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LA DEVALUACIÓN INTERNA

Un euro fuerte compromete las exportaciones y la política de recortes

Los expertos del BCE empeora las perspectivas de crecimiento y paro de la eurozona

El astuto Sísifo enfadó a los dioses, que lo cegaron y lo condenaron a subir un peñasco por la montaña. Al llegar a la cima, el peñasco rodaba pendiente abajo. Y Sísifo debía volver a empujar. Eternamente. La maldición de Sísifo amenaza a las economías más débiles de Europa, incluida España.

Los dolorosos ajustes que están llevando los países del Sur de Europa e Irlanda para ganar competitividad, vía devaluaciones internas (léase, recortes del gasto público y rebajas salariales) se ven perjudicados por la fortaleza de la moneda única, el euro. El efecto no puede ser compensado, además, por más recortes de salarios si no se quiere cebar más la bomba de la inestabilidad social.

España es uno de los países de la OCDE donde más ha caído la renta familiar (hasta 5% entre 2007 y 2011), con un brutal aumento de la desigualdad, según el informe How is life 2013.

El aumento de la cotización de la divisa europea (en torno a un 8% frente al dólar desde julio), hasta rozar un cambio de 1,40 dólares por euro (ayer se situaba en 1,3539) compromete la ganancia de competitividad lograda y, como consecuencia, la mejora de las exportaciones. Esta es, precisamente, la gran baza de la economía española.

Un tercio del PIB

Lo recordaba ayer mismo el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz en unas jornadas sobre negocio internacional. El sector exportador español, explicó, tiene en la actualidad un peso del 34% del PIB (25% en 2007) y el Gobierno quiere llevar ese porcentaje hasta el 40% "en un plazo no muy alejado de tiempo".

García Legaz admitió, no obstante, que el propósito del Ejecutivo sería más fácil si el euro no fuera una moneda "tan fuerte". Ese es el problema. Y no todos los países tienen el mismo análisis sobre el mismo.

Alemania, con un superávit por cuenta corriente que alarma incluso a la Comisión Europea, no ve inconveniente en mantener una divisa europea fuerte. Sus ventas son sólidas, se dirigen a segmentos de fuerte poder adquisitivo  y puede permitirse esas tensiones.

La canciller alemana Angela Merkel reconoció a principios de año, cuando el euro se acercaba a máximos de cotización frente a la divisa estadounidense que los esfuerzos realizados por países como España o Portugal podrían "derretirse como la nieva al sol" por la fortaleza de la moneda única.

Pese a todo, Merkel señala que una divisa fuerte en Europa entraba "dentro de la normalidad". España cuenta con una pequeña ventaja. Gran parte de sus exportaciones tiene como destino la Unión Europea (el 61,8% entre enero y agosto pasados) y en concreto la zona euro (el 48,2%), lo que atenúa los efectos de los vaivenes cambiarios. Pero si la situación se mantiene, la ventaja perdería peso.

Fuerte, pero no más fuerte

Guindos presume en la UE de las exportaciones españolas

Los expertos del Bank of America Merrill Lynch  han detectado el riesgo de que, como Sísifo, los esfuerzos realizados por la economía española queden en nada. "La eurozona" señalan "puede permitirse un euro más fuerte, pero no mucho más fuerte". En su opinión, la periferia (los países del Sur de Europa) "cuenta con escaso margen para compensarlo mediante recortes salariales".

Los autores del informe destacan también que el euro ya se encuentra más de un 10% sobrevalorado desde la perspectiva de países como España, Irlanda o Grecia, países que no cuentan con la opción de recurrir a la devaluación monetaria para impulsar la salida de la crisis.

"La fortaleza del euro está compensando en parte las mejoras en competitividad logradas en la periferia en los últimos años", señala el documento, que advierte de que el euro ha evitado que la región registre nuevos avances de competitividad en 2013.

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