DEBATE DEL ESTADO DE LA NACIÓN

La otra cara de la realidad económica

Los agujeros negros del discurso de Rajoy

Mariano Rajoy dedicó su discurso sobre el estado de la nación a describir un panorama económico repleto de datos positivos, reflejo de lo que él considera “un cambio de rumbo”: “De la caída a la recuperación, de la amenaza a la esperanza”. Con la vista puesta en 2015, año electoral, pintó un paisaje casi reluciente y presagió un futuro aún mejor. De ahí los dos anuncios del día: una rebaja fiscal para 12 millones de contribuyentes y una bajada de cotizaciones para los empresarios que contraten trabajadores indefinidos. “Se trata del impulso a la creación de empleo neto más importante de nuestra historia”, proclamó Rajoy en el Congreso, pese a que repitió varias veces que no pretendía caer en la complacencia y el triunfalismo.

El presidente del Gobierno no pudo obviar las cifras récord de paro, pero se limitó a hablar del desempleo registrado en las oficinas del antiguo Inem. Eso le sirve para eludir la caída de la población activa en los últimos años, producto del retorno de inmigrantes a sus países de origen, de la emigración de jóvenes al extranjero en busca de trabajo y del efecto desánimo: quien no cobra prestaciones ni siquiera se apunta en el Inem o deja de buscar trabajo cansado de no encontrarlo. Sólo en 2013, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), España ha perdido 267.900 activos. El número de trabajadores entre 16 y 65 años es ahora el que había en 2008, cuando comenzó la crisis.

También pasó por alto Rajoy el millón largo de empleos que se han destruido en España desde que en 2012 se aprobó la reforma laboral. De ellos, 674.000 eran puestos de trabajo indefinidos. Rajoy anunció una rebaja de cotizaciones precisamente para incentivar unos contratos que no han dejado de caer en los últimos años; son apenas el 7,8% de los que se firman cada mes. Según UGT, nueve de cada 10 empleos perdidos en 2013 eran indefinidos.

Sin embargo, la precariedad laboral, de la que alertan sindicatos, expertos y las mismas estadísticas, no existió tampoco en el discurso de Mariano Rajoy. Pese a que es el propio Gobierno quien la propicia, como mal menor ante el paro, al incentivar la contratación a tiempo parcial: facilitando que se le añadan horas extraordinarias y ampliando el contrato de emprendedores a este tipo de jornada. Los trabajadores a tiempo parcial han crecido un 12,43% en el último año, según datos del Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE). Y 365.000 personas han aceptado un contrato a tiempo parcial porque no encontraban un trabajo a jornada completa. Los subempleados, aquellos que trabajan menos horas de las que necesitan u ocupan puestos inferiores a su cualificación, suman dos millones, 164.000 más que antes de 2012. Finalmente, los contratos temporales han crecido un 8,6% en 2013 respecto a 2012. Son el 92,6% de los que se firman. El 42% de ellos duran un mes o menos.

Peligro para los ingresos de la Seguridad Social

También avanzó el presidente que la afiliación a la Seguridad Social crecerá este mes respecto a febrero de 2013. Quizá intentaba compensar así el descenso de ingresos que supondrá la rebaja de cotizaciones empresariales prometida, y que tampoco mencionó. La Seguridad Social ha perdido tres millones de cotizantes por culpa del aumento del paro y de la crisis. Tiene 16,17 millones de afiliados, más o menos los que tenía en diciembre de 2002. La afiliación lleva 68 meses cayendo.

De forma que las cuentas de la Seguridad Social se han resentido hasta acumular un déficit de 13.000 millones de euros en 2013. Tal es así que el Gobierno ha cambiado el sistema de revalorización de las pensionespensiones para contener un gasto que no puede atender con un nivel de ingresos tan mermado. También ha aumentado las bases máximas de cotización y las cuotas que se pagan por las retribuciones en especie, los vales de comida, por ejemplo. Ahora recortará lo que pagan los empresarios por contratar a un trabajador indefinido: 3.250 euros al año que dejará de ingresar el sistema por un empleado que cobre 20.000 euros brutos anuales, según las cifras que ha facilitado el Ministerio de Empleo.

En el paisaje económico de Rajoy no hubo lugar tampoco para hablar de la congelación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que repetirá en 2014 los 645,30 euros, ni de la exigua subida de las pensiones en un 0,25% este año y del 1% los dos ejercicios anteriores –del 2% en 2013 para las inferiores a 1.000 euros mensuales–, por lo que han perdido poder adquisitivo del 2,8% desde 2012. No se le escuchó una palabra sobre los tres millones de parados de larga duración, los que llevan más de un año sin encontrar trabajo. O sobre los dos millones de desempleados –según Empleo; la EPA los eleva a casi cuatro millones– que no reciben ninguna prestación.

Si a todo ello se le suman los recortes que ha aplicado el Gobierno en las prestaciones por desempleo –reduciendo del 60% al 50% del salario la cuantía a partir del sexto mes– y en los subsidios –endureciendo los requisitos de acceso y aumentando de 52 a 55 años la edad para cobrar esa ayuda especial–, se entiende el aumento de la desigualdad en España de la que habla Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea. Otro ausente del discurso de Rajoy. España es el segundo país europeo con mayor nivel de desigualdad, sólo superado por Letonia. También donde más ha crecido la desigualdad entre 2007 y 2012.

Ni crédito ni deuda

El paro crece en 113.000 personas y el empleo se desploma al nivel de 2002

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Lo que sí hizo el presidente del Gobierno fue vender su prometida rebaja fiscal asegurando que aliviará la carga de las rentas medias y bajas. No recordó que, en los dos años anteriores, las subidas de impuestos aplicadas por el Ejecutivo rozan las 40: cinco revisiones del IRPF, cuatro del Impuesto de Sociedades, dos del IVA, dos del IBI… Al tiempo que aprobaba una polémica amnistía fiscal que pretendía aflorar 25.000 millones de euros en dinero negro y se quedó sólo en la mitad.

Más olvidos. El rescate a la banca no se ha traducido, pese a las promesas, en la apertura del grifo del crédito para familias y empresas. De hecho, el gobernador del Banco de España, Luis Linde, reconoció hace una semana que al 70% de las empresas los bancos les deniegan los créditos que solicitan. Según datos del regulador, el volumen de crédito a las familias está en los niveles más bajos desde 2007. Ha descendido un 11% sólo en el último año.

No aludió tampoco a la deuda de las administraciones públicas. Este año, de acuerdo con las previsiones de la Unión Europea, alcanzará el 98,9% del PIB. En 2013 creció un 8,69%. Desde 2012 se ha disparado en 23 puntos del PIB. Cinco años atrás era sólo del 36%. Se trata del mayor aumento de la UE, sólo por detrás de Chipre y Grecia. Para 2015 la previsión es que alcance el 103,3% del PIB. Aunque España paga ahora menos intereses por los bonos y letras del Tesoro, gracias a la bajada de la prima de riesgo, mientras la economía no crezca a buen ritmo será problemático sanear unas cuentas públicas tan cargadas.

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