Los abusos de la banca

El Gobierno fuerza la venta de Bankia en año electoral para apuntalar la idea de fin de crisis

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Aún no han salido por la puerta los "hombres de negro" encargados de supervisar el rescate de la banca rescate de la bancay ya se abren las ventanas para los buscadores de gangas. A un paso de las elecciones europeas de mayo y con el Gobierno volcado en extender a toda costa la doctrina de la recuperación de la economía, los planes para convertir en un éxito de gestión del Ejecutivo el desaguisado bancario (42.000 millones perdidos, cifra oficial hasta diciembre de 2012) se aceleran. 

Bankia es la pieza clave. Economía quiere tantear el mercado con la venta de un paquete de entre el 10% y el 20% de la entidad en los próximos meses. La gran pregunta que ha encendido el debate es: si Bankia vale cada vez más ¿por qué no esperar para vender al mejor precio posible?entre el 10% y el 20% de la entidad

Al contrario que en el resto de cajas quebradas, que deben ser vendidas antes de 2015, en Bankia no hay plazos comprometidos. Pero sí hay prisa para lo que fuentes de Economía definen como "arreglar y presentar a la novia (Bankia)". Por supuesto, en el departamento desvinculan los tanteos de venta con cualquier intencionalidad política.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha admitido que estudia vender parte del 68,4% que el Estado controla en Bankia tras inyectar en la entidad 22.424 millones de euros. Fuentes de la entidad, por su parte, precisan: "todavía no hemos empezado a hablar".

Evitar el desplome

La antigua Caja Madrid es la única caja nacionalizada en la que el Estado puede aspirar a recuperar parte del dinero empleado en evitar su desplome. El tirón de las Bolsas ha elevado el valor de la acción por encima del 80% en los últimos tres meses y el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha decidido que ha llegado la hora de anotarse un tanto.

Hasta el New York Times se ha hecho eco de las intenciones de De Guindos: “De repente Bankia ha pasado de ser un emblema de los préstamos imprudentes de España a convertirse en un símbolo de lo que podría ser el inicio de una recuperación financiera nacional”, aseguraba el diario esta semana

El Gobierno, al que los dedos se le vuelven huéspedes al ver la evolución en Bolsa del valor, tiene tiempo para vender. No tiene por qué hacerlo hasta el año 2017, según los compromisos asumidos en el rescate del sector. Pero le corre prisa. La política marca el calendario y quiere mostrar un triunfo con la venta parcial de Bankia.

Afán por hacer caja

Es una decisión polémica. Julio Rodríguez (Economistas Frente a la Crisis) o Carmelo Tajadura (Instituto de Macroeconomía y Finanzas, Universidad CJC)Economistas Frente a la Crisis creen que el afán por hacer caja puede ser perjudicial para los intereses generales. "El Gobierno" asegura Tajadura, que trabajó en la Oficina Económica de Moncloa en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero, "tiene la obligación de maximizar el retorno de las inversiones realizadas y no hacer populismo".

La idea de los economistas críticos es sencilla: Bankia, aseguran, valdrá más cuanto más se consolide el negocio. El presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, ha puesto en orden parte del desastre acumulado en las etapas de Miguel Blesa y de Rodrigo Rato. Pero queda tarea por hacer.

"La acción de Bankia cotiza por encima de la media del sector en términos de beneficio por acción, resultados, etc" explica Tajadura. Consecuencia: una salida parcial del Estado del capital podría afectar a la cotización. O no. Fuentes de Bankia aseguran que podría darse el caso contrario: que los inversores consideraran la retirada del Estado, aunque fuera de forma progresiva, como un factor positivo.

El debate está abierto y contribuye a difuminar la polémica gestión del rescate del bancario. Donde el Gobierno aseguraba que el rescate no iba costar ni un euro al contribuyente, la factura no para de crecer.

