El fracaso de la austeridad

La competitividad se estanca pese al desplome de salarios de los últimos cinco años

La brecha salarial se dispara en los puestos directivos

Cada año, el World Economic Forum examina la competitividad de las economías de 148 países. En la última clasificación (página 15 del documento), España ocupa el puesto número 35, el mismo que un año antes, pese a la fuerte reducción de los salarios que se viene registrando desde finales de 2009, con pérdidas de poder adquisitivo que superan el 9% según especialistas como José Ignacio Pérez Infante. Mucho esfuerzo y escaso fruto.

La realidad es tan clara que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha admitido que las rebajas salariales han llegado a un punto perjudicial para la estabilidad de la economía, y el presidente del BCE, Mario Draghi, sin mencionar a España expresamente, ha admitido este jueves que hay países de la eurozona donde los trabajadores se incorporan al mercado laboral "con salarios de los años 80". Las afirmaciones de la OCDE y de Draghi dejan en evidencia a quienes niegan que en España se hayan reducido los salarios, entre ellos al presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell.

Todo dato tiene su contexto. El puesto 35 en el ranking de competitividad del WEF que encabezan Suiza y Singapur mejora en cuatro puestos el lugar de España en 2011 (39) y en siete el que ocupó en 2010 (42). Pero los recortes salariales, tras la reforma laboral que ha precarizado el mercado de trabajo hasta el extremo (93,4% de contratos temporales en agosto), no han logrado reubicar a la economía española. En 2008, España ocupaba el puesto 29, y el 33 en 2009.

El examen del WEF por apartados concretos apunta dónde están las debilidades. En la clasificación de la situación de las instituciones, España ocupa la posición 73, y en situación macroeconómica (pese al triunfalismo oficial), la 121. Mejora al examinar las infraestructuras (puesto 9), educación superior (29) y salud (34).

Proceso de devaluación interna

La pregunta a contestar es por qué los fuertes recortes salariales, eje del proceso de devaluación interna de la economía, no empujan la competitividad con la misma fuerza. "La competitividad" -responde Pérez Infante, economista miembro de la Asociación Española de Economía del Trabajo- "no depende sólo de los salarios". En su opinión, hay tres factores que explican por qué la economía española no avanza más en competitividad pese a los fuertes recortes salariales, reconocidos incluso por el Gobierno: "hay costes no laborales, como la energía, que contrarrestan las bajadas salariales; se mantienen sectores monopolísticos que obstruyen el traslado de las caídas salariales a los precios y el euro se ha revalorizado".

Para Antonio González (Economistas Frente a la Crisis), "basta ver el comportamiento de las exportaciones para concluir que la brutal contracción salarial, de cinco o seis puntos nominales desde 2002, no ha mejorado la competitividad". La clave, según este experto, está en que las empresas no trasladan a los precios los ahorros por costes laborales. Caen los salarios, pero el ahorro se traduce en un aumento de los beneficios más que en competitividad. Ello explica que las exportaciones se hayan frenado y hayan crecido apenas un 0,8% en el año (dato de julio).

La Agencia Tributaria, en su informe de ventas y empleo de julio, estima que la retribución media en las grandes empresas españolas -"las que exportan de verdad" apunta González- cayó un 1% respecto a un año antes. Mientras, aumentaban las ventas un 2%. Menos salarios, pero más beneficios. En las empresas del Ibex, el primer semestre cerró con un aumento de beneficios del 12% (14.500 millones de euros). Previamente, los empleados de esas mismas empresas sufrieron un recorte salarial del 4,5% en 2013, según un informe de CC OO.

Empresas estratégicas y monopolios

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"Empresas estratégicas, en sectores monopolísticos, han aumentado los márgenes de ganancia" explica Pérez Infante, convirtiendo en "una falacia" la relación directa entre recortes salariales y competitividad. Se ha llegado a un punto que preocupa incluso a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). En su último informe, la organización que agrupa a 30 países (70% del comercio mundial) alerta de que en países como España, para los que defendió en su día los recortes de costes laborales, puede haberse llegado ya al límite.

Según la OCDE, en Grecia, Irlanda, Eslovenia y España, lo salarios reales "han caído entre un 2% y un 5% de media". En concreto,  desde el primer trimestre de 2009 al cuarto trimestre de 2013, los salarios reales por hora en España bajaron un 1,8%, el cuarto mayor descenso entre los 34 miembros de la OCDE, solo por detrás de los rescatados Grecia (-5,2%), Portugal (-2,2%) e Irlanda (-2%). La organización alerta del peligro de seguir por la misma senda y advierte  de que profundizar en el recorte de ingresos de los trabajadores sería "contraproducente" y elevaría el riesgo de probreza, a la vez que deprimiría la demanda.

Para muchos es una conclusión tardía, y para otros, como el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, exagerada. Rosell aseguró en una entrevista radiofónica en Gestiona Radio que los sueldos crecerán este año el doble que la inflación, por lo que negó que exista una rebaja salarial en España.

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