Rajoy, sobre la nueva reforma laboral exigida por el FMI: “Ya se verá”

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez han mantenido esta mañana su segunda reunión con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en poco más de un mes, aunque acompañados esta vez por la secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), Bernadette Ségol, y el responsable de USO, Julio Segura, en un último intento de evitar, según dijeron, que la cumbre europea de los próximos jueves y viernes termine en un acuerdo “de mínimos” y el plan contra el paro juvenil en “agua de borrajas”.

Tras hora y media de conversación en la que también participó la ministra de Empleo, Fátima Báñez, los líderes sindicales salieron “más preocupados” de lo que entraron, en palabras de Fernández Toxo. Llegaron inquietos por el hecho de que el borrador de las conclusiones del próximo Consejo Europeo ni siquiera menciona el citado plan de empleo juvenil. Y se fueron “insatisfechos” por la posición “posibilista” del Gobierno español. “Creíamos que el Ejecutivo estaba más dispuesto a dar la batalla por desplegar el plan de inversiones [para estimular el crecimiento económico y el empleo], pero Rajoy cree que no se dan las condiciones para esa pelea con un mínimo de garantías de éxito y se abstiene de entablarla”, ha explicado el líder de CCOO.

Reformas por dos años más para el déficit

Tampoco fue muy satisfactoria la respuesta que el presidente dio a los sindicatos cuando éstos le invitaron a resistir las exigencias de la Comisión Europea –acompañada el pasado miércoles por el FMI– para dar otra vuelta de tuerca a la reforma laboral a cambio de dos años más de plazo para alcanzar el objetivo de déficit público. “Ya se verá”, fue la única respuesta que obtuvieron de Mariano Rajoy, según ha contado Cándido Méndez. “Sólo nos ha dicho que es una cuestión de política nacional”, resumió.

Después, la ministra de Empleo repitió ante los periodistas la misma frase que utilizó la número dos de su departamento, Engracia Hidalgo hace cuatro días: “La reforma laboral ya está hecha”. E incluso llegó a asegurar que “la mejor reforma laboral es que llegue el crédito y la liquidez a las empresas para que creen empleo”. Después enumeró los próximos movimientos de su ministerio: avanzar en políticas activas de empleo, poner en marcha un Portal Único de Empleo y la participación de las agencias privadas en la intermediación laboral, aplicar la garantía de empleo juvenil y simplificar “administrativamente” los 41 formularios distintos de contratos que existen en la actualidad.

Báñez se comprometió a “batallar” durante lo que queda de semana hasta la cumbre europea para conseguir que lleguen “lo antes posible” los 1.500 a 2.000 millones que corresponderán a España de los 6.000 millones de euros correspondientes a la iniciativa europea contra el paro juvenil. La pretensión del Gobierno español es que esos fondos se liberen entre 2014 y 2015, en lugar de a lo largo de siete años como es la idea inicial de Bruselas. O bien que los fondos que cada Estado comprometa para luchar contra el paro juvenil no computen como déficit.

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Tanto Bernadette Ségol como los sindicalistas españoles destacaron las “coincidencias” entre sus planteamientos y los del presidente del Gobierno: la necesidad de que la cumbre incluya medidas concretas contra el paro juvenil, la realidad de que sin estímulos económicos no se podrá luchar contra el desempleo y el peligro de distanciamiento creciente de los ciudadanos ante el proyecto europeo. De hecho, Cándido Méndez apuntó que el Gobierno, a su juicio, había pasado de una posición de “arrastre ante lo que dice la UE” a otra de “resistencia”. “Se ha dado cuenta de que la falta de decisiones de la Comisión Europea genera problemas añadidos”, señaló.

Sin embargo, los sindicatos no encontraron apoyo en Rajoy para “ir más allá” y aplicar “con urgencia” un plan de estímulos que Ségol no dudó en comparar con el Plan Marshall estadounidense de la posguerra mundial. La CES reclama no sólo un programa de inversiones europeo que actúe como “motor de arranque” de la economía, sino también una mayor atención a la pobreza y la creación de una renta mínima garantizada para toda la UE. Para Ségol, en resumen, “un conjunto de acciones fuertes y sólidas dirigidasa a cambiar el rumbo de las políticas europeas hacia el crecimiento y la creación de empleo”.

Por el contrario, la cumbre europea se limitará, si se mantiene en lo previsto, a avanzar en la unión bancaria y liberar fondos para las pymes a través del BCE y el Banco Europeo de Inversiones. A falta de que la "batalla" del Gobierno español tenga éxito y puedan concretarse medidas sobre el empleo juvenil. No obstante, Fernández Toxo ya aventuró la posibilidad de que la cumbre “defraude las expectativas”, entre otro motivos porque las elecciones en Alemania de septiembre “pesan como una losa” sobre el Consejo Europeo.