Argentina y España alcanzan un principio de acuerdo por la expropiación de YPF

Repsol someterá el principio de acuerdo propuesto a la consideración de su consejo de administración, que deberá pronunciarse sobre sus términos y condiciones, se señaló en la noche de este lunes desde Repsol. El acuerdo incluye el pago que deberá hacer Argentina a Repsol en compensación por la expropiación de las acciones de su antigua filial.

El ministro de Industria tenía una cita el lunes en una jornada sobre gas no convencional organizada por Enagás y el diario Expansión. No acudió. Pasó el fin de semana en Buenos Aires (Argentina). Pero no en un viaje de placer, sino negociando con el Gobierno argentino y con las empresas Pemex (dueña del 9,24% de Repsol) e YPF, una solución al duro enfrentamiento que el Gobierno de Cristina Kirchner mantiene con la petrolera española por la expropiación del 51% de YPF a en abril de 2012.

El ministro Soria viajó a Argentina en compañía del presidente de La Caixa y vicepresidente de Repsol Isidro Fainé y del directivo de Repsol (responsable de Exploración), Nemesio Fernández Cuesta. Sus interlocutores: el ministro argentino de Economía, Axel Kiciloff, y los máximos reponsables de Pemex, Emilio Lozoya, y de YPF, Miguel Galuccio.

La reunión negociadora se produjo horas antes de que Repsol celebre un consejo de administración que se preveía tormentoso tras las criticas lanzadas por Lozoya (Pemex), con la gestión del presidente de Repsol, Antonio Brufau, a quien afeó en sede parlamentaria en México el salario millonario que cobra en la compañía.

Enfrentamiento duro

El enfrentamiento que Soria trataba de sofocar, y parece que se ha resuelto, aumentó mucho de intensidad en los últimos días. Pemex, deseosa de llegar a acuerdos con YPF para explotar el gran yacimiento de gas no convencional de Vaca Muerta, en Neuquén, quería que Repsol se avenga a negociar. La petrolera española reclamaba 10.500 millones de dólares por la expropiación de YPF y mantiene varios pleitos abiertos en tribunales de España y de EE UU.

Además de las cargas de profundidad de Pemex, Argentina también había aumentado los grados del enfrentamiento. Hace apenas unos días, la Comisión Nacional de Valores (CNV) argentina acordó abrir un sumario a los consejeros en YPF en representación de Repsol, Luis García del Río y Carlos María Tombeur, por la denuncia que la petrolera nacionalizada por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner presentó contra ambos directivos por "presunta existencia de un conflicto de intereses".

Las desavenencias con Pemex no forman parte del orden del día del consejo que Repsol celebrará el miércoles. Formalmente, el tema central será la aprobación del dividendo. Pero la cuestión de YPF y el enfrentamiento con Pemex planeaba sobre el encuentro.

Repsol era consciente de que las recientes críticas realizadas en el Congreso mexicano por el director general de Pemex, Emilio Lozoya, al presidente de la compañía, Antonio Brufau, implicaban una ruptura del acuerdo alcanzado el año pasado entre las dos petroleras, en el que existe un compromiso de apoyo a los gestores del grupo español por parte del mexicano. Sin embargo, no está previsto que Repsol diese por roto el acuerdo y, con ello, promoviese la expulsión de Pemex del consejo. 

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A la reunión negociadora de Buenos Aires no ha asistido el presidente de Repsol, Antonio Brufau, según han confirmado fuentes al tanto de las reuniones. Es todo un síntoma de hasta qué punto han llegado las cosas en el enfrentamiento de Repsol con el Ejecutivo de Cristina Kirchner.

El presidente de CaixaBank, Isidro Fainé, ya mantuvo dos reuniones al más alto nivel con el Gobierno argentino entre diciembre de 2012 y febrero de este año para intentar acercar posturas en el enfrentamiento por la expropiación de  YPF. CaixaBank es el primer accionista de Repsol, con el 12,20% de las acciones.

Entre las dos reuniones celebradas en Buenos Aires existieron al menos otros tres encuentros de menor nivel entre representantes de las partes enfrentadas. Dos de esas reuniones se celebraron en Houston (Texas, Estados Unidos) y una en Londres.