LA CRISIS DE LA BANCA

Los voluntarios para abandonar Bankia triplican las 216 bajas ofertadas por la empresa

Bankia sólo ha devuelto el 5,8% de las ayudas públicas que recibió para su rescate

Otros 216 empleados han abandonado Bankia este verano tras acogerse al plan de bajas voluntarias abierto por la empresa el pasado mes de junio. Ese número se añade a los 3.642 trabajadores despedidos en el Expediente de Regulación de EmpleoExpediente de Regulación de Empleo (ERE) que no se cerrará hasta diciembre de 2015. Lo llamativo es que se apuntaron al plan, con el ánimo de irse, casi el triple del número de trabajadores ofrecido por la entidad financiera.

Según fuentes sindicales, el mayor número de voluntarios se presentaron en los “territoriales naturales” de las antiguas cajas de ahorro que integran Bankia, es decir, en Madrid –Caja Madrid– y la Comunidad Valenciana –Caja de Ahorros del Mediterráneo–, donde la presencia de trabajadores de más edad es superior. “La gente quiere irse y la empresa lo sabe”, apuntan.

Ya ocurrió otro tanto cuando, tras pactar el ERE con los sindicatos en febrero de 2013, Bankia abrió su primer plan de bajas voluntarias: se presentaron 3.447 solicitudes, de las que Bankia sólo aceptó 1.941. El resto, hasta completar esos 3.642 “excedentes” antes citados, fueron despidos. De hecho, muchos de los trabajadores rechazados entonces han engrosado ahora la última tanda de ceses voluntarios.

Como indemnización, estos trabajadores menores de 54 años reciben una cantidad equivalente a 30 días por año trabajado con un tope de 22 mensualidades, una prima de 2.000 euros por cada tres años de antigüedad y otra de voluntariedad de entre 4.000 y 24.000 euros (también según la antigüedad). Si sobrepasan esa edad, perciben el 60% de la retribución total bruta, con un límite de 350.000 euros, y acceden a un convenio especial con la Seguridad Social hasta los 61 o 62 años, que asegura su pensión.

En realidad, a la empresa le “sobraban” 310 empleados, según los cálculos que había realizado tras medir las cargas de trabajo de sus 2.000 sucursales. Ésos son 94 más de los que se han ido: el ERE limita a 4.500 la reducción de plantilla y esa cifra se ha completado con los voluntarios que acaban de irse. Si Bankia quiere seguir ahorrando en personal, deberá recurrir, pues, a otras fórmulas. Los sindicatos no quieren ni oír hablar de salidas forzosas ni de nuevos ERE. La empresa rechaza las prejubilaciones, una solución penalizada ahora por el Gobierno.

Ambiente laboral “malo” o “muy malo”

El éxito de las convocatorias voluntarias en Bankia no sólo tiene que ver con la edad de su plantilla, sino también con el pésimo ambiente laboral en la empresa. Según revela una encuesta de CCOO, el 57% de la plantilla considera “malo” o “muy malo” el ambiente laboral. La mitad de los trabajadores declara sufrir “amenazas y presiones”, y hasta el 66,8% de los directores, subdirectores de sucursal y coordinadores de departamento se queja de “malos modos”. El 74% de la plantilla dice que está prolongando su jornada de trabajo de forma habitual y el 38% que le resulta imposible conciliar de forma razonable su vida laboral y personal. El 45% cree que la mayoría de las reuniones de trabajo fuera del horario habitual son “innecesarias”.

El resultado de este duro panorama es que el 70% de los empleados de Bankia aseguran que la mala situación laboral perjudica a su salud e incluso el 35,23% confiesa que está tomando medicación por motivos relacionados con el trabajo. Entre los directores, subdirectores y coordinadores, la cifra se eleva al 67,4%.

Las fuentes sindicales consultadas constatan el aumento de la “presión comercial” sobre la plantilla. Pilar Valdecabres, secretaria general de UGT en Bankia, alerta además sobre el elevado número de despidos disciplinarios ejecutados el último año: una veintena en lo que va de ejercicio, cinco de ellos sólo en julio. Asegura que se están extremando los controles y endureciendo los medidas contra los casos de mala praxis. “A veces se trata de errores, no de delitos, que antes se solventaban con descensos de categoría, por ejemplo”, explica. El sindicato teme que también se esté utilizando el despido disciplinario como una vía para reducir plantilla de forma encubierta.

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Traslados

Una vez completado el ERE tanto en las oficinas –se han cerrado 1.138– como en los servicios centrales, la reestructuración de Bankia se centra en la movilidad geográfica: traslados a una distancia no superior a los 50 kilómetros sin ningún tipo de compensación económica para el trabajador. Este verano, se ha trasladado personal a sucursales de las zonas costeras, con carácter provisional y pagando compensaciones. Por el contrario, la entidad ha cerrado oficinas en el centro de Madrid o Valencia ante la menor carga de trabajo. A sus empleados se les ha movido a otras sucursales próximas o se les han dado vacaciones.

Una portavoz de Bankia rehusó facilitar datos sobre el plan de bajas voluntarias hasta que la empresa se reúna con los sindicatos en la comisión de seguimiento del ERE en septiembre.

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