La factura petrolera

La caída del crudo libra a España de otro desgarrón en la balanza comercial

Estación de servicio

No todo son malas noticias. El precio del petróleo baja y España, al menos de momento, evita un nuevo desgarrón en la balanza comercial. La caída del precio del crudo en los mercados internacionales de los últimos meses está compensando el encarecimiento de la factura petrolera por el descenso en la cotización del euro frente al dólar, la moneda de intercambio en el mercado del crudo. Hay otro punto interesante al examinar el mercado: mientras el precio del petróleo en los mercados internacionales ha caído más de un 14% desde mayo, cuando marcó máximos (115,06 dólares barril), el precio de las gasolinas y de los gasóleos no  refleja el descenso en la misma medida.

Con el barril en torno a los 98 dólares, una marca desconocida desde abril de 2013, las gasolinas tienden a subir en las últimas semanas. "Las gasolinas no reflejan de forma automática la cotización internacional del petróleo, sino que dependen de otros factores" recuerdan en Repsol, "entre ellos los precios en los mercados de derivados".

Por concretar, entre julio y lo que va de septiembre, la gasolina sin plomo ha bajado en torno al 1% mientras que el gasóleo -el producto más consumido-ha subido un 0,5. En agosto, el gasóleo subió un 0,4% y la gasolina un 0,7%. La tendencia de ligeras subidas se mantiene en las últimas semanas. El Boletín Petrolero de la UE muestra subidas del 0,2% en la última semana. En concreto, el litro de gasolina cuesta de media 1,416 euros en los surtidores (0,6% más que a comienzos de año), mientras que el gasóleo alcanza un precio de 1,327 euros, un 2,2% inferior al registrado en enero.

Compras en dólares

El descenso en el precio del petróleo, en todo caso, está evitando que España sufra otro agujero en la balanza comercial. El petróleo se compra en dólares y como el euro tiende a bajar tras las medidas anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE) -el cambio ronda los 1,29 dólares, una caída del 8% desde mayo-, la factura se encarece. Lo que es bueno para las exportaciones, es malo para las importaciones.

España importa prácticamente todo el petróleo y el gas. Apenas cubre un 0,2% de la demanda con producción propia y esa dependencia sale cara. En 2012, la factura energética neta superó los 45.507 millones. Las importaciones de petróleo, gas, carbón y electricidad costaron 61.948 millones. Una sangría.

El resultado es un aumento de los desequilibrios en la balanza comercial. Las importaciones, según Cores, que se habían reducido por el desplome del consumo a niveles de 1996, vuelven a repuntar y sólo el desplome de los precios del crudo impide un brutal impacto en la balanza comercial. Basta un dato para ilustrar la importancia de las impoirtaciones de crudo en la cuenta general: cada dólare que suba o baje el precio del barril resta o aporta 600 millones.

Dependencia récord

De ahí que especialistas como Javier garcía Breva, ex director del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) resalte la importancia del ahorro. García Breva es muy crítico: “No solo se ha excluido el concepto de ahorro en la política energética sino que, en plena crisis, España ha batido su record de dependencia energética y ha agravado sus riesgos geoestratégicos. En 2013, con crecimiento negativo del PIB, la dependencia del gas argelino ha pasado del 42% al 52% y Argelia y Abu Dabi se han hecho con el 85% de la propiedad del gasoducto MEDGAZ. La dependencia energética es el factor más irracional de nuestra economía”.

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La dependencia tiene un impacto importante en la balanza comercial. las compras de petróleo suponen tres cuartas partes de la factura importadora y han contribuido a que la balanza por cuenta corriente, que mide los ingresos y pagos al exterior por intercambio de mercancías, servicios, rentas y transferencias, acumuló un déficit de 9.900 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supone multiplicar casi por 10 el déficit de 1.000 millones del mismo periodo de 2013, según datos del Banco de España.

El agujero se mantendrá estable, en lo que a la energía se refiere, si los precios internacionales del crudo se mantienen en torno a los 100 dólares. La presión a la baja viene dada por dos circunstancias: la abundancia de la oferta, con EE UU aprovechando al máximo la técnica de fractura hidráulica (fracking) para obtener materia prima y las estimaciones de debilidad en la demanda futura, con el gran sumidero del petróleo, China, a la cabeza.

En suma, España, con una dependencia energética que supera en 20 puntos la media de la UE, se beneficia de la coyuntura. Datos como los proporcionados por la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA) , informando de que la producción de crudo tocó en agosto su nivel más alto desde 1986. O el hecho de que la producción de petróleo de Libia se haya recuperado a más de 800.000 barriles-día pese a la inestabilidad juegan a favor. La pregunta es por cuánto tiempo. 

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