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Brufau se aferra a la presidencia de Repsol a pesar de su fracaso en el acuerdo con YPF

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, no tiene intención de dimitir a pesar de la comprometida situación en la que ha quedado tras el acuerdo de indemnización cerrado con el Gobierno argentino acuerdo de indemnización por la expropiación  del 51% de la petrolera argentina YPF en abril de 2012. Así lo aseguran fuentes próximas al empresario.

El acuerdo con YPF contempla, en principio, el pago a la petrolera española de 5.000 millones de dólares en deuda argentina (en torno a 3.700 millones de euros a precios reales) y será aprobado en la reunión del consejo de administración del miércoles. Repsol reclamaba en los tribunales 10.500 millones de dólares.

El compromiso fue sellado el lunes al más alto nivel en Buenos Aires por el ministro de Industria José Manuel Soria y el presidente de La Caixa y vicepresidente de Repsol, Isidro Fainé (primer accionista de Repsol, 12,2%), con el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof y los máximos responsables de Pemex Emilio Lozoya (9,2% de Repsol), y de YPF, Emilio Galuccio. Brufau no estuvo en la reunión.

Ese principio de acuerdo, negociado al más alto nivel por tres Gobiernos (Argentina, España y México) y tres empresas (Repsol, Pemex e YPF) no da acceso a Repsol al activo más deseado de YPF, que precisamente la petrolera española contribuyó a poner en valor: los 12.000 kilómetros cuadrados ya explorados del yacimiento de gas no convencional de Vaca Muerta (Neuquén).

Vaca Muerta

Ese yacimiento, clave en la pelea, es una formación rocosa repleta de gas de 30.000 kilómetros cuadrados, el equivalente a la superficie de Galicia, en las provincias argentinas de Neuquén y Mendoza. Según comunicó Repsol a los reguladores bursátiles en Argentina y en España en 2011, solo en 428 kilómetros cuadrados explorados en la zona de Vaca Muerta denominada Loma La Lata, en los que había instalados 15 pozos, existen unos recursos de petróleo y gas recuperables equivalentes a 927 millones de barriles de petróleo, prácticamente el doble de las reservas de la filial argentina en aquel momento.

A pesar de que el acceso al gran yacimiento queda vedado para Repsol, Brufau, que durante un año y medio ha mantenido un duro pulso con YPF y con el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, sostiene ahora que el acuerdo es bueno para la compañía. 

No solo es bueno. Según fuentes cercanas al propio Brufau, fue este el que planteó la salida al enfrentamiento. Lo hizo con una propuesta que trasladó a México el ministro de Industria, José Manuel Soria, semanas antes del acuerdo final en Buenos Aires

Oferta rechazada

Desde el nuevo punto de vista de Brufau, la compensación pactada es mucho mejor que la ofrecida por el Gobierno Kirchner el verano pasado, rechazada por insuficiente.rechazada por insuficiente En aquella oferta, Argentina ofrecía a Repsol participar en una empresa conjunta con YPF, con un 47% de participación para explotar un área equivalente al 6% de Vaca Muerta.

Esa participación, junto con 1.500 millones de dólares en dinero o bonos que deberían ser obligatoriamente reinvertidos en el proyecto, situaban la oferta argentina para acabar con el enfrentamiento en los consabidos 5.000 millones de dólares.

Pero Repsol concluyó que la valoración de los terrenos estaba hinchada, hasta tal punto que la oferta real se reducía a 1.500 millones de dólares en el mejor de los casos.

La oferta rechazada del pasado verano había sido cocinada por el presidente de La Caixa, Isidro Fainé y por el millonario mexicano Carlos Slim (accionista de YPF). Se la  presentaron el 1 de junio en Barcelona a Brufau el propio Fainé y otro destacado accionista de Repsol, Manuel Manrique (Sacyr). Fue rechazada por el consejo de Repsol en una votación unánime en la que, por cierto, no estuvo Fainé.

Cuenta sencilla

La cuenta con la que se justifica Brufau es sencilla: frente a los 1.500 millones reales que ofrecía YPF en junio, el Gobierno argentino ofrece ahora 5.000 millones. Suficiente para cerrar una guerra que incomodaba a mucha gente poderosa.

"¿Podía respaldar el Gobierno de Mariano Rajoy una guerra de Repsol con su accionista, la mexicana Pemex, sin poner en riesgo los intereses españoles en México?" se pregunta un avezado empresario que prefiere guardar el anonimato. Para obtener la respuesta basta contemplar las posiciones de grandes empresas y bancos en México: BBVA, primera entidad en México; Telefónica, segunda compañía de comunicaciones; Banco Santander, tercero en ranking de entidades; Iberdrola, primera eléctrica privada...demasiado en juego.

"Un acuerdo con terrenos a explotar de por medio hubiera cerrado el enfrentamiento sin vencedores ni vencidos" explica un empresario con inversiones en el sector petrolero. "Pero con dinero de por medio, sí hay vencidos, porque aparentemente, Argentina paga poco".

Para sostener esa idea, basta ver, explica el empresario, el precio que Chevron ha pagado a YPF por cada acre adquirido en Vaca Muerta (un acre 4.000 metros cuadrados): 12.500 dólares, lo que elevaría el valor de lo expropiado a Repsol por encima de los 18.000 millones de dólares.

"El 12% que mantiene Repsol de YPF llegará valer más de lo que ha pasado Argentina por el 51% expropiado de YPF" pronostica la misma fuente. Lo que probará, concluye, que Brufau no tenía motivos para aferrarse a una presidencia con un triunfo que no lo es.

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