Poner más dinero

El propio ministro De Guindos ha explicado en el Congreso que "existe la posibilidad" de que haya que poner más dinero público para sostener al sector. Guindos responsabilizó del aumento de la factura a los Esquemas de Protección de Activos (EPA) de la CAM, que "puede acabar teniendo un coste de 15.000 millones de euros". Dirigir las miradas hacia la CAM desde el Gobierno tiene también su miga política:

la CAM fue intervenida el 22 de julio de 2011. Intervención y condiciones de venta (EPA), desliza Economía, son responsabilidad del anterior Gobierno

Para el contribuyente de a pie, la explicación de De Guindos sobre la CAM y los esquemas de protección de activos es chino. Hay que traducir. Los llamados EPA garantizan a la entidad que compra una caja quebrada las pérdidas que pueda tener en la cartera de créditos de la que se hace cargo en un porcentaje y durante un tiempo determinados.

¿Quién paga? A veces el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y a veces el Fondo de Garantía de Depósitos (dinero que ponen los bancos en común para asegurar su actividad). En última instancia, dinero de todos puesto que si el FDG (que aporta un 25% del FROB) sufre, los bancos lo repondrán y lo repercutirán al cliente. El Estado, además, respalda los dos mecanismos.

EPA, instrumento poco claro

Los EPA son un instrumento poco claro. Una tentación para los menos escrupulosos. Un banco podría verse tentado, por ejemplo, a favorecer a un determinado cliente "perdonándole" deuda que recuperará a través del EPA y el FROB. Si ha sucedido, puede volver a suceder.

En el caso de la CAM (adquirida por el Banco Sabadell por un euro), el EPA garantiza hasta el 80% de las posibles pérdidas que el propietario registre durante 10 años en una cartera de créditos de 24.600 millones de euros. Además del Sabadell y  la CAM, se han beneficiado de EPA CaixaBank en la adquisición del Banco de Valencia (72,5% de respaldo a una cartera de créditos de 6.000 millones) o BBK con Cajasur.

Las previsiones de De Guindos sobre la CAM convierten en papel mojado todos los cálculos. "La adjudicación de entidades con problemas se ha realizado con la ayuda de esquemas de protección de activos (EPAs)  (...)" explicaba un informe de La Caixa en 2013. "La mayoría de ellos (CCM, CAM y Unnim) serán asumidos por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que, sobre una cartera total de 42.000 millones de euros, deberá hacer frente a unas pérdidas estimadas en torno a 10.000 millones de euros". Los cálculos se han quedado cortos.

Cantidades astronómicas.

Son cantidades astronómicas. Con datos del Banco de España del ejercicio cerrado 2012, el importe de las ayudas directas concedidas por el Estado a la banca desde 2009 asciende a 97.047 millones de euros. Son 61.366 millones en ayudas en forma de capital y 35.681 millones de los llamados Esquemas de Protección de Activos.

De esa ingente cantidad de dinero público, equivalente al 10% de la riqueza del país en un año, los contribuyentes pueden dar por prácticamente perdidos 42.000 mllones, 36.000 millones en ayudas del FROB, según las cuentas que presentó el fondo en 2012 y 6.500 millones ya provisionados, también por el FROB y el Fondo de Garantía Depósitos.

Probablemente serán más. La cifra oficial de ayudas (61.366 millones de euros) no reconoce otro tipo de ayudas puestas a disposición de las entidades con el apoyo explícito o implícito de las administraciones públicas. La Plataforma Auditoría Ciudadana por la Deuda o el catedrático de economía Joaquín Maudos elevan las ayudas a más de 156.000 millones.

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En el mismo saco

Aunque los bancos "sanos" cuestionan que se les meta en el mismo saco que las cajas quebradas, las ayudas al conjunto del sistema han permitido que vuelvan rápidamente a la senda de los beneficios (6.700 millones hasta septiembre de 2013), con incrementos sobre el año anterior del 98% mientras el Estado no ve un euro de lo comprometido en sostener al sector. Todo, mientras las entidades se aprovechan descaradamente del dinero barato del BCE, que utilizan para comprar deuda pública en lugar de destinarlo al crédito. 

La venta de NCG Banco al banco venezolano Banesco por 1.000 millones, frente a los 9.226 millones públicos enterrados en la entidad da argumentos sólidos a quienes abogan por olvidar la prisas y mantener las posiciones del Estado para obtener los mejores precios posibles.

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