Toxo pide renovación: “España huele a fin de ciclo”

Renovación de los sindicatos, la patronal y el sistema político. Es lo que todos, sindicalistas e invitados, han reclamado en la inauguración del décimo Congreso Confederal de CCOO, que reúne a 750 delegados de toda España y en el que su actual secretario general, Ignacio Fernández Toxo, aspira a la reelección.

Curiosamente, fue el presidente de la CEOE, Juan Rosell, el primero en reclamar "cambios" a los agentes sociales. Invitado al congreso junto a políticos, artistas, responsables de otros sindicatos y organizaciones sociales, acudió acompañado del presidente de Cepyme, Jesús Terciado, y del secretario general de la CEOE, José María Lacasa. Su entrada en el auditorio fue saludada con pitos y abucheos, que los toques de atención desde la mesa y los gestos apaciguadores del propio Toxo no consiguieron apagar.

Rosell, en cualquier caso, no se arredró y subió al escenario para hablar del "drama humano" de quienes pierden su trabajo y del "drama social" de los empresarios y autónomos que han perdido sus patrimonios por culpa de la crisis. Después, se reprochó la complacencia en que tanto sindicatos como patronal han caído tras haberlo “hecho moderadamente bien" durante la Transición. “Los agentes sociales debemos cambiar, ser más atrevidos y arriesgados”, apremió. Y, a su juicio, tienen que hacerlo “con “transparencia absoluta”, que se dé “una explicación por cada euro público”.

Desde arriba

Quizá con la mente puesta en los negocios turbios de su antecesor en el cargo, Gerardo Díaz Ferrán, o en las sospechas que se ciernen sobre su actual vicepresidente, Arturo Fernández, instó a las “cúpulas” de los agentes sociales a “dar ejemplo”. “Porque a veces”, confesó, “no lo hemos hecho”.

“Todos tenemos que renovarnos”, le respondió después el secretario general de UGT, Cándido Méndez, quien dijo entender las razones de la “seria y peligrosa desafección” democrática. “Mucho ojo”, advirtió no obstante, “porque hay quienes, hagamos lo que hagamos, nunca van a estar satisfechos: no es que quieran otros sindicatos, no quieren ninguno”.

Fernández Toxo llegó a la autocrítica -muy medida- al final de su discurso, pero antes había apuntado mucho más alto. “España huele a fin de ciclo”, sentenció el líder de CCOO, quien dio por “agotado el impulso de la Transición y de las personas que la protagonizaron”. Así que no dudó en pedir a los políticos que lideren los cambios necesarios para combatir la “desafección”. “Y si hace falta cambiar la Constitución, pues se cambia”, les animó. “¿No se cambió en agosto para introducir el mecanismo de control del déficit exigido por el Plan de Estabilidad?, se preguntó, ¿por qué ahora tantos remilgos?”.

"Emitimos señales poco adecuadas"

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Aunque no dejó de denunciar la “brutal campaña contra el sindicalismo” de la que también se había quejado Juan Rosell, el dirigente de CCOO reconoció que “no todo depende de agentes externos” y que hay cosas que los sindicatos “hacen mal”. “Somos una organización autónoma e independiente, pero la sociedad no nos percibe así”, explicó, “por la campaña y porque emitimos señales poco adecuadas”.

Fernández Toxo admitió además la caída de la afiliación que sufre su sindicato, aunque la atribuyó únicamente a la crisis –“Es más fácil prescindir de la cuota que de la barra de pan”–. En 2012, por primera vez, CCOO ha registrado más bajas que altas de militantes. Pero presumió de transparencia al subrayar que las cuentas del sindicato se auditan dos veces al año –“No acabamos de descubrir las auditorías como el PP” – e hizo votos para alcanzar la autonomía financiera: depender de las cuotas de los afiliados y no de las subvenciones públicas, “que no son tales, sino recursos finalistas para formación”.

La propuesta de Fernández Toxo para revertir esa tendencia prevé"adelgazar la superestructura" del sindicato, reduciendo de 45 a 11 el número de miembros de la Comisión Ejecutiva. Pero también “estrechar el vínculo”, dijo, no sólo con los trabajadores, en la empresa, sino también con jóvenes, emigrantes, mujeres, desempleados, que no están en la empresa pero son los que “más necesitan” al sindicato.