Sector eléctrico

Soria cede ante el lobby eléctrico al aceptar que los contribuyentes asuman el déficit de este año

El Gobierno decide subir la luz un 3,2% de forma inmediata para frenar la deuda eléctrica

El lobby eléctrico es mucho lobby. En menos de dos semanas, las grandes compañías han conseguido torcer la voluntad del Gobierno y dejar en una posición muy desairada al ministro de Industria, José Manuel Soria. El 20 de septiembre, el ministro anunció dos cosas importantes al término del Consejo de Ministros: que el llamado déficit eléctrico, pese a las subidas de la luz de agosto (3,2%) volvería a crecer (entre 2.500 y 3.000 millones), y que ese agujero dentro del agujero tendría que ser financiado por las empresas. Lo primero se mantiene, lo segundo no.

El déficit añadido lo gestionará, financiará y colocará, si puede, el llamado Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico (FADE). Por entendernos, el Estado, todos. Las empresas quedan libres de una carga por la que habían protestado vivamente, en público y en privado.

La asociación patronal Unesa reaccionó prácticamente al mismo tiempo que Soria anunciaba el triunfo de sus tesis. En un comunicado entre irónico e hiriente para el titular del ministerio, comunicado Unesa explicaba que considera "más que lógico" que la posible aparición de déficit de tarifa en 2013 se financie a través de las emisiones del Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico (FADE), y no con cargo a los balances de las compañías eléctricas. La razón de la patronal: "Al ser consecuencia (el déficit) de decisiones de la Administración central, es más que lógico que sea el propio Estado quien asuma la titulización de este déficit, avalando esa deuda del sistema eléctrico ante el mundo financiero".

Préstamos de las empresas

Unesa sostiene que el déficit de tarifa "nunca ha sido una deuda de las empresas", que se han limitado a "prestar el dinero", al tiempo que el Gobierno "no ha hecho más que avalar una deuda derivada de sus decisiones".

Tras el Consejo de Ministros, Soria reiteró el mensaje de septiembre: "el objetivo" es que 2013 sea "el último año" de déficit de tarifa y que el desajuste no se produzca en 2014, cuando entrará en funcionamiento el nuevo mecanismo de revisión automática de las tarifas.

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En la memoria económica de la orden de revisión de peajes eléctricos aprobada por el Gobierno antes de subir la luz un 3,2% en agosto se consideraba que el incremento de tarifas sería suficiente para cuadrar las cuentas del sistema eléctrico en 2013. No lo ha sido.

Las tesis de las empresas y de la patronal Unesa, en lenguaje sencillo, vienen a decir que las compañías no cobran todo lo que deberían cobrar para cubrir todos los costes que los libros dicen que tienen para producir electricidad. No lo hacen por decisión política de los Gobiernos que se han sucedido desde hace más de una década. Por eso el déficit se ha disparado y apunta a un 3% del PIB. Todo ello a pesar de que las tarifas han subido más del 80% desde 2006.

Frente a esa explicación, muchos expertos sostienen que el déficit se ha producido porque las empresas han hinchado hasta el esperpento los costes que figuran en los libros y que han sido aceptados, visados y sellados, cuando no escritos, por los responsables de la Administración durante décadas.

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