Agencia Tributaria

El nombramiento a dedo de inspectores lleva a la Agencia Tributaria al borde del estallido

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mira en el interior de su cartera en un pleno del Congreso.

La Agencia Tributaria está al borde del estallido. De los 1.500 inspectores de Hacienda que trabajan en el organismo, entre 700 y 800 tienen un puesto de trabajo asignado por libre designación. Teóricamente, la libre designación está reservada para puestos de confianza o de especial responsabilidad. Pero los nombramientos realizados en los últimos ocho años, según explican fuentes de la Agencia, han llevado a un abuso de la figura, lo que tiene a la Agencia Tributaria al límite. El último capítulo ha sido la dimisión del director de la Inspección Financiera y Tributaria, Luis Jones.

Jones explicó en un comunicado que su dimisión al frente de este departamento se debe a las "discrepancias" que en los últimos meses ha mantenido con el director del organismo, Santiago Menéndez, en asuntos que constituyen "ámbitos esenciales de decisión" del Departamento de Inspección.

Tras el comunicado, sostienen algunos inspectores, hay un modo de funcionar en el organismo más que discutible: en el reparto de cargos y nombramientos, el secretario de Estado, Miguel Ferre, fue el apoyo de Jones. Este se habría enfrentado al director de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez. Perdido el pulso, Jones presentó la dimisión. Fuentes de Hacienda se limitaron a señalar que la salida de Jones no tiene nada que ver con la polémica de Cemex.

Ceses y nombramientos

Pero los tiempos se aceleran. Los ceses y nombramientos a dedo han sido la espoleta de la última carga que ha estallado en el seno de la Agencia Tributaria: la destitución de una inspectora que pretendía multar a la multinacional cementera mexicana Cemex con 450 millones de euros (destitución de una inspectoracantidad que Hacienda no confirma) y la dimisión de su superior, Ignacio Ucelay.

Ambos, cesada y dimitido, cayeron por la potestad de Hacienda de sustituir los designados a dedo, algo para lo que sólo se precisa la firma del secretario de Estado de Hacienda. Sin más publicidad. Sobre los nombramientos de libre designación, un portavoz de Hacienda aseguró que en los últimos años, el número ha descendido.

Pero la realidad es que el abuso de los nombramientos de libre designación en los últimos años ha llevado a situaciones tan absurdas como que se nombre a dedo, como si se tratara de un puesto de confianza o de especial responsabilidad, al inspector encargado de dirigir el trabajo de dos o tres subinspectores.

Como la posibilidad de nombrar y cesar existe, cada cambio de responsables conlleva movimientos importantes. En los útlimos cuatro años, la Agencia Tributaria ha tenido cinco directores generales cinco directoresy cada cambio, sostienen fuentes de las organizaciones que agrupan a inspectores y subinspectores, ha ido acompañado de una catarata de ceses.

Cinco directores

Inspectores piden acabar con nombramientos a dedo en la Agencia Tributaria tras el escándalo de Cemex

Inspectores piden acabar con nombramientos a dedo en la Agencia Tributaria tras el escándalo de Cemex

La situación la explicaba en un artículo hace unos meses José María Peláez, inspector de Hacienda y ex presidente de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE). En el artículo, Peláez explicaba a sí la inestabilidad en la Agencia Tributaria: "Para comprender la magnitud del problema, sólo hay que comprobar que en los últimos cuatro años la AEAT ha tenido cinco directores generales y que desde enero de 2012, es decir, en el plazo de 18 meses, se han producido 310 nombramientos por el sistema de libre designación".

El sindicato IHE aboga por enmendar un sistema de nombramientos que compromete el funcionamiento de la Agencia Tributaria, muy desgastado por la exposición continua en los medios del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y por los actuaciones (o no actuaciones) que afectan a la infanta Cristina de Borbón.

IHE quiere que solo un tercio de los inspectores sean designados como cargos de confianza o en puestos de especial responsabilidad y que el director de la AET sea nombrado por mayoría cualificada en el Parlamento para un mandato de un máximo de cinco años.

Más sobre este tema
stats