EL MAYOR ERE EN UN GRUPO PÚBLICO

Tragsa presenta al comité una propuesta sobre el ERE para evitar el juicio en la Audiencia Nacional

El comité de Tragsa pide cero despidos y salidas voluntarias con 40 días de indemnización

A sólo cuatro días del juicio sobre el ERE fijado para el próximo jueves en la Audiencia Nacional, la dirección del grupo público Tragsa ha presentado a los sindicatos una propuesta que CCOO y CGT rechazan, y a UGT tampoco convence. Pero la oferta puede terminar retrasando la vista oral, porque según fuentes sindicales, tanto el presidente de la Sala Social de la Audiencia Nacional, Ricardo Bodas, como UGT creen que debería someterse a votación en una asamblea de trabajadores. CSIF no quiere pronunciarse, pero fuentes de otros sindicatos aseguran que el nuevo planteamiento de la empresa tiene su aprobación.

Todos los sindicatos impugnaron en diciembre el ERE en Tragsa, que supone el despido de 726 trabajadores. También está denunciado ante la Audiencia Nacional el despido colectivo en la filial del grupo, Tragsatec, que afecta a 610 empleados y cuyo juicio está fijado para el próximo día 24. 

La negativa de CCOO y CGT se debe a que la propuesta de la empresa repite casi al 100% el preacuerdo que el comité alcanzó con la dirección el pasado noviembre, pero que fue rechazado de forma contundente por la asamblea de los trabajadores. “La plantilla dejó claro entonces que no aceptaban ni un solo despido”, explican fuentes sindicales. La empresa ofrece un mínimo de 275.

Mientras el juez citaba por la mañana a todas las partes, los despidos, que comenzaron el pasado día 18, continúan su lento goteo. En Extremadura se comunicaron ayer 14 más en la filial, Tragsatec.

Ahora sí quiere medidas alternativas

La oferta de la dirección de Tragsa repite los 29 días por año trabajado, con un tope de 16 mensualidades, que planteó al final del mes largo de negociaciones con los sindicatos en noviembre. También reitera las medidas de reducción de jornada –una hora diaria durante dos años sólo para el personal administrativo– y salarial –sólo un 1% sobre los complementos variables a partir de 10.000 euros anuales–. La única propuesta nueva sobre la que rechazaron en su día los trabajadores es el compromiso de no ejecutar un nuevo ERE antes del 31 de diciembre de 2015.

En caso de que la producción descienda por la caída de las encomiendas de gestión –los encargos de las administraciones públicas que constituyen el negocio de Tragsa–, en lugar de despidos, la empresa ofrece convocar a la comisión de seguimiento del ERE actual para estudiar “medidas alternativas”: traslados, movilidad funcional, reducciones de jornada, suspensiones de contrato o “modificación sustancial de condiciones de trabajo”, es decir, recortes salariales. Precisamente las iniciativas que durante la negociación del ERE o rechazó o limitó al máximo la empresa, según se quejaban entonces los representantes de los trabajadores.

Además, el grupo garantiza que no habrá otro despido colectivo en 2015, cuando sus propias previsiones incluyen ya este mismo año el regreso a los beneficios: 4,5 millones de euros. De hecho, Tragsa siempre ha tenido números negros, excepto el último trimestre del año pasado.

Con desconfianza

“Es un brindis al sol”, resume Javier Canales, responsable de CCOO en Tragsa. “El mandato de la asamblea fue claro: cero despidos”, explica. Además, ya se ha empezado a despedir, a 231 trabajadores del total de 1.336 previstos, por lo que sin la readmisión de los afectados no hay posibilidad de acuerdo, insiste. CGT es más dura; a su juicio se trata de “una propuesta envenenada”. Suúnico fin, añade, es retrasar un juicio cuyo resultado ve peligrar la empresa.

UGT tampoco se fía de la oferta de Tragsa. Considera “ambiguo” el compromiso de no ejecutar un segundo ERE el año próximo. “Si [Miguel] Arias Cañete se va a Europa [es el candidato mejor situado para liderar las listas del PP el próximo 25 de mayo] y su sucesor nombra nuevos directivos en el grupo, no tenemos ninguna garantía de que no vayan a cambiar de opinión”, advierte Ángel Hernández Pinilla, responsable de UGT en el comité de Tragsa. No obstante, defiende que, al igual que se hizo con el preacuerdo de noviembre, la nueva propuesta se someta a consulta en la plantilla. El problema es que no hay tiempo suficiente para convocarla antes del jueves. 

Por su parte, un portavoz de CSIF ha asegurado a infoLibre que el sindicato está “estudiando el alcance de la propuesta con mucha prudencia”, porque están “en juego muchos puestos de trabajo”. No quiso, por tanto, adelantar su posición sobre ella. Para evitar el juicio, todos los sindicatos deben alcanzar un acuerdo. Si sólo uno de ellos se desmarca, la demanda seguirá adelante.

El mayor ERE, y sin acuerdo

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El ERE en Tragsa es el de mayor número de despidos en un grupo público. Al menos hasta el momento. Si el preacuerdo de la matriz fue rechazado por los trabajadores en asamblea, en la filial dirección y sindicatos no llegaron siquiera a firmar un papelno llegaron siquiera a firmar un papel. También el comité de Tragsatec impugnó el ERE en la Audiencia Nacional.

En la primera demanda los sindicatos reprochan a la empresa la “desproporción de la medida”: pretende ahorrar con los despidos 31,56 millones de euros, el triple de las pérdidas previstas. Igualmente acusan a la empresa de atajar “una situación que en principio podría considerarse coyuntural con una “decisión estructural de gran calado”.

Los sindicatos de Tragsatec, por su parte, acusan a la empresa en su demanda de “abuso de ley y fraude de derecho”. Subcontrató a 133 trabajadores en 2013 y durante la negociación del ERE se negó a reducir la jornada y los sueldos de los directivos, cuya masa salarial suma 8,5 millones de euros. Ni siquiera, subraya, aceptó quitar a los mandos los vales de comida.

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