todos sentimos en el fondo de nuestro corazoncito que hay algo profundamente mal en todo esto. Y más cuando hay evidencias objetivas de adónde vamos", dice.

 

Portada de La gran aventura humana, de Miguel Brieva.

Se refiere al colapso. Esa palabra fúnebre con la que el ecologismo define el choque de las exigencias de producción capitalistas con los límites del planeta Tierra. Un nuevo apocalipsis con el que cuenta un buen número de pensadores y que podría implicar desde la caída de la civilización occidental hasta la desaparición del ser humano de la faz de la tierra. "Hay dos límites claros", insiste, "la crisis energética y la crisis ambiental. Curiosamente, solo se pone el énfasis en la crisis económica, que es una puta entelequia". Ante esa evidencia que "ciega el futuro", Brieva propone buscar en el pasado "pistas de lo que realmente somos" para ver "si podemos cambiar algo o estamos condenados". No es poco. 

La gran aventura humana recoge sus trabajos de los últimos años —aparecidos en revistas, carteles y otros formatos pero inéditos en un libro hasta ahora—, los complementa con ilustraciones y textos nuevos, y los organiza en tres apartados: pasado, presente y futuro. Los epígrafes que los componen son elocuentes. En la primera parte, las viñetas se organizan en torno a conceptos como "naturaleza", "religión", "empatía", "ética", "cultura"… pero también "dinero" o "patriarcado". En la segunda, la más crítica y ácida de las tres, aparecen las ideas de "individualismo", "espectáculo", "nihilismo", "apatía", "consumismo" y "adicción". En el futuro encontramos, claro, el colapso, pero también "esperanza", "sencillez", "lentitud", "conciencia" y "utopía".

En el pasado, con viñetas que van desde lo filosófico a la gamberrada —como la que dibuja un "Corpus Crispies", un paso de Semana Santa con cereales a los pies del Cristo—, Brieva sitúa "una serie de elementos raíz en el ser humano", algunos negativos y otros positivos, que continúan hasta hoy. En el presente, la imagen es más cruda. Entre críticas al sistema laboral, a la civilización del espectáculo o al individualismo, el dibujante critica "la capacidad del neoliberalismo, que no deja de ser un grado de aceleración del capitalismo, de desbrozar las estrategias que hemos usado los seres humanos para sobrevivir en los últimos 200.000 años". Brieva es radical en su oposición al actual sistema económico y político: "El capitalismo es una utopía sin freno que no contempla límites humanos ni naturales. Nosotros hemos apostado nuestra suerte a una máquina tragaperras enloquecida, sin alma. Tenemos que enfrentarnos con ese monstruo que está, además, en nosotros". 

 

Ilustración de La gran aventura humana, de Miguel Brieva.

Paco Roca cuelga el pijama

Paco Roca cuelga el pijama

¿Y no hay un pesimismo inherente en el considerar que esta deriva no tiene remedio y que el colapso llegará más temprano que tarde? Brieva tiene la respuesta preparada: "No tiene por qué. El ejemplo del adicto a las drogas es muy claro. No es lo mismo el que decide empoderarse y salir de esa situación al que se queda en un rincón metiéndose un chute hasta que llega el camello y le dice que se acabó". La idea de la adicción al consumo aparece numerosas veces en su obra, que dibuja a una humanidad hambrienta, acelerada y sin la menor idea de adónde se dirige. Ahí está lo cómico: "Si esto de cargarnos el planeta hubiera servido para algo, si estuviéramos todo el día tocando el violonchelo y no hubiera hambre en el mundo, pues bueno, habría valido la pena. Pero qué va a pensar la gente dentro de un siglo cuando la Tierra sea un lugar inhóspito y piensen que estos tíos qué hacían. Bueno, pues ahí estábamos, viendo la tele y hablando como gilipollas por el móvil. No solo esto es insostenible, sino que además somos tremendamente infelices".

¿Hay alternativa? Aunque sus viñetas podrían sugerir que no, Brieva es sorprendentemente optimista. "Es un problema de imaginación. Lo que decía [el teórico literario Fredric] Jameson de que es 'más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo'. Eso no puede ser. Y creo que realmente tenemos la capacidad de pensar en otra cosa que no sea esto que tanto nos amarga. Pero para eso hay que decir primero que todo está muy jodido". Esa es, en su opinión, una de las tareas de la cultura. Y no admite grises: la creación tiene que tener un compromiso con "lo que nos está pasando". "Cualquier persona que haga un trabajo creativo y no tenga eso en cuenta, para mí está perdiendo el tiempo. Hay una confusión muy grave entre lo superfluo y lo fundamental", critica. Y, tirando de la idea de urgencia, señala los "horribles" paralelismos entre los últimos años y la época de entreguerras. "No lo digo solo yo, hay mucha gente señalándolo. Los ciudadanos de la Alemania nazi también se hicieron los tontos. Pero en algún momento habrá que decir que aquí huele a podrido a kilómetros".

 

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